Kasabian en Chile: Caupolicán en llamas
Sin echar mano necesariamente a todos sus hits, la banda desató los fuegos en el Teatro Caupolicán
No podemos decir que la banda de Leicester se fue sin darlo todo en su primer show en solitario. Con un Teatro Caupolicán casi lleno, Kasabian desató la fiesta en el recinto capitalino, el mismo donde seis años antes hubieran deseado estar. Tras una previa con clásicos del punk rock como música envasada (y sin la presencia de una banda telonera), los ingleses, un cuarteto reformado como sexteto en vivo, se presentaron puntualmente en el escenario a las 21:00 horas.
Apenas terminó de sonar la música envasada (“I’m Waiting for the Man” de The Velvet Underground fue la última canción), entraron Tom Meighan, Sergio Pizzorno y el resto de la banda, con las fanfarrias de Universal Pictures y de 20th Century Fox sonando de fondo. El público, expectante tras esa prometedora cortina de arranque, prendió con los primeros acordes de “Ill Ray (The King)”, sencillo de su último álbum “For Crying Out Loud” (2017). A la segunda canción arremeten con todo, la exitosa “Underdog”, sencillo del aclamado tercer disco de 2009 “West Ryder Pauper Lunatic Asylum”.
La fiesta siguió con “Days Are Forgotten”, “Eez-eh” y “You’re in Love With a Psycho”, esta última del álbum de 2017. En la cancha se vivió un verdadero moshpit, igual que en el show que los ingleses dieron en Lollapalooza Chile 2015. Desde este set de canciones, se vio a Tom Meighan comprometido con su rol de frontman, moviéndose al ritmo de la música y conectándose con el público (algo de Mick Jagger tiene el inglés de 37 años en su desplante escénico) y desde la guitarra está el otro maestro de ceremonias, Sergio Pizzorno, quien se corona como el segundo frontman de la banda. Llama la atención por su altura, su pantalón camuflaje y su camiseta blanca alusiva a los hits del grupo, pero también por generar toda esa magia desde la composición.
Kasabian siguió alentando a las masas con “Wasted”, del más reciente disco, para después regalar uno de los puntos altos del show: el hit “Club Foot” de 2004, que hizo sacudir a todos desde cancha hasta las tribunas. Fue la única ocasión en que Chris Edwards cambió el modelo de su bajo, sonando igual de distorsionado que en la versión del álbum (en ese entonces fue Christopher Karloff quien tocó el instrumento). Apelando al ambiente fiestero, siguen con “Re-Wired”, sencillo del “Velociraptor!” de 2011, uno de los momentos donde se lució el guitarrista Tim Carter, invitado en las giras junto con el tecladista Ben Kealey.
Entre medio de la fiesta, hacía falta algo más pausado, un instante para que Tom Meighan se tome un pequeño receso. Es Sergio Pizzorno quien toma la voz principal y la guitarra acústica en “British Legion” (perteneciente al disco “Empire” de 2006), apoyado por el resto de la banda. Las luces de celulares y de algunos encendedores colaboraron con ese ambiente íntimo. El cantante vuelve al escenario y retoman la intensidad con el pre-sencillo de “Velociraptor!”, “Switchblade Smiles”, donde Ian Matthews reúne la complejidad con la fuerza desde la batería. A estas alturas, Kasabian dejó a su audiencia bien arriba con el single homónimo del álbum “Empire”. Un detalle: durante el puente de la canción, Tim Carter interpretó en guitarra el solo vocal de Joana Glaza (del grupo Joana and the Wolf) en la versión del álbum.
“Bless This Acid House”, single del “For Crying Out Loud” fue el siguiente track en el setlist, el momento donde Tom Meighan juntaba sus manos al cielo, el gesto de bendecir esta casa que los recibió, el Teatro Caupolicán. Tras esto, Kasabian citó otro de los singles del predecesor “48:13”, el intenso “Stevie” (por si acaso, notarán que todos los temas del disco de 2014 llevan sus títulos en minúscula). Y tras casi una hora de show, los de Leicester dejan bien alto su nombre con el recordado hit de 2004 “L.S.F.”, cuyo coro final fue seguido por la multitud hasta el momento que la banda dejó el escenario, a la espera del bis de rigor.
Pasadas las 22 horas, Kasabian abre el bis con “Comeback Kid”, el último sencillo de “For Crying Out Loud”, para después volver a 2006 con “Vlad the Impaler”. Y el cierre no podía ser menos: el single “Fire” del álbum de 2009, que hizo corear y bailar a todo el público. El frío capitalino se esquivó dentro del Teatro Caupolicán tras una hora y veinte minutos de concierto, con puntos altos como “Club Foot”, “L.S.F.” y la misma “Fire” dentro de un setlist que siempre dejó arriba el ánimo. Es cierto que el recinto no se llenó del todo y que faltaron algunos hits, como “Reason Is Treason” o “Processed Beats”, lo que hizo que todo pasara tan rápido, pero esta noche fue agradecimiento de y para ellos. Si Lollapalooza 2015 fue el prometedor comienzo, este show de 2018 fue la consagración para los ingleses en Chile.
Por Carolina Plaza Vilches
Foto: Time4Fun