Judas Priest y Whitesnake en Chile: Un epitafio escrito con fuego

Judas Priest y Whitesnake en Chile: Un epitafio escrito con fuego

Movistar Arena, Santiago 20 de septiembre 2011

WHITESNAKE

La serpiente blanca se presentó con todas las de la ley y con una excelente formación siempre comandada  por David Coverdale, quien junto al gran guitarrista Doug Aldrich han sido los amos de la banda desde sus inicios. Presentándose en calidad de teloneros de Judas Priest cumplieron muy bien su cometido y estuvieron a la altura de las circunstancias.

Con éxitos reconocidos durante  toda su trayectoria , mas algo de los nuevos trabajos, se defendieron muy bien ante un publico que en su gran mayoría era de gusto mas metalero.
Arrancaron a las 20.00 hrs. según lo pronosticado con clásicos como ‘Give Me All Your Love’ o ‘Is This Love’, que ya lograron prender a la multitud a punta de excelentes solos a cargo de los experimentados Reb Beach y Doug Aldrich, este último un veterano en la banda que hizo gala de toda su pericia en las cuerdas.

Gran parte de su show de hecho fue para los solos respectivos, una especie de duelo de guitarras y la buena técnica de Brian Tichy en la batería quien apunta de piruetas y lanzamientos de baqueta hacia arriba para luego atajarlas (aun que se equivocó en una, hay que decirlo), pero supo salir bien del paso repitiendo el número correctamente. Al cabo de esto una tripleta estupenda de lo mejor de sus discos ochenteros , sonaron ‘Fool for Your Loving’, ‘Here I Go Again’, ‘Still of the Night’ y ya notábamos que estábamos llegando al final. Los cierres escogidos por la banda fueron de la era Deep Purple de David Coverdale, con ‘Soldier of  Fortune’ y ‘Burn’ , que entremedio tuvo un pedazo de la gran ‘Stormbringer’. Aunque la voz de Coverdale no registra lo impecable de aquellos años, fue un muy buen show y el público en su mayoría así lo dio a entender con una gran ovación de despedida.

JUDAS PRIEST

Tal como lo había anunciado hace algún tiempo en su sitio web, Judas Priest volvió a Chile en el marco de lo que ellos mismos denominaron The Epitaph World Tour, lo cual estaría sellando una extensa carrera de casi 38 años. Aunque hay incredulidad en el tema, ya que se dice que seguirían de todas maneras, esta gira sirvió de pretexto para que se mandaran un show excepcional en nuestro país.

Judas Priest tardó aproximadamente 25 minutos en salir acabado Whitesnake. Para ese entonces los espacios que quedaron mayoritariamente en las galerías antes que Whitesnake hiciera lo suyo ya habían sido copados en su gran totalidad , de esta manera casi llenando el Arena Movistar. Un público muy heterogéneo por lo demás, donde podíamos ver a niños sub 15 hasta rockeros de tercera edad ya, pero todos con el mismo entusiasmo.

Tras el telón gigantesco que mostraba su flamante logo del Epitaph World Tour, arrancan en escena con dos bombazos de su álbum British Steel: ‘Rapid Fire’ y la clásica ‘Metal Gods’, el fervor del pueblo sediento de metal no se hizo esperar y respondió con un aguerrido mosh. La escenografía iba alternándose con unos telones traseros que  cambiaban regularmente conforme a las canciones que iban pasando y sus respectivos discos. Por otro lado a los costados de la tarima donde Scott Travis gobernaba con su batería, se prendían fuegos de forma regular. Además  muchas luces estilo laser que salían de la parte trasera hacia arriba, dando un efecto un tanto espacial a todo este entorno. Mientras todo esto ocurre siguen corriendo clásicos como ‘Judas Rising’, ‘Starbreaker’, ‘Victim of Changes’ o ‘Never Satisfied’. La voz de Halford en su agudez máxima nos daba cuenta que no ha perdido ni en lo mas mínimo su registro y agudez vocal clásica del heavy metal, lo cual es prácticamente increíble a sus 60 años.

Llega el momento de la guitarra acústica a escena para ejecutar un cover de Joan Baez llamado ‘Diamonds & Rust’, que Judas supo proporcionarle un  brutal final. Acto seguido Halford estrena su look inquisidor con un traje con capucha plateado (uno de su colores mas preciados) y un tridente, así representando a su álbum  Nostradamus con el tema ‘Prophecy’. El show no estuvo para nada exento de teatralidad, iban a ser múltiples los cambios de traje durante el transcurso del concierto, trajes negros con capa, otro con adornos dorados, su bastón y boina como accesorios también aparecieron.

Las siguientes joyas del metal continuaron con ‘Turbo Lover’, un par de regalos de acrobacia y piruetas de parte de Scott Travis en su batería y suenan ‘Beyond the Realms of Death’, ‘The Sentinel’, ‘Blood Red Skies’ y otro cover, esta vez de Fleetwood Mac, para la canción ‘The Green Manalishi (With the Two Pronged Crown)’. Un speech de Halford acerca de la importancia del disco British Steel y la cantidad de canciones de calidad del heavy metal que incluyó anteceden a uno de los momentos mas esperados de la jornada con ‘Breaking the Law’, aunque Halford ni se dio el trabajo de cantarla ya que el público lo hizo durante toda la canción y a todo pulmón. La aclamada y metalera ‘Painkiller’ sonó a continuación y esta vez los fuegos se entrecruzan produciendo un fantástico efecto en este infierno mismo en que nos sometió Judas Priest.

Los guitarristas Glenn Tipton y el joven y recién ingresado Richie Faulkner coquetearon con el público todo el concierto, otorgando un cálido feeling que era muy bien devuelto por toda la horda del metal crew que llenó el Movistar. Por su parte el veterano bajista y fundador de la banda Ian Hill marcaba su línea de bajo en todas las canciones con un destacado entusiasmo, aunque su lugar siempre estuvo fijo, ahí, hacia el costado derecho del escenario, un poco mas adelante de la batería y un poco mas atrás del lugar por donde mas estable se ubicaba Tipton.

Ya empiezan a despedirse y el primer encore llega. Ese ojo con rayos de fondo ya nos lo anticipaba : ‘Electric Eye’, otro infaltable y gran himno del heavy metal, a lo que seguido se suma el sonido de la motocicleta y el humo que salía de una especie de tubos de escape gigantes hacia el público, y la entrada de Halford en su Harley Davidson que produjo la locura total con la interpretación de ‘Hell Bent for Leather’.

Después de un juego vocal entre Halford y el público y volver arropado con la bandera de Chile (incluso la besó en su momento), otro clasicazo como ‘You’ve Got Another Thing Coming’ despierta nuevamente los fuegos candentes, en una real caldera humana a punto de estallar y luego la nueva despedida. No sin antes volver con una mas, que fue nada menos que ‘Living After Midnight’. Un broche mas que apropiado con una de sus canciones mas emblemáticas.

Gusto a poco imposible. Judas cedió grandes clásicos que esta gira solo podía proporcionar ya que no venían en plan de promoción de ningún disco nuevo. Emocionante show ya que para muchos no hay vuelta debido al carácter de despedida que esta gira tiene. Pero nunca se sabe, quizá estos titanes del heavy metal den pie atrás en su decisión y nos brinden un último gran show. Pero esto que nos dejó en la memoria esta noche, para muchos será imposible olvidarlo.

 

Patricio Avendaño

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