Chini.png Uno de los shows iniciales de la nueva versión de Lollapalooza Chile fue el…
Entrevista con Chini.png: «Hay muchos ruidos de videojuegos que me gustan en el disco, como Super Mario Bros. 3, Zelda o Age of Empires»
El nombre de Chini Ayarza es un habitual en la escena del indie local. Con más de diez años de carrera musical, la artista visual y música ha sabido posicionarse con composiciones donde su voz y su guitarra se complementan perfectamente con arreglos sonoros muy bien logrados, donde queda en evidencia la importancia de los detalles en su forma de trabajar.
Anteriormente conocida por dar forma a Chini & the Technicians, María José Ayarza tomó la decisión de continuar su rumbo como Chini.png y, hace pocas semanas, lanzó su primer largaduración titulado «El día libre de Polux» (que se suma a un catálogo de singles y EPs). El trabajo conserva la identidad característica de Chini, pero integra todo un mundo sonoro que dan forma a una narrativa que hace muy agradable la escucha (y en el que la banda que la acompaña, con integrantes de agrupaciones como Niños del Cerro, Columpios al Suelo o Niña Tormenta, tiene mucha incidencia).
Para conocer todo el trasfondo de este nuevo disco, pudimos conversar en extenso con Chini, quien nos comentó cómo fue el proceso de composición, sus motivaciones y cómo ha vivido esta nueva etapa de su carrera musical.
-Chini, muchas gracias por tu tiempo. Antes de entrar de lleno en lo musical, quisiera saber ¿Cómo fue la experiencia de abrir la pasada versión de Lollapalooza Chile y qué significa para ti el llegar a una instancia así?
Muchas gracias. Estuvo muy emocionante. Venía pensando en cómo hacer ese show desde que nos avisaron por ahí más o menos en noviembre. Fue bacán poder mostrar un set que nos acomodaba; que tiene cosas del pasado, del presente y de este disco que íbamos a lanzar que ya habíamos tocado en la gira en España. Pudimos mostrar los vestuarios que habían funcionado mejor en distintas fechas, las visuales de Abril Sepúlveda, las luces de Coni Rivas. Fue como tratar de mostrarle a alguien que no nos conociera como proyecto todas las cosas distintas que probamos el año pasado y que pensamos que funcionaban mejor.
Cuando unx es independiente y auto gestionado se hace un poco cuesta arriba llevar equipos de personas muy grandes, pero creo que todo funcionó bastante bien. Nos ayudó mucho Rodrigo Herbage de Sello Fisura y Tiare Galaz del sello Uva Robot, quien también participó como artista invitada en los coros. Fue una gran victoria trabajar para luego sólo disfrutar de tocar. Como proyecto nos echamos varias mochilas al hombro y en festivales como Lollapalooza hay que llevar todo; backline, batería, transportar el equipo y sus personas. Cosas que quizás para artistas más grandes debe ser algo mucho más sencillo, pero eso no pasa mucho para las bandas chilenas.
Pensé en decir que no cuando me invitaron el año pasado a tocar, porque sentía que no era el momento todavía, sin un disco bajo el brazo. Pero después pensé en que tuve proyectos anteriores, que llevo trabajando más de diez años en la música y que hay que tomar las oportunidades para mostrar lo que unx hace. Terminé sintiendo que nuestro show era bueno y que incluso merecía un mejor horario. Lo pasamos súper bien tocando, fue como un trance. Hacía tanto calor que incluso una de las suelas de mis zapatos se derritió un poco. Nunca me había pasado algo así.
-Luego de escuchar el disco me percaté que hay muchos detalles entretenidos de mezcla y post-producción. ¿Cuánto tiempo demoró en total el proceso del disco y cómo fue mutando con el tiempo la forma en que lo afrontaste?
El disco se demoró aproximadamente tres años en realizarse. Tiene canciones con procesos muy diferentes y trabajé con dos productores distintos: Martín Pérez Roa (Merci) para ocho de las doce canciones, quien grabó, produjo e hizo las mezclas. Y también con Arturo Zegers en cuatro de las canciones, y que además masterizó el disco.
Con Merci trabajamos cinco canciones que grabamos en vivo como “banda” tocando todos al mismo tiempo, pero también habíamos trabajado en algunas canciones en solitario que tenían que ver con la electrónica y samplers. Por ejemplo, “No midas las palabras!”, que fue la primera canción que cerramos hace dos años y medio. Pero también hay canciones como “Yo misma”, que tiene más de once años. O “TONTO”, que tiene siete años. Decidí grabar “bien” estas canciones porque sentí que pegaban bien con el concepto atormentado del “descansar trabajando”.
Fue un disco súper corajudo en el sentido de hacer cosas que por mucho tiempo me parecieron de mal gusto. Por mucho tiempo me costó entender qué era lo que estaba haciendo porque había más de una forma de hacer las cosas, y cada canción tiró para distintos lados.
Las cuatro canciones con Arturo Zegers partieron desde la base de la guitarra acústica, pero terminaron teniendo un montón de bases y baterías de Pepe Mazuret. Por ejemplo “Loop” terminó siendo una canción llena de teclados; súper indietrónica o medio electro pop a partir de la guitarra de palo. Fue bacán que se crearan estos doce momentos que ojalá sean como un collage.
También, creo que un súper buen referente fue Boogarins, sobre todo el disco “Sombrou Dúvida”. Hay varios momentos donde el trabajo de la voz depende de lo que se va diciendo, y en algunas secciones se pueden notar dos tomas de la misma voz paneadas al natural o saturadas. Todo eso va muy de la mano con la intensidad de lo que se dice, o del ambiente emocional que propone cada sección.
-Siento que en canciones como «No midas las palabras!», «Punto de vista» o «Loop» se nota que hay distintas influencias musicales que se van escuchando en el desarrollo de las canciones. ¿Fue un acto consciente el explorar nuevas formas de componer para lograr un sonido más o menos diferente a lo que ya habías hecho, pero conservando tu identidad musical? ¿O simplemente fue algo que se dio en el proceso?
Se me dio de forma natural. Dos de esas canciones que mencionas “No midas las palabras” y “Loop” fueron canciones que fui a trabajar sola en un viaje cerca de Llafenco, donde viven Dimi y Romi, amigos que conforman la banda Espectro Azul. Fui en una época donde estaba emparejada con Juan Desordenado y fuimos como a una especie de “auto campamento estricto de composición”. Él trabajó mucho en su disco “Visiones” y yo trabajé en estas dos canciones que me abrían la idea de trabajar con samplers. El bajo bien jazzístico de “No midas las palabras!” es en realidad un sampler de contrabajo más cello que tiene el programa Garage Band. Lo tomé, prepiqué y corté de diferentes maneras para pasarlo por pedales de guitarra, y así quedó la base en la que armé la canción. La batería también la armé en el mismo programa y ya de vuelta en Santiago le pregunté a Pepe Mazuret sobre cómo llevarla a una batería real. Después Juan Desordenado agregó guitarras también. Son canciones en las que me abrí a trabajar con ruiditos en un proceso bien libre donde ni siquiera pensé que esas canciones llegaran a quedar en el disco.
Hay muchos ruidos de videojuegos que me gustan, como Super Mario Bros. 3, Zelda, Age of Empires; ruidos de Game Boy. Muchas de las referencias que hablábamos con Martin (Ripio) para llegar a un timbre de teclado eran como “quiero que suene como la cornetita de Encarta 2000 o SimCity” o “que sea como este sonidito de Age of Empires medio medieval de arpa pero con sintetizadores de los ochenta”. Admiro a muchos compositores de música de videojuegos. De hecho, en el final de la canción “Nanai” tiene por lo menos tres veces el sonido de Mario cuando pierde un superpoder y se topa con una tortuga. Ese tipo de gestos para mí son gestos narrativos, porque en la letra hablo sobre perder fuerzas o algunas cosas, y estos íconos sonoros pegan bien.
-A lo largo del disco se percibe una predominancia de tu guitarra y de tu voz que sirven como guía o punto en común que va uniendo todo lo que se escucha. Pero también hay muchos cambios de tempo, líneas de bajo que resaltan y frases de guitarra que son entretenidas de escuchar. ¿Qué tanto incide la banda que te acompaña en el resultado final del disco?
Incide bastante. Efectivamente todas las canciones parten de la base de la guitarra y voz. A partir de eso se remarcan los cambios rítmicos que tú bien mencionas, ya que es algo esencial para que se entienda bien la intención original de la canción. Por ejemplo, en “Arboles y pasarelas” hay una serie de mini cambios donde hay mucha ritmicidad. Creo que Pepe Mazuret hizo un muy buen trabajo en general al remarcar la guitarra rítmica y proponerla de manera elegante y estruendosa a la vez. Simón Campusano creó líneas de bajo sencillas y profundas que acentúan muy bien el juego de las voces y creo que está muy bien pensado todo lo que propuso. Juan Desordenado hizo un montón de guitarras muy reconocibles dentro del disco, sobre todo en “Cinta Blanca”, “Venenos” y en la sección instrumental de “Arboles y pasarelas”. Hubo otras canciones como “Punto de Vista” que tiene guitarras de Merci, o guitarras de Arturo Zegers en “Sofía”.
Hay muchos puentes que van uniendo las canciones que eran ideas que tenía grabadas en mi loopera. Como también está también la voz de “Lele” Holzapfel, que tocó batería en mi EP “Ctrl+Z”. Es un amigo que quiero mucho pero dejamos de tocar juntos porque él vive en Valparaíso y yo en Santiago, pero quería que estuviera presente de alguna manera y lo pude sumar en los audios donde sale hablando todas estas tonteras. Me interesaba dar espacio a lo irreverente en el disco entre todo el estrés que implica grabar; tener espacio a algo que me representa mucho, que es el humor y el sinsentido.
En la etapa final hubo más invitadas, como Alfilera que toco cello. Hicimos los arreglos súper rápido para temas como “TONTO”, “Punto de vista” y “Yo misma”. También invité a la hermana de Niña Tormenta, Macarena Galaz, a tocar bombo y a cantar en “Yo misma”; esa canción que es como más chilote.
Una vez hablé con Diego Lorenzini y me dijo algo muy bonito, que tiene que ver con que me considera buena en armar equipos o sacar lo mejor de cada persona. Recién ahora me estoy considerando más como una música, pero antes me consideraba más como una armadora de rugby y me enfocaba más en ver qué era lo mejor que podía sacar de mis amigos y pedir que cada unx contribuyera desde su área para dar forma a un “todo” que puedo imaginar pero que antes con suerte podía tararear.
-Qué bonito saber que hay tanta gente involucrada. Creo que le suma un valor emocional súper grande al disco el conocer todo el trasfondo que comentas
Claro. Al final hacer música es como un diario de vida, pero unx elije cuánto compartir de eso. Y en este disco no me guardé mucho. Mostré cosas súper íntimas. En “TONTO”, al final hay una conversación más recitada, y es la mamá de Niña Tormenta. La invité a grabar y hablar sobre la muerte. Sobre todo quería que dijera esta frase que aparece al final: “Estoy cansada y no creo en la muerte (en la vida después de la muerte). Yo creo que cuando uno se muere, es como alguien entra a tu pieza, y te apaga la luz”. Esa frase la dijo mi abuela cuando ya estaba postrada y quedaban unos meses para que falleciera. La grabé, pero me robaron ese celular. Pensé en dejarlo fuera del disco, pero quería hablar de eso y le pedí a la mamá de Niña Tormenta que lo recitara. Justo llegó con una amiga y nos pusimos a grabar antes que ellas supieran que estábamos grabando. Sentí que había mucha sincronicidad cuando supe que justo venían de un funeral del papá de una amiga de ellas y dijeron cosas súper directas; como que dejamos a la gente sola en su luto y que unx vive el momento de la muerte pero después la viva sigue, pero el muerto queda estancado detenido en el tiempo. Esa canción tiene que ver con la desilusión o con una muerte de admiración amorosa, pero me llama la atención hacer ese cruce con la muerte.
-Creo que cuando se mezcla el concepto de la muerte con la música siempre se termina obteniendo un simbolismo con el que es difícil no sentirse identificado, ya que todos estamos familiarizados con ella en algún grado. O lo estaremos
Claro. También con la edad creo que me he estado volviendo más consciente de la propia muerte. Unx cuando es más joven se siente casi invencible, y si bien me queda mucho aún, creo que más me acerco. Además, en base a mis decisiones de vida para poder seguir siendo música, también hay una soledad mayor. Hay más tiempo de ocio para pensar en la muerte. A diferencia de mis hermanos, ambos fuera de Santiago, me quedé aquí trabajando en esto, y más que “hacer familia”, mis familias van mutando con el tiempo.
-Chini, yendo un poco más allá de lo musical, siempre me ha llamado mucho el aspecto visual que presentas. Siento que siempre está muy trabajado el aspecto gráfico en tus portadas, vestuario y visuales. ¿Cómo abordaste la gráfica de este nuevo disco y cómo sientes que se complementa tu música con lo visual?
Tenía planeado este disco y sabía que quería que esta fuera la carátula antes de tener las canciones. Partí desde la carátula, hace unos cinco años cuando vi la pintura de un amigo llamado Rafael Yaluff, y en esa época recuerdo que estaba en un trabajo que no me gustaba mucho, con un horario muy malo. Tenía este concepto de Cástor y Polux, que son los hermanos de Géminis, que se van intercambiando el don de la inmortalidad. Cuando uno de los dos muere, empiezan a rotarse entre quién vive en el cielo y quién en el infierno. Por mucho tiempo sentí que era muy heavy el tener que volver de trabajar diez horas seguidas para recién poder trabajar en avanzar una maqueta mía. Ahí nació este concepto muy propio de nuestros tiempos también, como de “descansar trabajando”. Esta carátula es muy cuática porque se me hizo muy visible esta figura como paternal que cuida a un niño atrás cuando están regando. La asocié mucho a cuando eres chico y te dicen “Mira, esto es muy entretenido. Lo podrías hacer”. Y adelante está lo que representa realmente trabajar en pos de ese algo y que crezca con peso; algo así como el artista atormentado que trabaja en pos de estos tulipanes, que para mí vendrían a ser las canciones. Sentí que era irónico ponerle al disco “El día libre de Polux”, con esta persona que está realmente trabajando, pero en algo que es hermoso a la vez, que son estos tulipanes.
Traté de hacer estos reels que he estado mostrando el concepto visual del disco. Quiero seguir haciendo videos. Estoy trabajando actualmente con el Colectivo Seis Ocho y queremos hacer un videoclip bueno, aunque nos demoremos un año. Estoy con menos ansiedad que la que tenía antes, y a partir de cómo fue el proceso de este disco, me quedó claro que mientras las cosas tomen tiempo, quedan mejor y la gente las valora más, en vez de estar haciendo cosas rápidas y de manera superficial. Hago mucho de esa mano de obra, y aunque a veces es insostenible, busco darme ese tiempo. En términos visuales me gusta que cada canción tenga su concepto visual. En este último video reel tuve la suerte de trabajar con JC Maturana que es un fotógrafo muy joven de música en vivo y que ha estado trabajando mucho con bandas. Él junto a su equipo pudieron grabar algunos videos en la casa que está cuidando un amigo. Pude ir a carretear a esa casa y le pedí que por favor me dejara grabar. Estoy intentando que todo lo que digo “al aire” pueda llevarlo a la realidad, entonces a la siguiente semana estábamos consiguiéndonos todo para grabar. Se mueven muchas fuerzas y voluntades, por lo que agradezco que la gente note la importancia de lo visual, porque siento que complementan letras que son súper crípticas.
-Me llamó mucho la atención que todas las letras del disco están escritas en primera persona y siento que su narrativa es tan descriptiva que es muy sencillo el imaginar distintas historias y escenarios mientras se escuchan las canciones. ¿Qué tanto hay de tus propias experiencias en las letras y qué tanto abarca experiencias de otras personas?
Efectivamente todo es muy personal. Generalmente escribo cuando pasa una situación, y es mi manera de transitar esa emoción, sea buena o mala. De ahí entro a picar mitos que me gustan, cosas que les pasan a mis amigos, cosas que veo en la calle; cosas que empasten con esta radiografía mensual que me hago. He tratado escribir en tercera persona y me es muy difícil. Está muy presente el “yo” e igual me da algo de vergüenza, aunque permite cierto patetismo. Pero es bacán usarlo en tono de denuncia. “Punto de vista”, por ejemplo, hace un cruce entre la violencia que hacen los pacos contra su propio pueblo y la violencia que ejercen los hombres contra sus parejas; contra personas que dicen amar. Hay una parte que dice: “Velo desde mi punto de vista, me dijo. Y los ojos me arrancó. Me miré al espejo pero nada me vio”. Yo la había escrito antes del estallido y tenía que ver con la historia de Nabila Rifo, que me impactó mucho, y después ocurrió lo de los traumas oculares.
No siempre estoy hablando de mí literalmente, pero sí estoy hablando desde mi punto de vista respecto a las cosas que observo. Muchas veces es más abstracto o no se entiende a la primera, por eso siempre estoy hablando a explicar de qué trata una canción si es que alude a lo social. No me gusta ser tan directa a veces, y tampoco me brota. Creo en lo política en la música, mas no la música panfletaria y en el lucrar a partir de creencias personales. También muchas veces se da que simplemente hay música que siento está escrita de manera burda. Una parte de mi sabe que hay cosas que tienen que ser dichas de la manera más directa posible, sin rodeos. Y otra siente que lo que tenemos como izquierda en gran parte es la poesía, o la cualidad de decir las cosas de una manera que aluda al tiempo a la distintas capas de lo externo y lo interno de lo que está pasando al mismo tiempo.
Con un punto de vista, claro, que aluda a capas superficiales de la temática, capas intermedias y capas más profundas de cómo a unx le tocan las cosas en el alma, más allá de lo que unx es y representa para afuera. Mi sueño sería de a poco escribir más y mejor y darme a entender de una manera sencilla pero no obvia.
-¿Hay alguna canción que sea tu favorita del disco?
Sí, hay dos y que son las más disimiles entre sí. Son “Nanai”, que en ningún momento me aburrió y me tomó mucho tiempo trabajarla, ya que tiene muchas partes. Trata sobre sentirse solo, la esperanza que las cosas van a mejorar y de la paciencia. También, sobre hacerse un amigx imaginario, conocidos como “Tulpas”. Y “TONTO”, que es una canción donde la emoción no se filtra y se declama que algo es injusto; que me siento utilizada o ultrajada. Tiene un punto de vista que tiene que ver con cómo se hace todo el disco; no tener miedo al error y no importarme las personas que han sido detractores de mi música. Es sobre atreverse a probar cosas sin importar si se va a fallar, y que es mucho más complejo que sólo criticar sin estar haciendo nada.
-Bueno Chini, gracias por compartir todo esto. Ya para finalizar, tengo entendido que el próximo 21 de abril tocas junto a Columpios al Suelo en Matucana 100. ¿Qué nos puedes comentar al respecto? ¿Habrá material físico disponible ese día?
Sí. Va a estar el disco en físico, habrá poleras y sería bacán si la gente se motiva en ir para que puedan tener la primera edición del disco en CD. No va a ser el lanzamiento, pero sí será un adelanto. Vamos a tocar hartas canciones del disco nuevo y tendremos a Niña Tormenta e invitados. Columpios al Suelo estará presentando “Colores” que es un discazo. Va a estar súper bonito.
Fotos por Jerol Salas, Joaquin Cabello y Juan C. Maturana
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