Lucybell: 20 años de un rojo eterno
Finalmente la banda nacional brindó este show especial, que sus fanáticos difícilmente olvidarán y que vino a conmemorar en grande su placa homónima. Claudio Valenzuela junto a ‘Cote’ Foncea y Eduardo Caces tocaron por más de dos horas y media su tercera placa de principio a fin y no solo eso, sino que agregando sus hits para inmortalizar más aún una de sus mejores presentaciones del año.
Eran pasadas las 21:00. La Blondie estaba atiborrada de fans y personas que querían ver a Lucybell y disfrutar de una de sus mejores obras, el disco que solo se llama Lucybell, el “Disco rojo” como lo catalogaron sus más fervientes seguidores, y que fue un disco algo incomprendido por allá en 1998, pero al pasar los años este larga duración fue tomando un gran valor agregado.
21:10 y se apagan las luces para que comience a sonar “Heroes” de David Bowie. La masa ya estaba impaciente pero la canción logró amainar los ánimos y dejar que el público disfrutara una de las mejores canciones del inglés. 21:15 y Claudio Valenzuela junto al baterista José Miguel Foncea y el bajista Eduardo Caces suben al escenario.
“Flotar es caer” y “Caballos de histeria” tiñeron de rojo y pasión la discoteque ubicada en metro Unión Latinoamericana para decirle a su fanaticada que lo que vendría sería una noche que nunca olvidarían. Sonaron “Mírate en mí”, “En mil años” y “Dame calma” para ir avanzando en un LP que consigue emitir algo mágico entre sus seguidores. “Este fue un disco que no fue muy comprendido cuando salió”, dijo Valenzuela sobre la tercera placa de estudio de los nacionales. “Sembrando en el mar” fue una de las más cantadas (gritadas por algunos) para estremecer a un recinto que estuvo copadísimo en todos sus rincones.
Foncea y Caces demostraron que nunca pueden ser apuntados como acompañantes de Valenzuela, ellos tienen alas propias y vuelan por sí solos. En cada canción demuestran que pueden intercambiar roles y precisar que son unos multi instrumentistas de gran valor para la música nacional. “Se nos fue el disco rojo”, dijo Valenzuela a sus fanáticos, quienes a la vez pidieron que siguiera el concierto. La agrupación sabía que era una noche más que especial y siguieron con un setlist que superaría la media de la banda.
“Luces no bélicas”, “Fe”, “Piedad” y “Magnética luz” sumaron más ritmos, nostalgia y una buena dosis de rock para las personas que no se conformarían con tan pocas canciones. Esta vez, la gente vino con un apetito inconmensurable para exigirle a la banda que debían tocar muchas más para terminar una noche que, a pesar de algunos problemillas técnicos y que los parlantes que se encontraban muy cerca del público dejaron a más de alguno sordo, rayaría en lo valioso.
“Tu sangre” y “Cuando respiro en tu boca” cerrarían la noche, pero no. La banda tenía varios ases bajo la manga y querían sellar un nuevo paso por la mítica Blondie con un concierto que fuese recordado. “Mi corazón”, “Mataz” y “De sudor y ternura”, debían ser, de hecho, las que dieran por consumada la velada. Sin embargo, la trayectoria de Lucybell es larguísima y sus hits abundan y de sobra. Cote Foncea, junto con agradecer a Nicolás Quiroga por acompañarlos en las guitarras, dijo que gracias a él la banda tocaría no una, sino que dos canciones más para el deleite de los fanáticos. Las elegidas fueron “Sálvame la vida” y una que ha tomado un significado especial: “Mil caminos”.
La banda cerró una noche épica y deslumbró a un público que estaba ávido de escuchar y corear las composiciones de un LP que, a pesar de ser un adelantado e incomprendido a finales de los 90, es una placa que suena contemporánea y brillante. Los hits y algunas canciones nuevas fueron la guinda de una torta de cumpleaños que coronaron 20 años del disco homónimo, pero que su color rojo se ha vuelto eterno para su público.
Por Bastián Cifuentes