Los nacionales Recrucide demostraron solvencia y poderío en el lanzamiento de su nuevo álbum «The Cycle»
Entre medio de una agenda copadísima de conciertos de toda índole e importante presencia internacional de bandas «mega», acá en Chile sin duda que los circuitos se siguen moviendo para bandas de corte más underground metalero y uno de los atrayentes carteles que se anunció durante los últimos meses sin duda que fue el que organizó Recrucide en torno al lanzamiento de «The Cycle», un aplastante disco que se coló –merecidamente –por diversos medios dentro de lo mejor del año, y esta fecha, celebrada junto a otros tres notables números de la escena local, quiso venir a defenderlo con creces.
Lamentablemente la convocatoria no fue gigantesca, pero sí estuvo a la altura de las circunstancias, pese a los nombres y el motivo de peso que era celebrar uno de los mejores lanzamientos chilenos metaleros del año recién pasado, la baja llegada de público es un asunto cuyos factores pueden derivar a diversos motivos, pero principalmente a la vorágine de shows rockeros y metaleros que se avecinan en el país, aunque pese a que el subterráneo de la Blondie no era repletado en su totalidad (bastante lejos de eso la verdad), el público que estuvo ahí, haciendo gala de esa medalla que destaca al metalero chileno promedio por su entrega, se mostró, una vez más, tremendamente fiel y aperrado por la causa.
Entomos, banda de interesante calibre y con fuerza groove/prog incombustible abrían todo. Los autodenominados progresivos/djent abrieron una jornada que prometía a punta de la potencia que los caracteriza. Actitud y un dominio instrumental solo era el aperitivo para una tarde/noche en que la discotheque Blondie sucumbiría ante los letales riffs de bandas chilenas. Audiopsicótica fue lo siguiente, los chilenos, que azotaron el recinto a punta de bestiales gritos viscerales y una potencia acorde, también demostraron, ya con un poco más de gente llegando, su enigmática puesta en escena, dotados de sus característicos atuendos totalmente cubiertos de blanco, que prometía «una noche de metal satánico» defendiendo los colores de su discazo «Audiopsatanica», con una marca de radical agresividad en la lírica, entrega y ejecución. Con sendos aplausos se fueron una de las bandas nacionales de las cuales hay que ver en vivo y poner mucha más atención a futuro.
El turno para unos grandes que no necesitaban mayor presentación: Nuclear, que tan bien hace gala y honores a su nombre, presentaron una performance atómica, llena de furia thrash de la vieja escuela de la cual se reafirman y establecen con un poderío que los ha catapultado al sitial de honor del metal nacional. La banda autora de discazos como ‘Jehovirus’ y ‘Heaven Denied’, dio un show sin tregua de principio a fin y sonando a todo cañón, lo cual se agradeció bastante en cuanto al sonido general del evento, con todas las bandas. Temas como «Apatrida» del EP del mismo nombre nos retumbaron los sesos en la rapidez thrashera de la marcha y en la intimidante voz de su frontman Matías Leonicio, en una más que correcta presentación de los chilenos. El broche de la jornada, y los protagonistas de todo esto estaban por venir.
Cerca de las 22.00 y con los obligados adornos escénicos de la portada de su conceptual álbum celebrado en cuestión «The Cycle», la banda chilena llegaba con todo a una noche que estaban esperando hace mucho, pues bastó que empezaron a llegar sus integrantes al escenario para que la atención casi total de la gente se moviera en torno a ellos, a captar de primera fuente la aplastante performance de una banda muy preocupada en todo sentido: sonido, actitud, ejecución en vivo (increíble cómo fusionaban y movían en vivo temas de corte bastante técnico) y hasta en el factor marketing y merch, donde tuvimos la oportunidad de ver muchas poleras de la banda adquiridas ahí mismo y muchos discos en copia física (que siempre tiene un plus significativo en estos tiempos de Spotify y descargas digitales) en la mano de sus seguidores. «Gracias cabros por venir» repetía Rodrigo Zepeda, el dueño de ese atronador gutural que es uno de los grandes fuertes de la banda, mientras muchos de nosotros, más que ser incitados al mosh, mirábamos medios hipnotizados los movimientos de cada músico en escena.
«The Cycle» es un disco demoledor, no había por donde que fallara en vivo, pero la forma y sonido en que lo muestra la banda en vivo ayudaron mucho a dejarlo claro: la banda desató una tormenta de riffs groove y de metal denso, a ratos al propósito post-metal de bandas como Converge, Neurosis o Gojira, en un estilo que ha evolucionado bastante desde su debut «Rebellion» (2005), y que es su fórmula que los solventa cada día más en uno de los números de «peso» en todo el sentido estricto de la palabra en Chile. El disco sonó con grandes gemas de él como ‘Insane’, ‘Illumination’, ‘Disowned’ o ‘The Guilty’, de un disco «que está muy bueno, no es que lo diga yo» decía en total buena onda el vocalista; eso sí, el show no dejaba de realizar una mirada a sus no menos demoledores «Blood Divine» y «Supremacy», que cimentaron una carrera que los tiene ahora como uno de los fuertes platos metaleros del país y con fuerte presencia en grandes festivales.
Una jornada redonda, cuatro grandes del metal chileno actual vinieron a demostrar lo suyo y lo hicieron de forma convincente, con calidad en producción y preocupación en el sonido, algo que podría equipararlos con grandes exponentes del estilo a nivel mundial. A esperar mejores convocatorias a futuro sin duda, porque argumentos metaleros en Chile hay de sobra.
Por Patricio Avendaño R.
Fotos: Jerrol Salas