Judas Priest – Invincible Shield: la mirada hacia el futuro
Columbia Records, 2024
Es increíble que el metal, un género tan complejo y que para sobrevivir exige amplias cualidades artísticas a sus músicos, siga generando expectación cuando uno de aquellos nombres que han logrado pasar las décadas, anuncia nuevo trabajo de estudio. La forma de consumir música ha cambiado y hay tal vorágine de lanzamientos, que ya resulta difícil que un nuevo disco tenga la virtud de atrapar al oyente, aunque tengan estampa de lideres de su género, como es el caso de Judas Priest; los británicos fueron responsables de definir el estilo, en cuanto a parámetros musicales y estéticos, por lo que son heavy metal puro y duro; en 2024, a 50 años de su formación, lo vuelven a dejar claro. En esta ocasión, con Invincible Shield, le sacan brillo a una trayectoria rutilante y que supera cualquier expectativa en torno a este disco número 19.
Desde ‘Panic Attack’, la banda muestra que sigue en plena forma. Los inconfundibles riffs, combinados con la potente voz de Rob Halford, crean una sonoridad implacable. La habilidad de los guitarristas Richie Faulkner y Glenn Tipton es notoria y va respaldada por la enérgica batería de Scott Travis. ‘The Serpent And The King’ rinde homenaje al glorioso pasado de los británicos con una composición que bien podría pertenecer a sus clásicos de los ’80; Halford sigue incisivo. ‘Invincible Shield’, con un poco más de seis minutos de duración, reúne todos los requisitos exigibles en un track para un fan acérrimo de Judas: guitarrero, frontal, efectivo, con un riff inconfundible, con velocidad y un Halford pletórico. Temazo.
‘Devil In Disguise’ baja los decibeles a un buen rock y tiene estructuras de algunos de los temas del Angel of Retribution; quizás es el menos potente, pero con las sucesivas escuchas te va atrapando. ‘As God Is My Witness’ retoma la potencia, dejando una colección de buenos fraseos, veloz guitarra y la rápida pegada de Scott Travis, por el que no pasan los años; todo lo corona un estribillo muy coreable. ‘Gates of Hell’ evoca la furia y la esencia del heavy metal clásico, mientras que ‘Crown of Horns’ se destaca como una épica que resalta la maestría de Halford como narrador. ‘Trial By Fire’ y ‘Sons of Thunder’ son otros ejemplos de que la fórmula Priest es ganadora aún en 2024.
Redondeando, el sonido del disco es muy similar al de Firepower, con guitarras salvajes, afiladas que nos llevan a su época de máxima gloria. No se queda atrás en el ritmo, porque sigue ahí el incombustible Ian Hill y la máquina que es Scott Travis. Y por supuesto, todo aderezado con la vigencia y presencia póstuma de Rob Halford, la voz única que vuelve a firmar un fantástico trabajo, sacándose algunos agudos épicos y sabiendo modular su interpretación para los tonos intermedios. Entonces, a nivel vocal, se podría decir que está mucho más cerca de la voracidad metalera ya exhibida en el gran disco anterior, lo cual es brutal si consideramos el inexorable paso del tiempo.
Judas Priest no han perdido el olfato a la hora de crear esos riffs que moldearon los oídos de muchas generaciones a través de 5 décadas, las mismas que llevan pontificando que son los ‘defensores de la fe metálica’ y, precisamente, eso es lo que encontramos en Invincible Shield; además, el tremendo Ian Hill se ha cuadrado como pieza fundamental en el sonido de la banda, de modo que su amenazante bajo se deja notar en todo el desarrollo.
Invincible Shield es un regalo para los fans y una celebración de los 50 años de metal de Judas Priest, porque no solo satisface a los exigentes seguidores, sino que también reafirma por qué la banda sigue siendo una leyenda, porque continúa marcando pauta pero siempre perfilándose al futuro, incorporando algo nuevo pero respetando su raíz más dura, lo cual seguirá permitiendo que el género perdure con calidad y no como una simple lucha por resistirse al paso del tiempo.
