Led Zeppelin modo ranking: Revisamos la discografía de unos gigantes del peor al mejor

Led Zeppelin modo ranking: Revisamos la discografía de unos gigantes del peor al mejor

Seguramente no seremos los primeros ni los últimos en revisar y revisitar el tremendo legado y huellas que ha dejado la música de Led Zeppelin hasta el día de hoy, compuesta por discos esenciales y muchos de ellos que nos suenan tan frescos hoy en día como hace 40 o ya casi 50 años atrás de haber sido paridos.

Puente esencial de la evolución del blues al rock, LZ es una banda en que superan dimensiones, tiempo y espacio y siempre es grato compartir sobre su historia y música, es por eso que en este ciclo en que hemos decidido rankear discos de nuestras bandas favoritas durante este año, ellos son nuestros siguientes invitados de lujo.

Esto es Led Zeppelin modo ranking en conteo regresivo según nuestro equipo, en un ejercicio sometido a votación, con opción a discusión y debate como siempre ¿Estás de acuerdo? Opina y comenta.

9) Coda, 1982

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Fue el póstumo obligado que tuvo que editar la banda y se notó. Tras la muerte de Bonham la banda, muy a regañadientes y aún muy dolida por la pérdida de su gran baterista y amigo, tuvo que lanzar un disco para cumplir las cláusulas contractuales con Atlantic Records, resultando de esto un disco algo «mentiroso» en que varias canciones se extrajeron de presentaciones en vivo puliéndolas para que sonaran de estudio o también descartes de otros discos, canciones que si bien no fueron «malas» derechamente, se quedaron eclipsadas ante la febril cantidad de himnos de sus antecesores. Pero era Led Zeppelin y aun así rescatamos algunas como la visionaria ‘Wearing & Tearing’ (muy speed, sucia y casi punk) o la soltura de ‘Darlene’, la remembranza blusera de ‘I Cant Quit You Baby’ de Willie Dixon o la acertada entrada con la ya conocida ‘We’re Gonna Groove’. Sin duda el «menos mejor».

8) In Through the Out Door, 1979

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Este fue el «White Album» de Led Zeppelin, un disco marcado-al igual que esa placa doble de The Beatles- por las diferencias, problemas y distancias entre sus integrantes. Aun así, entre las recaídas de John Bonham con el alcohol y la profunda pena de Robert Plant por la pérdida de su hijo, hay algunas composiciones que resaltan totalmente en la discografía/cancionero histórico de la banda: ‘Fool in the Rain’, maravillosa pieza rockera con influencias sudamericanas, en un momento que ya sus integrantes agregaban sendas influencias de «música del mundo» a sus arreglos; y otra joya de proporciones épicas como ‘All My Love’ definitiva y emocionante balada power. Pese a estos singles, no fue un «Greatest Hits» en disco como ya acostumbraban, pero si te quedaste solo con la primera etapa, más que la pena vale darle algunas vueltas, fuera de estos grandes singles reconocidos.

7) Presence, 1976

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Para este disco, Plant se estaba recuperando de un accidente automovilístico y actuó más como un espectador, siendo los verdaderos héroes de esta producción Page y Bonham. El desánimo de Robert se contrarrestó con la extraordinaria conjunción de estos dos astros. El álbum es el único de la discografía zeppeliana que no contiene piezas acústicas y prescinde de los teclados. Al parecer, la banda quería retornar a sus tiempos de espontaneidad compositiva, esa que le fue suficiente para sacudir los cimientos del rock ‘n roll. Para comenzar, un cañonazo, disparando pólvora y comportándose como padres del heavy metal. Con “Achilles Last Stand”, Led Zeppelin se encargó de poner el peso en la instrumentación; este tema es perfección en 10 minutos; la demoledora batería de Bonham, la virtuosa guitarra de Jimmy Page y el ágil bajo de 8 cuerdas de John Paul Jones consiguen una pieza que ha sido muy influyente. “For Your Life” y la idea de que Plant se estaba haciendo viejo y prefería leer frente a la chimenea a estar en una fiesta. Con su riff pegajoso, es un buen ejercicio de compenetración, claramente marcado por la afilada técnica de Page y la angustiada voz de Plant; aunque hay un poco de abuso de los armónicos para conseguir un sonido más duro.“Royal Orleans» es menos dura y modesta, mientras que “Nobody’s Fault But Mine” regresa a tonos electrizantes gracias al riff inicial. Este y el de “Achilles Last Stand” son los dos riffs que se quedan en tu mente, dada la complejidad del álbum. ¿Eres definitivamente fan del hard rock? Entonces, este podría ser sólo un buen disco, pero nunca de los mejores, porque no entra con facilidad, requiere escuchas reiteradas y tu opinión sobre él irá variando en el tiempo.


6) Led Zeppelin III, 1970

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Venían de comerse el mundo con dos discos aplaudidos y reconocidos. Eran el grupo del momento cuando lanzaron “III”, un álbum dividido en 2: un lado rockero y un lado acústico. En resumen, experimental. En este trabajo encuentran mayor acomodo sus composiciones más acústicas, pero hay momentos muy interesantes para las piezas más eléctricas. La imponente “Immigrant Song”, el rock serpenteante de “Celebration Day”, mientras que “Since I’ve Been Lovin’ You” es una fenomenal balada blues con una emocionante factura vocal de Plant; la esencia de Zeppelin llevada al máximo. Y qué decir de “Out on the Tiles”, sensacional. Las piezas acústicas también exhiben su potencia musical atrapando la belleza del folk británico con “That’s the Way”, “Gallows Pole” insuperable, “Friends”, y la mágica “Tangerine”, una de las canciones más impresionantes de la banda. El aroma country de “Bron-y-Aur Stomp” y el blues fallido de “Hats Of To (Roy) Harper” terminan este álbum que proporcionó nuevas visiones a la carrera del cuarteto británico. Se transita con facilidad entre el funk-blues de su primera cara y lo acústico de su lado B, lo que descolocó al mundo. Fueron muchas las críticas que no entendieron ese movimiento, sobre todo en lo que respecta a la Cara B, y no dudaron en detestar la propuesta, aunque los años le han dado puntos a favor. Si nunca escuchaste a Zeppelin, no elijas éste como tu punto de partida porque vas a cansarte antes de terminar. Es un disco que vale la pena por la experiencia de escuchar vertientes distintas pero que, sin lugar a dudas, es un álbum para fans.


5) Led Zeppelin I, 1969

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Veni, Vidi, Vici. A Led Zeppelin le bastó solo su disco debut para entregar la versión definitiva del blues rock, para convertirse en los reyes del estilo. Una de las principales virtudes de Zep es que transitó rápidamente desde el blues rock puro, a un rock setentero “total”, repleto de todas las influencias de la época. Salió rápidamente de un estilo que, en su momento, encandiló tanto a una generación de músicos, que la gran mayoría no logró salir más de ahí. Es cierto, cuatro puntos clave de Led Zeppelin I son reversiones de otros artistas del blues y el folk, y eso ciertamente es argumento para que el disco no adquiera aún mayor relevancia. Pero la visceralidad que alcanzan en ‘Babe I’m Gonna Leave You’, o la intensidad que adquieren aquí las canciones del viejo Dixon- ‘You Shook Me’, ‘I Can’t Quit You Baby’-, fueron argumento suficiente para que todos los ojos se pusieran sobre los de Londres en el ya lejano 1969.

4) Houses of the Holy, 1973

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Después de un disco definitivo como LZ IV, no quedaba otra que seguir avanzando. Y la forma en que lo hicieron fue soberbia, proponiendo –en un solo disco- una cantidad de estilos y sonidos distintos que arriesgaba caer en lo pretencioso. Pero era Led Zeppelin en su mejor momento. Coqueteos con el progresivo de pulso más acelerado en ‘The Song Remains the Same’ -un estilo al que, a esa fecha, aún le faltaba tomar vuelo-, con el funk en ‘The Crunge’, y con el reggae en ‘D’yer Mak’er’. Pero las virtudes de Houses of the Holy se grafican con absoluta claridad en su capacidad de transitar de la belleza luminosa e incandescente de The Rain Song, al oscuro misticismo de ‘No Quarter’. El hecho de que estas dos canciones puedan estar en un mismo disco, es una más de las pruebas de que, en la época dorada del rock, Led Zeppelin estaba en el podio.


3) Led Zeppelin II, 1969

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Hablar de rock es hablar de Led Zeppelin. Y no hay mejor definición musical para uno de los estilos más poderosos de la música popular que el segundo largaduración que lanzaron los ingleses en el ya lejano 1969. Con canciones convertidas en el canon rock –‘Whole Lotta Love’, ‘Heartbreaker’, ‘Moby Dick’-, han sobrepasado la barrera del cliché para transformarse en elementos del vocabulario musical. Así, con este disco, se convirtieron en los padres fundadores del hard rock y de toda la diáspora del heavy metal. Jimmy Page, Robert Plant, John Bonham y John Paul Jones perfeccionaron la fórmula de su exitosos debut, realizando una descarada revisión potente del blues, luciendo como nadie un dominio en los riffs y una potencia abrumadora. Innovador, sí, pero con la verdad histórica de cargar sobre sus canciones el legado de otros: la sensual ‘Whole Lotta Love’, parida desde ‘You Need Loves’ de Muddy Waters, el intro y el coda de ‘Bring It On Home’, tomado de la canción del mismo nombre de Sonny Boy Williamson (ambas de Willie Dixon), y ‘The Lemon Song’, exprimiendo el espíritu oscuro de ‘Killing a Floor’ de Howling Wolf. Sin embargo, y pese a todo, fue con este disco que el rock creció a escalas monumentales. Hitos irrepetibles musicalizados con un sonido demoledor, fueron el saldo de grandes conciertos, cuyo éxito era tan inquietante como peligroso. La leyenda del martillo de los dioses siguió creciendo con el tiempo y el paso de su discografía, pero está en los libros que es este el disco que ha influenciado a incontables generaciones de músicos claves en el transcurso de la historia, desde Deep Purple a Guns ‘N Roses, desde White Stripes a The Mars Volta.

2) Physsical Grafiti, 1975

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Desde esa portada tan clásica e icónica de St. Mark’s Place, en Nueva York hasta el angelito Swansong en su arte interno. El Physsical es una obra de arte maestra por partida doble y una de las más grandes de la historia. Paradójicamente y de forma inexplicable, es un disco de descartes de los primeros cuatro grandes enumerados de la banda, pero posee joyas que encontraron a Zeppelin con un nivel de inspiración sublime. ‘Custard Pie’ te cala los huesos con el más puro vibrato blues; ‘The Rover’ encanta por el riff de Page; ‘In My Time of Dyng’, donde la sección de slide guitar de Jimmy Page es quizá la mejor inclusión del estilo en un tema de rock, realmente se luce y posteriormente en vivo lo hizo aún más. Para qué hablar de cosas ultra visionarias como ‘Trampled Under Foot’ de John Paul Jones y la experimentación oriental de ‘Kashmir’, todo aderezado con improvisaciones, jams, voces entrometidas y una variedad que cuaja en uno de los mejores álbumes de todos los tiempos, de esos para atesorar en tu colección y desempolvar con más frecuencia que ningún otro.


1) Led Zeppelin IV, 1971

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Al momento de lanzar este disco, al catálogo de Led Zeppelin no le entraban balas (aunque la prensa no estuviera del todo convencida en aquel entonces) Qué duda cabe. Era un espiral ascendente y quizás el momento culmine de éste el disco Led Zeppelin IV. Y con esto no es decir que a partir de ahí haya un descenso en la calidad de los discos, porque no es así. LZ IV es un disco de alturas, metido- dicho en jerga tenística- en el top 5 del ranking del rock contemporáneo del siglo pasado. Este hecho no es antojadizo, ya que dentro de sus elementos nos encontramos con himnos de la talla de ‘Black Dog’, ‘Rock and Roll’, y la superlativa ‘Stairway to Heaven’, quizá la mejor balada rock de todos los tiempos. Mención obligada además para canciones como ‘Going to California, y ‘When the Levee Breaks’. El rock hoy no es el mismo que el que vio nacer a estos 4 mágicos hombres. Hay una distancia sideral entre lo que ellos vivieron y lo que hoy se estila en el género. En este sentido, no es riesgoso decir que LZ IV es el disco más importante de la banda, y ni siquiera planteando esta idea en base a la cantidad de copias vendidas hasta hoy, cifra que los pone al tope del ranking, sino que teniendo en cuenta la influencia que hasta hoy mantienen sobre las generaciones posteriores. En este sentido, decir que Led Zeppelin es la cúspide del rock de los 70 no es algo de loco, sino que todo lo contrario,un punto de inflexión en el mundo del rock, algo intangible, imperceptible, algo sobre lo cual se comenzaría a escribir como un antes y un después en el rock.

Patricio Avendaño

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