Cancionero Rock: «Rime of the Ancient Mariner» – Iron Maiden (1984)
Cuando se mezcla la fantasía y la realidad, la pluma y la guitarra, la oscuridad de un poema con la densidad del rock, nace una excelente canción, como la de Iron Maiden, ‘Rime 0f the Ancient Mariner’. Una de las grandes y épicas del cancionero de los ingleses. De la mano del poeta inglés Samuel Taylor Coleridge viene esta rima que Iron Maiden logra musicalizar tan bien y logra transportarnos al tiempo y lugar en que acontecen los hechos.
Rime of the Ancient Mariner, es la historia de un viejo marinero que detiene a un asistente que va de camino a una boda para hechizarlo con sus ojos que brillan y contar sus vivencias en aquel extraño viaje en barco, e impide con fuerza sobrenatural que el invitado llegue a la fiesta. El relato comienza con la paz inicial, un viaje normal que al pasar la línea, la nave es arrastrada por la tormenta hacia los fríos vientos del sur, cada vez más hasta alcanzar los mares del polo sur, temibles, innavegables y con vientos que braman y truenan, con el frio que cala el alma, el autor lo deja claro: “La tierra de hielo, y de sonidos temibles, donde no había cosa viva para ver”.
Como un ángel, el albatros vino a ser su salvación, como un ángel el albatros cayó bajo la ballesta del viejo marinero y como una cruz le fue colgado al cuello como repudio. Los días pasaron y saliendo al Pacífico las cosas mejoraron hasta llegar a la quietud, la calma y la nada. Sin viento, sin impulso y estancados en el mar, con el sol siempre brillando sobre sus cabezas hasta ser visitados por unas fantasmagóricas sombras sobre un barco que se mueve sin viento, que se sortean a la tripulación en un juego de muerte, salvándose solo el hombre que cuenta su historia, sus compañeros caen perdiendo el soplo de vida. Días y días en el mar, solo y envuelto en la máxima quietud, “agua, agua por todos lados y nada para beber” los ojos de los muertos lo miraban como una vacía tortura.
Finalmente los seres elementales ponen fin a la maldición cayendo el albatros crucificado y un viento empuja el barco hacia el norte hasta llegar al pueblo natal, el faro y el puerto conocidos y las personas que podían expiar sus culpas. Como pago, el corazón del marinero lo obligará a relatar su historia de por vida a otros a quien sus ojos designen, bajo pena de incendiar su alma de no hacerlo, como pago, el marinero debe enseñar la palabra de Dios eternamente y quien escucha, luego se va turbado para despertar después como un nuevo hombre, más triste y más sabio.
Una canción que nuevamente nos trae un significado cristiano en la historia de la banda. Iron Maiden nos lleva por esta obra como una puesta en escena en el teatro. El relato del anciano marinero en la voz de Bruce, el crujir de las tablas del barco expuestas al sol, la vastedad del mar y la inmensa soledad creadas por la banda en los 13 minutos de canción dan la sensación de sentir el frio y el viento o estremecerse con la soledad y la agonía para finalmente recordarnos que en alguna parte, el marinero repite su hazaña, a través de siglos, una y otra vez.
Alejandro Coronado