Grandes Portadas del Rock: Rage Against the Machine (1992)
Es una de las portadas más reconocibles en la historia del rock, donde de inmediato asociamos con esta imagen los incendiarios riffs de Tom Morello, la energía y lengua de fuego de Zack de la Rocha y todo el poder intempestivo en bajo y batería de Tim Commerford y Brad Wilk, respectivamente, en lo que fue lisa y llanamente uno de los mejores discos de la década de los noventa: su gran debut de 1992.
Pero no muchos saben su real origen o qué es lo que específicamente quiere representar Rage Against the Machine en su portada de presentación al mundo. Claramente es un monje budista queriendo inmolarse con un auto detrás, pero ¿Quién es este monje y porqué está haciendo lo que se ve en la portada? Las respuestas las dio la historia y la propia banda en algunas entrevistas.
Se trata de Thích Quảng Đức, quien fue un monje budista que efectivamente se inmoló hasta la muerte, luego de haberse dirigido en un Austin Westminster azul (en efecto, el automóvil de la portada) a la capital de Vietnam del Sur, Saigón. Puso una almohada en el suelo y se sentó en la posición budista del loto y pidió a su «colega» monje que le prendiera fuego. Todo esto, en pleno centro de la ciudad, el 11 de junio de 1963. El heroico e impactante hecho fue en protesta por el gobierno de Ngô Đình Diệm a decir verdad, y las persecuciones contra los monjes, ya que se consideraban que tenían una mayor jerarquía e influencia que él en el pueblo, más aún cuando él gobernante tirano basaba su política marcada con un pro-catolicismo. El acto, fue un sacrificio más de todo el sufrimiento y rabia que ha tenido el pueblo vietnamita a través de su historia y eso que, en ese año solamente comenzaba una década llena de genocidio, guerra y miseria en Vietnam.
Las palabras que esgrimió fueron imponentes: «Antes de cerrar los ojos y dirigirme hacia la figura de Buda, suplico respetuosamente al presidente Ngô Đình Diệm que tenga compasión de los habitantes de la nación y que desarrolle una igualdad religiosa que mantenga la fuerza de la patria para siempre. Llamo a los venerables, reverendos, miembros de la sangha y predicadores budistas para que se organicen y hagan sacrificios con el objetivo de proteger el budismo.» Acto seguido a esto, se inmoló brutalmente a vista y paciencia de los ciudadanos.
«Las llamas venían de un ser humano; su cuerpo se marchitaba y secaba lentamente, su cabeza se ennegrecía y carbonizaba. Sentía en el aire el olor de la carne humana quemándose; los seres humanos se queman sorprendentemente rápido. Detrás de mí pude escuchar los sollozos de los vietnamitas que se reunían alrededor. Estaba demasiado horrorizado para llorar, demasiado confundido para tomar notas o hacer preguntas, demasiado desconcertado incluso para pensar… Mientras se quemaba no movió ni un músculo, no pronunció ni un sonido, su compostura contrastaba con los lamentos de las personas a su alrededor.», escribió el periodista David Halberstam en el libro dedicado a ello: The Making of a Quagmire, por este hecho que, con el correr de los años se acuñó como el ya famoso dicho de «suicidarse a lo bonzo».
Rage Against the Machine quiso representar este momento como arma e imagen de un disco lleno de protesta, anarquía y rebelión, tanto con el imperialismo americano como con unas ganas descomunales de denunciar abusos y luchar a su manera por un ajusticiamiento social en todas partes del mundo. La banda lograría transmitir los cuantiosos mensajes y representar a una juventud que recogía todo este clamor radical con una reciprocidad prácticamente innata, a través de su furia y ese rap metalizado del que hasta el día de hoy sin duda gozamos.
Por Patricio Avendaño R.