Knotfest Brasil Día 1: and the rain will kill us all

Knotfest Brasil Día 1: and the rain will kill us all

A pesar de que recibimos la llegada del festival con una lluvia repentina, nada fue impedimento para comenzar esta jornada de Metal y Rock en São Paulo, que vibró con una energía inigualable, creando una verdadera comunidad que une a los amantes de la música pesada. El punto de encuentro fue el Allianz Parque, que tras dos años de espera por fin iluminó nuevamente sus butacas, donde se pudo sentir la vibra noventera y el furor desatado en el inicio de un fin de semana de música en su más pura esencia.

Orbit Culture fue la primera banda internacional en dar el vamos, su sonido, con una mezcla de melodías trabajadas y brutalidad, sonó con fuerza, despertando a un público uniformado con sus impermeables que se entregaron al ritmo de los suecos. Los buenas impresiones entre los asistentes fueron diversas, más de alguno buscaba en Spotify o Shazam los temas para así seguir a la banda, otros simplemente los escucharon con quienes con sus destrezas musicales lograron energizar a la multitud.

Pero como Knotfest es un festival que alterna sub-géneros, tras la presentación de los locales Kryour, les siguió Dragonforce a quien tuvimos hace poco en el Teatro Cariola. Con sus covers diversos y «las canciones del Guitar Hero» se echaron al bolsillo a fans nuevos y antiguos, que hipnotizados ante las veloces guitarras que encendieron de colores el Allaniz, se dejaron envolver por el show.

Project 46 y Rãtos de Porão también animaron a los asistentes, dejando buenas impresiones sobretodo en publico extranjero que no había tenido la oportunidad de verlos tan seguido como el público local, provocando los primeros moshpit que a pesar de ser más suaves, de todas maneras el poder del metal nacional siempre tira con fuerza, convirtiendo el show en una descarga.

Meshuggah tuvo una imponente presencia desde el primer acorde, con una trayectoria sólida que los respalda y un sonido ensordecedor y brutal, desde Suecia visitan Latinoamérica para enseñarnos la capacidad única de reinventar el metal, despedazarlo en sus guturales y guitarras que no parecen humanas y luego caer en quiebres melódicos que te arrastran en un éxtasis absoluto. Con fuegos saliendo del escenario y riffs disonantes, hicieron saltar a todos en un setlist que fue la cohesión perfecta de su discografía, con temas de su aclamado disco «obZen» así como su material nuevo, rugieron en São Paulo, con una presentación de excelencia.

Amon Amarth y sus dos esculturas gigantes, custodiaron a tofos mientras literalmente un conjunto de fans que entre risas y jugueteos burlaron el espíritu retrógrado que se asocia al metal para formarse en fila en el suelo y remar, remar y remar, haciendo este clásico de los conciertos de los vikingos rabiosos. Llenos de fuego, con un Johan pidiéndoles más pasión y mayor compromiso a la hora de hacer círculos de mosh, en un escenario teatral que nos transportó.

Mudvayne y su regreso a los escenarios ha dado que hablar, en lo bueno y lo malo, Chad Grey caracterizado con su pintura blanca, a veces perdía la voz, eso sí, la energía era pura, en la canción «world so cold» la banda pidió encender las linternas para iluminar al estadio de puras reminiscencias, fue como volver a la época de MTV y colección de cds.

Y cerrando, los dueños de casa se coronaron una vez más como los grandes de su propio festival, Knotfest es su esencia y Corey lo sabe, hablando en portugués y llamándonos amigos su entrega fue total. Otro hito de la presentación fue el debut del brasileño de Eloy Casagrande que detrás de esa máscara tocaba con la energía de estar en la fiebre de sus tierras, Clown se paseó por todos lados con su bate y sus bailes, interactuando con la audiencia que lo seguían en sus travesuras, igual que Michael Pfaff que encima de un parlante se acercó a cantar.

Las canciones fueron puros clásicos, como se había anunciado se trató de una presentación especial para Brasil, es difícil escoger entre décadas pero pareciese que fue elegido con pinzas, porque se pasearon por el «All hope is gone» (2008) con Psychosocial donde la lluvia y un eufórico Corey cantando «and the rain will kill us all» sonó casi profético, luego le metieron fuego con «The Devil In I» canciones como «Before I Forget» «Unsainted» y la inesperada «Spit it out» Tocaron incluso «Vermilion», dándole la oportunidad a fans de siempre y a fans nuevos de vivir la experiencia Knot.

Un evento donde miles se congregan unidos por la pasión y energía cruda que solo el metal puede brindar, los fans, que con sus camisetas favoritas componen la marea negra, donde resaltan tatuajes y una sola pasión, Knotfest es un espacio donde las diferencias se olvidan, es un momento de catarsis y así se sintió la primera noche.

María Ignacia Cornejo

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