John Garcia en Chile: Huracán stoner
En la antesala de este show, donde tuvimos la oportunidad de conversar con él, John Garcia, el gigante de la movida stoner californiana, de portentosa voz y que ahora disfruta muy relax de su carrera en solitario, nos contó acerca de este show, de cómo sería (totalmente enchufado pese a que su disco reciente fue acústico completamente) y además dijo que iba a estar orientado a material de los gloriosos años noventeros de Kyuss. La promesa se cumplió y la verdad, superando expectativas.
El maestro, quien bordea los 50 años y quien dejaba en casa sus lentes oscuros y la melena característica, ahora con un buen peinado y una clara actitud de refresco, subió tarde y el cansancio era latente, pero bastaba solamente para escuchar las primeras atronadoras notas de ‘Gardenia’ para dejarse seducir por este show que llegó a una altura demasiado correcta, porque si bien está claro que no llegó con ningún músico de Kyuss, sí se preparó para la ocasión y muy bien, entregando un show diverso, con una pasada por varios de sus proyectos y dejando clara la marca «John Garcia» más que todo, solidificando el buen momento en que está ahora, sin conflictos ni litigios por derechos nublando su cabeza, sin el afán de reconstruir algo que en los últimos años lo ha complicado más de la cuenta, y ese resultado en vivo se notó ayer.
Garcia sorprendió principalmente por su vozarrón que está intacto y pareciera que mejor que nunca, era sorprendente, pero también por sus movimientos pélvicos, pequeños bailecitos y contorsiones, dejando claro lo crack que se le vio anoche cuando ya todos vibrábamos con temas como ‘Thumb’, ‘50.000.000 Year Trip’, ‘Freedom Run’, ‘Hurricane’, las increíbles ‘Tingy Zizzle’ ‘One Inch Man’ o la propia ‘Rolling Stoned’o ‘5000 Miles’ de su carrera solista, ya incluso pasadas las 2.00 de la madrugada.
En tal entrevista nos contaba de lo contento que se encontraba con su banda de acompañamiento, con un sólido en la guitarra como Ehren Groban que pese a un pequeño desliz en ‘Rodeo’, brilló notablemente, también con un bajista dispuesto a seguir las encrucijantes líneas de bajo de estos temas llamado Mike Pygmie y en la batería una máquina llamada Greg Saenz, todos a la orden del jefe que se sabe por libro el manual de cómo realmente demoler sónicamente en un concierto con el sonido en vivo, como imponiendo su lugar, siendo parte vital de una de las bandas más importantes e influyentes del rock alternativo mundial.
Punto aparte fue el final, donde lisa y llanamente fue «cortado», pues aún le quedaban temas en un set bastante extenso que preparó, por cierto, recalcando que era su única parada en Latinoamérica exclusiva, y aunque por más cansados que estuviésemos, aún teníamos ganas de seguir disfrutando de su show. Tuvo que elegir una canción de las -al parecer- al menos dos que le quedaban, y no podía ser otra que la gran «Green Machine» para culminar un show potentísimo y dejando muy en alto el nombre del stoner, de sus bandas y de su figura por cierto.
Por Patricio Avendaño R.
Fotografias por Peter Haupt Hillock