Habían debutado en nuestro país en octubre del año pasado, pero en un show junto…
Ghost en Chile: un fenómeno impecable
La banda al fin pudo hacer un show propio con sus fans chilenos y no defraudaron
Fotos: Jerrol Salas
Desde muy temprano, en los alrededores del Parque O’Higgins, las poleras negras y el maquillaje tipo calavera de Papa Emeritus, daban cuenta de un nuevo show de la banda sueca Ghost. Full vendido hacía tiempo, la fecha había llegado y causaba nerviosismo y algunos estragos en los accesos al Movistar Arena. Este ambiente no solo indicaba que los 15.000 fanáticos iban a tener una noche inolvidable, sino que era la comprobación de que esta banda ha logrado conjugar buen rock con entretenimiento visual, siendo el Impera-tour otra muestra del gran momento que vive el proyecto encabezado por Tobias Forge.
Y como excelente adelanto, los nacionales Pentagram se encargaron del puntapié inicial como mejor saben hacerlo; fueron seis temas cargados de metal, de esa onda trash ochentera que no necesita adornos ni luces para clavar su bandera de trascendencia en el género. El incombustible Anton Reisenneger agradecía, sobre todo a la juventud presente, la energía y los aplausos para una banda de gran influencia dentro del black y death metal latinoamericano. Simplemente de elite, y que Forge sea fan desde hace años, lo demuestra.
Cantos gregorianos resonaron ante la expectación del recinto, anunciando que Ghost ya salía a escena y presentaría un show completísimo, con músicos que interactuaron constantemente y con una escenografía impactante, que realmente nos hizo sentir en liturgia. Varios cambios de vestuario, mezclando pasajes de comedia con alabanzas a Satanás y cuetazos durante todo el show, te devolvían a la realidad de que estabas viendo a Ghost, la banda del momento, la que todos quieren en sus festivales, con la que todos quieren salir de gira.
Fue genuina emoción cuando los Nameless Ghouls aparecieron; había pasado mucho tiempo sin que los suecos pisaran suelo chileno, tiempo aprovechado en un evidente crecimiento musical si comparamos a su primera venida en 2013. “Kaisarion” y “Rats” iniciaron el ritual, con ritmos contagiosos que pusieron a todos a brincar. La teatralidad es un elemento que la banda utiliza con maestría y prueba de ello fueron los vitrales proyectados tras la banda, que daban la sensación de que esto no era el Movistar, sino una iglesia donde Papa Emeritus era el sumo líder a rendir culto. Para agregar el elemento místico hay que tener una razón de peso y esta producción tan cuidada, dio el toque de distinción al concepto. “From the Pinnacle to the Pit”, “Spillways” y “Cirice” provocaban gritos ensordecedores incluso, esta última, se sintió aún más oscura que la versión de estudio. Gran momento el de “Absolution” y su headbangear duro, con ese riff de puro metal, que cuando llega al solo, bien podría ser un temazo para rock de estadio.
Obviamente, Tobias Forge fue un protagonista aparte. El tipo es un showman por donde se le mire y encanta al público con su gran carisma; se subió a la plataforma de la batería, bajó y se paseó por el escenario, recorrió toda la tarima y salió de escena cuando los solos eran protagonistas, para regresar con un look diferente. Forge es la fuerza y creatividad de Ghost imparable en el escenario. Y los Nameless Ghouls no se quedaron atrás; no se les ve la cara pero se nota que los miembros anónimos la pasan genial haciendo su papel.
“Ritual”, “Con Clavi Con Dio” y “Call Me Little Sunshine” invocaron la presencia de Papa Emeritus IV con su performance de antipapa satánico; fue un momento muy teatral y, en parte, es lo que les ha ayudado a subir tanto en la escena metal, porque recuerda el shockrock de Alice Cooper, algo de Bowie y King Diamond, a pesar del montón de opiniones contrarias de los puristas del género. Suecia es un país exportador de bandas metal, hasta lo reconocen como parte de su cultura, pero el mismo Tobias Forge ha señalado que recogen ciertos elementos del metal escandinavo tradicional y los han aderezado con sus conceptos, lo cual ha gustado al mundo. La verdad, es que esta parodia a la religión y su lado autoritario resulta un ritual divertido, tiene energía y magia. Y si existen temas como “Year Zero”, que es el que mejor encaja con el personaje del Papa Emeritus y sus cantos demoniacos, que se sintieron mucho más poderosos en vivo, tenemos incluida la cuota de épica en un show que avanzaba con agilidad, entusiasmo e interés por parte de los asistentes.
Buen interludio con “Miasma”, una instrumental frenética que da cuenta del virtuosismo de los Nameless Ghouls y permite interactuar con otro personaje del universo Ghost. En mitad del show, agregar un ataúd del que salió el Papa Nihil, fue el toque sacrílego que le agregó más visualidad y entretención a esta parodia. Recordemos que este personaje es el antepasado de todos los Papa Emeritus anteriores y, después de las muertes de sus descendientes, es el único sobreviviente del linaje que conocemos. Aunque tuvo poco tiempo, fue emocionante verlo con su solo de saxofón.
“Kiss the Go-Goat”, “Dance Macabre” y “Square Hammer” cerraron el concierto, con Tobias y sus Nameless Ghouls agradecidos, cuando los agradecidos tenemos que ser nosotros pues solo tenemos posibilidad de ver estos buenos números cuando salen de gira mundial, lo cual los podría alejar de estas tierras por un tiempo; sin embargo, en ese lapso deberían seguir creciendo en su historia musical y en la historia que van contando a través de los Papa. El show fue impecable y prueba de un fenómeno que seguirá creciendo, considerando la variedad de edades que llegaron al Movistar y que la juventud está dispuesta a dejarse sorprender con la evolución de toda la propuesta. Meliora e Impera son discos que se transformarán en clásicos, y aunque dejaron fuera gran parte del material poderoso de Infestissumam y Opus Eponymous, la banda dio cuenta de que llegó al status de entregar un espectáculo imperdible, con canciones y una producción que se destaca de todo lo que el rock nacido en este siglo está mostrando actualmente.