La Ruta hacia Lollapalooza: Robert Plant and the Sensational Space Shifters, un Zeppelin que vuela con recursos propios
La agenda de Robert Plant durante el último año ha estado particularmente ocupada. Más de 50 conciertos durante 2014, gran parte de ellos para promocionar su excelente disco “Lullaby and…the Ceaseless Roar” junto a su banda The Sensational Space Shifters. Nada mal para quien ya está alcanzando los 70 años y que, salvo un estupendo hiato en 2008, no toca con su banda madre hace 35 años. Su última placa fue ampliamente aplaudida durante 2014, probablemente la más aplaudida de una carrera solista que ha tomado un mayor impulso, quien lo diría, en los últimos años. Al menos desde el punto de vista creativo.
“Lullaby and…the ceaseless roar”
El estreno discográfico del viejo Plant acompañado de los Sensational Space Shifters fue tema obligado en los recuentos discográficos de lo mejor de 2014 alrededor del mundo, incluyendo Chile. Un disco tremendamente atrevido, vanguardista, pero a la vez sin dificultad para gustar entre los antiguos fanáticos del ex Led Zeppelin. ¿Qué podemos encontrar en “Lullaby…”? Poco blues, al menos en su estética convencional, y harto de Radiohead, mezclado con sonidos provenientes de algo así como el folklore celta o la música hindú que tanto ha influenciado al vocalista en su trayectoria. En los SSS hay mucho rock, pero también mucho atrevimiento indie. Melodías exquisitas, múltiples instrumentos, nutriéndose de movimientos creativos mucho más actuales como Radiohead y todos quienes los siguieron durante los últimos 10 años. Es Robert Plant haciendo rock alternativo del mejor gusto, sin duda alguna.
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El show.
Robert Plant y su banda suenan impecable en vivo. En ningún caso se trata de una banda tradicional de blues rock como Led Zeppelin. Se trata de jóvenes músicos con un notorio impulso creativo, con todas las ganas de seguirle el juego al abuelo Plant, que se niega a envejecer y a vivir de sus glorias pasadas. Tampoco se trata de una banda preciosista con la permanente intención de sonar perfecto. No sorprende, por lo tanto, que parte del show que la banda realizó múltiples veces durante el pasado 2014 contenga varios pasajes de “Lullaby…”. Esperemos que lo mismo ocurra en Lollapalooza 2015.
Pero Robert Plant tampoco reniega de su pasado. Su postura actual no se trata de eso. Se trata más bien de combinar lo nuevo con las glorias pasadas. Tomar lo que hizo y reinventarlo, seguir divirtiéndose tocando “Black Dog” o “Babe, I’m Gonna Leave You”, infaltables en su repertorio. Así, para tranquilidad de los más nostálgicos, más de la mitad del repertorio que Plant ha venido presentando en el último año es Led Zeppelin, o covers popularizados por Led Zeppelin.
En conclusión, el show que probablemente el maestro nos traerá a la versión 2015 de Lollapalooza no podría ser más atingente al espíritu del festival. Plant no viene a poner el pie encima a las nuevas bandas del cartel, abusando de la nostalgia como perfectamente podría hacerlo, y como sin duda muchos lo hacen. Plant viene a comulgar con las nuevas camadas, a participar de un diálogo poniendo en juego varias de las obras maestras que lo pusieron en el pedestal del rock que le corresponde, pero a su vez viene a nutrirse de nuevos sonidos. De algún modo, a los 66 años, Robert Plant viene a defender un nuevo disco ante los jóvenes. Se vino a ganar un lugar entre los cabezas de cartel a punta de novedades. Como debe ser en Lollapalooza. Eso se agradece enormemente.
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Por Felipe Godoy Ossa