Jordan Rudess en Chile: Odisea progresiva
Pocas veces se tiene la oportunidad de interactuar con un virtuoso de la talla de Jordan Rudess (Dream Theater) en una velada íntima sin toda la cascada de notas a las que normalmente acostumbran los neoyorkinos y sin todos los gadgets que tanto le gustan al músico.
Rudess comienza dándonos un recorrido antológico por su carrera no solo por la banda, sino comenzando con su primer acercamiento al Piano clásico donde aparte de la anécdota introduce la Partita No. 5 en G Mayor de Bach, paseándose por su adolescencia y ese primer acercamiento con el rock progresivo en un medley de Pink Floyd (Hey you), Genesis (Entangled) y King Crimson (I Talk To The Wind y The Court Of King Crimson), donde vemos cómo se siente en confianza al animarse a cantar cosas que nunca se le ha visto hacer en Dream Theater.
Jordan se nota relajado, sonriente y de buen humor mientras comenta cómo le tocó hacer un comercial de parches curita de joven tocando el piano mientras estudiaba en la prestigiosa escuela de música Julliard, además de la primera banda donde participó mezclando clásicos pop de la época con Emerson, Lake and Palmer (Tarkus). Además aprovechó para compartir un adelanto de su nuevo disco solista que saldrá en abril de 2019 con un tema cantado.
Ya en este punto tanto el virtuoso como los asistentes se sienten en confianza y comienzan a sonar temas de Liquid Tension Experiment (Hourglass) y Dream Theater (The Silent Man, Hollow Years y Spirit Carries On) graciosamente los más fanáticos trataban de susurrar las letras, pero los más puristas los mandaban a callar, luego de esto Jordan cuenta una anécdota sobre su participación en el disco Heathen (2002) de David Bowie y seguidamente procede a tocar y cantar una versión bastante personal de Space Oddity. Para salir de la rutina el músico se levanta del piano y se va a su iPad donde tiene su app GeoShred lista para tocar un jam de blues y regresar al banquillo para juntar una pieza inspirada en Japón con el clásico instrumental de Dream Theater (The Dance Of Eternity) y acá de nuevo como muchos fans no podían cantarla entonces más de uno poseído por el espíritu de Mike Portnoy se puso a tocar batería al aire. En el encore el mago de las teclas juntó el clásico Chopsticks con nada menos que Bohemian Rhapsody para cerrar con broche de oro.
Sin duda alguna, fue una velada muy amena donde los fans del metal progresivo pudieron aprender en casi dos horas que se puede sentir la música sin distorsión, ritmos de doble bombo y head banging. Rudess a sus 62 años aún sigue explorando caminos fuera de su zona de confort y esperamos que paralelo a su papel en la banda nos siga deleitando con más experimentos como este.
Por Alain Villarroel
Foto: Miguel Fuentes