Con un gran año y momento discográfico para el cantante, era hora de su llegada…
Harry Styles en Chile: Histeria, llanto y buen pop
Y finalmente llegó el día. Anoche se desarrolló en nuestro país el esperado concierto de Harry Styles. Postergado debido a la pandemia, la expectativa aumentó, a tal punto que no solo se modificó la fecha, sino también el lugar, pasando del Movistar Arena al Estadio Bicentenario de La Florida, recinto que tampoco logró albergar a toda la fanaticada que esperaba poder vibrar al ritmo de las canciones del artista inglés, dado que eran cientos los mensajes que se leían en redes sociales en los días previos de fans desesperados por obtener un ticket. Y es que la oportunidad era inmejorable: ver a uno de los artistas del momento y con un tour que abarcaba dos de sus tres discos solistas, “Fine Line” y “Harry’s House”.
El espectáculo comenzó a las 20:00 hrs. con la artista jamaiquina Koffee desplegando su moderno sonido mezcla de pop, reggae y trap, que fue muy bien recibido por un público que disfrutó del show mientras esperaba ansioso el plato principal.
Pasadas las 21:00 hrs. arribó Styles al escenario con su “Love on Tour”, dando inicio al show con la canción que abre precisamente su aclamado último disco “Harry’s House”, “Music for a Sushi Restaurant”. La locura de la fanaticada no se hizo esperar, con gritos ensordecedores como los que merece todo artista ícono pop juvenil que se precie de tal.
La noche siguió con dos singles de su anterior disco, “Fine Line”: Golden y Adore You, coreadas ampliamente por un público que se encontraba a esas alturas ya en éxtasis con la presentación del británico. Es preciso indicar, no obstante, que las tres primeras canciones del show no sonaron del todo bien, pero el sonido se arregló conforme fueron corriendo las canciones, para afirmarse posteriormente y sonar impecablemente.
Posteriormente, vuelta a “Harry’s House” con otras dos canciones: “Daylight” y “Cinema”. Le siguieron “Keep Driving” y “Satellite”. Todas coreadas de manera ensordecedora por un público mayoritariamente femenino y joven. A continuación, vino un momento más introspectivo, donde tocó dos baladas: “She” y “Matilda”. Lamentablemente, posterior a “She” se detuvo el show para poder sacar a las fanáticas desmayadas o al borde del colapso que salían desde el sector más álgido de cancha. Probablemente los días de acampar afuera del estadio hicieron mella en las jóvenes, que desfilaban hacia enfermería mientras se daban las condiciones para poder continuar el show.
Posterior a “Matilda” sonó otro esperado single de “Fine Line”, “Lights Up”. Luego fue el turno de “Canyon Moon” y “Treat People With Kindness”, también del disco “Fine Line”. En esta última canción la algarabía se apoderó del público, que cantaba alegremente la pegajosa canción. Le siguió la única canción de One Direction que interpretó durante el show, “What Makes You Beautiful”, coreada con locura por las más fanáticas presentes.
Después sonaron los vacilones singles “Late Night Talking” (segundo single de “Harry’s House”), con “Gracias a la Vida” de Violeta Parra sonando como introducción, y “Watermelon Sugar” (single de “Fine Line” que le valió su primer Grammy), esta última con una versión que no termina de convencer, para luego cerrar la primera parte del show con “Love of My Life”, canción que cierra “Harry’s House”.
Posteriormente, Styles regresa al escenario para tocar, guitarra al hombro. “Songbird”, cover de Fleetwood Mac, una de las bandas que el cantautor cita como una de sus influencias y que ha interpretado en otras ocasiones, a modo de tributo a propósito de la reciente muerte de Christine McVie, una de las vocalistas, tecladista y compositora del grupo británico. Esto representó una sorpresa, dado que no la interpretó en los otros países sudamericanos previos a este show.
El encore llegó algunos minutos después y partió con la grandiosa “Sign of the Times”, primer single solista y que le valió positivas críticas de múltiples medios a nivel mundial por la sorpresa que dio este otrora chico boyband con un single de esa factura, impecable a nivel compositivo y de producción.A continuación, sonó otro single que también le ha traído bastantes buenas críticas, “As it Was”, que coquetea con un sonido que podríamos denominar más “indie pop”.
¿Para cerrar el show? «Kiwi», pegajoso single de su primer disco homónimo, una canción potente cargada de buen rock, como para terminar con la energía a full.
Con el correr del espectáculo y la variedad de estilos por los que se pasea Styles con total soltura, se observa que su juventud y sus ganas de experimentar con nuevos sonidos juegan a favor de una búsqueda musical que le ha resultado bastante exitosa como solista, obteniendo como resultado un pop refinado que a ratos se pasea por el indie rock, el pop rock y el R&B. Hay que decir, para tranquilidad de los más fanáticos de Nación Rock, que efectivamente el show tuvo bastante de rock, con arreglos pensados especialmente para el show en vivo que le dieron un toque más denso y pesado a muchas de sus canciones en relación a sus discos de estudio.
Como es de esperar de un artista de esta envergadura, se notó también un show cuidadosamente pensado, con un gran sentido del espectáculo y donde la conexión con la fanaticada y el carisma de Styles se hace más que evidente. Todos estos aspectos colaboran para tener como resultado un concierto de primer nivel. Buen sonido, buena banda de soporte, buena ejecución. Un show a la altura de ser disfrutado por gente de distintas edades y distintos gustos musicales, sin duda, y que reafirma por qué Harry Styles es uno de los nombres más importantes de la música actual.
Por Francisca Donoso
Fotos: Jaime Valenzuela, DG medios