Jim Morrison: el mito tras la muerte de una leyenda
“Tu muerte te dará vida y te librará de un vil destino”, escribió en su libro Desiertos, Jim Morrison. Suicidio, asesinato, sobredosis, brujería y una conspiración. Esas han sido las teorías que han marcado la muerte del vocalista de The Doors aquella madrugada del 3 de julio de 1971 en Francia. Según Pamela Courson, las últimas horas del ‘Rey Lagarto’ estuvieron marcadas por una fuerte tos que sufrió luego de ir al cine, la cual le hizo escupir sangre. Luego Jim tomaría un baño. Pam vuelve a la cama y cerca de las cinco de la mañana encuentra a Morrison rígido en el agua. Muerto. Esa es toda la verdad que existe hasta el día de hoy.
Para muchos, esa fue la última noche de ‘Lizard King’. Sin embargo, otra fuente dice que Alan Ronay (amigo de Jim) lo invitó a cenar junto a su novia. Morrison no habló mucho en la comida y Courson se preocupó, pues se encontraba ensimismado y sigiloso como pocas veces. Según Pam, después de eso el poeta y vocalista se fue al cine y volvió al apartamento. Pero se ha especulado que Morrison no fue al cine sino que visitó un club, antes de irse a dormir, llamado Circus donde mezcló su cuota diaria de licor con una fatal dosis de cocaína. Meras especulaciones, pero que desde ese punto se comenzaron a generar las contradicciones y las hipótesis acerca de aquella fatídica noche.
El 5 de julio la prensa británica fue la primera en especular acerca de la muerte Mr. Mojo Risin y las oficinas de Elektra comienzan, de inmediato, a pedir la confirmación o el desmentido de esta información. Pero, mágicamente, nadie de la casa discográfica sabía que estaba en París. Tampoco la embajada de Estados Unidos sabía de su paradero ni mucho menos la policía. Todo confuso. El único que logró obtener una noticia al respecto fue el mánager, Bill Siddons quien recibió esto como una nueva falsa alarma, pero decidió verificar y contactó a Pam quien le pidió juntarse lo antes posible. El 6 de julio encuentra a Pamela desconsolada, con un ataúd sellado herméticamente y un certificado de defunción que fue firmado por un supuesto médico del cual nadie recuerda su nombre ni menos cómo era, pero que señaló que la causa de la muerte fue un ataque al corazón. Todo borroso.
El 7 de julio fue enterrado en el cementerio Pére Lachaise en una ceremonia bastante íntima, evitando sensacionalismo y donde solo un grupo disminuido fue invitado a presenciar: Pamela, Bill Siddons, la cineasta Agnes Vadja, Alan Ronay y la secretaria de Morrison; Robin Wertle. Al otro día, Courson y Siddons regresan a Los Ángeles. Las teorías siguieron e incluso algunos optimistas se aferraron a la idea que no murió, pues solo Pam y el médico vieron a Morrison muerto. Otros, por su parte aseguraron que la misma noche que falleció vieron a Morrison tomando un avión para desaparecer mientras el juicio de Miami duraba. Las palabras de Pamela antes fallecer aquel 24 de abril de 1974 fueron siempre vagas: “A menudo el espíritu de Jim abandonaba su cuerpo y regresaba desde ciudades mágicas contando extrañas historias. Y esta vez, no ha vuelto… eso es todo”. Incluso, la misma banda se mantuvo incrédula debido a que muchas veces los rumores habían matado a ‘Jimbo’ un par de veces, pero cuando los restantes integrantes de The Doors vieron a Pam todo se desvaneció.
“Vi a Pamela unos meses más tarde y cuando la miré a los ojos comprendí de inmediato que Jim había muerto”, dijo John Desmore en 1972. Por su parte, Ray Manzarek afirma que le cree a la novia del cantante, pero también siembra la duda por todo lo que significaba el juicio de Miami: “Si Pamela servía de indicador, entonces Jim estaba muerto. No fingía. Era una mujer totalmente destrozada. Jim era toda su vida, estaba hundida; yo di por sentado que que Jim Había muerto por su reacción y por el hecho que el ataúd se colocó bajo tierra y nadie ha dicho otra cosa. Pero… ¿Quién sabe? Todavía estaba pendiente lo de Miami y querían meterlo preso. Querían a Morrison e intentaban convertirlo en un ejemplo, y él estaba asustado. Todos estábamos asustados. Eso le preocupaba muchísimo”.
Lo que se toma como información oficial viene desde el mismo mánager de The Doors, Bill Siddons quien publicó un informe cinco días después de la muerte de Morrison: “Acabo de regresar de Paris, donde he asistido al funeral de Jim Morrison. Jim fue enterrado con una sencilla ceremonia, con solo algunos amigos presentes”. Sobre las teorías de la defunción de Jim y el hermetismo que la envolvió, afirmó que “las primeras noticias de su muerte y su entierro fueron silenciadas porque quienes lo conocíamos íntimamente y lo queríamos como persona quisimos evitar la notoriedad y el ambiente circense que rodeó la muerte de similares personalidades del rock ‘n’ roll como Janis Joplin y Jimi Hendrix”.
Sobre la paupérrima salud que tuvo en sus últimos días de vida el ‘Rey Lagarto’, Siddons aseguró que “Jim murió en paz, por causas naturales. Estaba desde marzo con su mujer, Pam. Había visitado a un médico a causa de sus problemas respiratorios y el sábado 3, día de su muerte, volvió a quejarse de este problema”.
Steve Harris, quien trabajaba en Elektra dijo que Jim le había comentado, tiempo atrás de su muerte, que le gustaría desaparecer y que la discográfica ayudara a hacer correr el rumor, pero Harris le dijo “hay un problema. Nadie sabe todavía quién eres”. En 1971 hubiese funcionado correctamente, pero no fue así. Tras su muerte se aseguró que el FBI lo había asesinado, otros aseguraron que unos empleados de un banco de San Francisco habían hablado con él y que varias emisoras del estado de California recibieron un disco de un cantante desconocido que se hacía llamar el ‘Fantasma’. En 1974, Capitol publicó un álbum titulado “Phantom’s Divine Comedy” en pleno anonimato en el que la voz del cantante recordó a la de Jim. No obstante, en 1992 se reveló que el cantante detrás de eso resultó ser Iggy Pop. También una emisora de Nueva Orleans anunció una entrevista exclusiva con Jim que se emitió el 3 de noviembre de 1975, pero nadie aseguró que fuese la voz del frontman.
“Si tuviera que volverlo a hacer, creo que lo habría hecho con más tranquilidad, sin demostraciones públicas, como un pequeño artista que se dedicó laboriosamente a su tarea en su jardín”, escribió Morrison, advirtiendo como fue lo que rodearía su fallecimiento y desaparición del juego central, el elemento subversivo y peligroso de ser simplemente: Jim Morrison.