King Gizzard & The Lizard Wizard: el demencial ímpetu de llevar la psicodelia al extremo
Con más de 13 discos en solo 6 años se han convertido en una de las bandas más prolíficas de la neo-sicodelia australiana
Son australianos. De Melbourne, Victoria, para ser más precisos, y es una banda la cual arma su catarsis musical dentro de varios estilos, ya que desde sus inicios (la banda se formó en el año 2010) han sacado material en donde han abordado desde el surf rock, el garage, la neo-psicodelia, el jazz, el progresivo e inclusive el avant-garde.
Con insaciable apetito compositivo y una creatividad conmensurable, han creado a lo largo de 6 años nada más y nada menos que 13 discos (sin contar los EPs), en los cuales han experimentado sin temor al qué dirán, y donde podemos decir que se han reinventado en tiempo récord, ya que muy pocos artistas actuales han logrado cambiar de forma tan camaleónica cómo lo han hecho ellos.
Stu Mackenie es el cabecilla detrás de lo que es este gran monstruo que vomita paredes sónicas. Es en base a canciones compuestas por él que la banda explaya todo tipo de demencias y delirios, los cuales podemos ver muy bien plasmados en su obra, hasta la actualidad.
Sus influencias van desde el rock más suave hasta el heavy metal más áspero, combinado con mucho LSD. Discos cómo «Nonagon Infinity», nos enseñan cómo se debe hacer rock frenético con tintes esquizoides, ya que desde “Robot Stop” hasta la descarrilada “Road Train” nos invitan con sutileza a que nuestras mentes exploten en millones de pedazos. Algo totalmente increíble y peculiar de este álbum es que fue hecho para que esté, como el título lo dice, en un loop infinito, puedes reproducirlo de atrás para adelante o de adelante para atrás y notarás que el disco nunca se termina. Ésta es, sin duda, la mejor obra de la banda.
Sus excentricidades han llevado hasta modificar sus guitarras eléctricas, tornándolas microtonales, tanto es así que en un año (en el 2017), sacaron cinco discos en donde plasmaron canciones con dichos instrumentos. El “proyecto” fue concebido bajo el título «Explorations into Microtonal Tuning, Volume 1» (exploraciones en la afinación microtonal, volumen 1). Uno de esos álbumes que se destacan dentro de dichas exploraciones, es el “Flying Microtonal Banana”, el cual te lleva a una tener imagen caótica similar al mundo post-apocalíptico tipo Mad Max, colocándote con una hiperactividad sónica en un estado tan disociativo como la microtonalidad utilizada en el mismo (ya se ve venir la fiebre por estos instrumentos por parte de las nuevas bandas, y no los culpo, ya que es una de las ideas más geniales que se han visto en años).
Su álbum «Polygondwanaland» (2017), el cuál es el más progresivo dentro del “proyecto” “Exploratios…”, abarca canciones que compositivamente se encuentran a la altura de bandas clásicas como King Crimson, Hawkwind e incluso Yes, y también de bandas más actuales como Tool. El mismo fue pensado para que los fanáticos lo descarguen de forma gratuita desde su página oficial con formatos de alta calidad, regalando también el arte del disco, para que así puedan hacer su propio cd o vinilo. Tanto es así que los seguidores crearon un crowfunding para la edición física del mismo. Si bien recordamos algo así hicieron los Radiohead allá por 2007, con su aclamado “In Rainbows”.
Los siete de Australia ya están haciendo eco dentro de lo que es la escena indie mundial, al punto de encabezar festivales junto a sus coterráneos Tame Impala, siendo ambas bandas las que llevan la bandera de Psych-rock. Sin lugar a dudas los King Gizzard son la nueva promesa del rock actual.
KATLW ésta compuesta por Stu Mackenzie (voz principal, guitarra standard, guitarra microtonal, flauta, bajo, sitar, mellotrón, sintetizador, y un sinnímero de instrumentos más, ya que el mismo expresó que va a aprender siempre a tocar instrumento nuevo hasta el final de sus días), Ambrose Kenny Smith (sintetizador, armónica, teclado, órgano y guitarra), Joey Walker (guitarra principal y vocales), Cook Craig (guitarra rítmica y vocales), Lucas Skinner (bajo y vocales) y completan la formación Michael Cavanagh y Eric Moore, ambos en la batería.
Por Diego Fernández