«Gato por Liebre»: 30 años desde que le falló el dealer a Los Tres
«Gato por liebre», un chilenismo tan típico como lo ha sido la banda nacional durante toda su carrera en la cultura popular, con una prosa auténtica y muy criolla, con sagaces versos que han hecho muy característica y única la forma de escribir de uno de nuestros mejores compositores como lo es el gran Álvaro Henríquez.
Pero aún así, tan nacional es el dicho y la letra de esta canción de su avalancha de éxitos «Se Remata el Siglo» (1993) que este 2023 celebra 30 años, que paradójicamente puede tener alguna raíz anglo, sobre todo cuando vemos que es lo que a la letra refiere: una transa de drogas, pero cuando te estafan los traficantes por comprar supuestamente «un buen paquete», pero que finalmente es toda una vulgar porquería, hecha o aumentada con otros ingredientes o como se dice lisa y llanamente en el término coloquial, una dosis «pateada».
Es LA canción de la música chilena que habla de una estafa de este tipo, tal cual como lo hizo valientemente la Velvet Underground con un tema que parecía tabú en los 60’s, con un tema tan disonante y amigable al mismo tiempo como «Waiting for The Man» del imprescindible disco de la banana del ’67, que hablaba a grandes rasgos de una transacción en las calles de Nueva York de ese tiempo; y no es raro, que Los Tres hayan percibido alguna influencia de este tipo de los norteamericanos, considerando que la propia «All Tomorrow’s Parties» de ese disco estaría versionada en su álbum «La Espada y la Pared» de 1995.
Y tal como diría el propio Henríquez con respecto a sus letras «Nadie tiene que hacer una ecuación para escuchar a Los Tres. Ahora, que la letra no le entre a la primera ya es otro tema, eso ya es culpa de Ricky Martin». Y es que ahí están el sinfín de categorizaciones para un «Gato por liebre» con todas sus letras: «Anfetaminas molidas, tamaño irreal, las mismas diez lucas, la caña infernal» (claro, un paquetón de aquellos comprado por diez mil pesos de vaya a saber uno qué sustancias, que compraste ebrio pero que no te sirvió de nada ya que al otro día amaneciste con una resaca enorme y una «verguenza total» como dice la letra) o incluso en el orden culinario quizá para dejarlo más disfrazado: «Sopa de lagañas, dulce de sal, Flan de uñas negras, Serumen con lasagna», etc., etc. Así, bien asquerosa la analogía, tal como la misma estafa.
Aparte de todo esto, es innegable el tamaño que esta canción tiene y cómo se ha quedado incrustada en nuestras memorias y corazones, un clásico criollo, una de esas para corear a todo pulmón en sus conciertos, un temazo inolvidable, con tono de blues rock, sendas secciones instrumentales y jams en vivo, y unos coros enormes que hemos cantado una y otra vez.
Por supuesto, este tema es parte de los sets de la #revuelta y acá puedes obtener toda la información del regreso de la banda con alineación original.