Lucybell: Al final de mil caminos, una incendiaria revolución de lo acústico
A lo largo de más de tres décadas, Lucybell ha forjado un sonido que ha sido testimonio de la evolución de la música, consolidándose como una presencia constante en la escena musical chilena desde los años noventa. Su música no solo habla de cuestiones sociales y humanas, sino que también se erige como un profundo viaje introspectivo. Con Sesión 3000, la banda nos ofrece una obra maestra que sintetiza su vasta habilidad acústica, invitándonos a compartir una experiencia única.
En esta gira, en esencia, actúan «sembrando» su legado presentando nuevas composiciones que exploran las fronteras de la experiencia sonora y se manifiesta como un monumento a su trascendencia artística, un viaje enigmático que desafía las expectativas y sobrevive en el tiempo. Sin importar el momento o la forma en que lo descubras, siempre será un recorrido desconocido y a la luz de esto, la banda nos guía a través de los mil caminos de un laberinto musical donde cada nota revela una belleza sublime y una transformación constante.
Como Nación Rock estamos muy interesados en lo que está haciendo Lucybell hoy en día, más allá de la nueva gira ¿qué podrían contarnos sobre eso?
Claudio: ¿Sabes qué? yo creo que el comienzo del proceso empezó con la idea de hacer el disco mil caminos, el disco acústico, de ahí empezó como a fraguar, teníamos algo increíble que mostrar. Bueno, pasó lo de octubre y tuvimos que mover las cosas para grabar, casi no lo hacemos y lo hicimos igual, en marzo del 2020 dijimos está todo ok y empezó la pandemia, creo que eso también marcó un momento, al menos en mi caso, yo creo que todo, hizo como un click de qué hacer a la vuelta, que iba a pasar.
¿Ustedes creen que hubo un cambio en Lucybell en ese momento?
Claudio: A la vuelta, sentimos como una cosa diferente, por eso te digo, la pandemia tuvo un clic en varias formas, pero al fin y al cabo fue un clic súper positivo porque creo que hubo un traspaso de información, la gente tuvo tiempo, al menos en Chile o en México, estuvieron encerrados, a mí no me tocó tanto encierro por suerte, pero al haber tanto confinamiento hubo tiempo de escuchar la música, hubo un intercambio entre amigos, padres, hermanos, primos, algo pasó ahí porque se nota, lo primero que nos dimos cuenta en los primeros shows que hicimos de vuelta, todos con mascarilla, no sabíamos si la gente estaba riéndose o estaba seria jajaja y había muy poca gente, un asiento por medio, pero ya se veía que había gente jóven, sabíamos de eso.
Y después ya con el tiempo, nos fuimos dando cuenta que realmente hace muy bien a lo que pasa con la música, había una visión nueva personal también de lo que estábamos haciendo con la música, de sentir esa emoción en gente super jóven que quizás no había ni nacido para el disco, es super interesante, super bonito, eso es lo que pasa con la música de Lucybell y cómo se ha transportado en el tiempo, creo que dado a eso, estábamos super expectantes de poder hacer música nueva, porque no hacíamos hace tiempo.
A propósito de este intercambio que se da en pandemia, en general las herencias musicales, siento que Lucybell es una banda super versátil, no se reduce a un estilo como algo representativo, siento que juegan mucho con tiempos, con historias, también asistí a uno de los shows post pandemia en el Parque Estéreo, buenísimo show ¿Cuál es la impresión para ustedes de sentir que las nuevas generaciones se están interesando más en lo que es la identidad del rock chileno?
Cote: Yo siento que la música es dinámica y es como decía Bruce Lee, es agua, la música se mueve y busca su curso, no creo que es necesario en el caso de Lucybell campañas de música gigantes ni nada, es muy como se dice hoy “orgánico” es motivo de orgullo que la gente vaya mostrando nuestra música, sabemos, o yo al menos, lo tengo muy asumido que no somos de las bandas más escuchadas en los rankings ni aparecemos en los más tocados en Spotify, pero tenemos un fanbase que es sólido, que nos sigue a nuestros conciertos, que respetan los tiempos de la banda, que eso también es fundamental, se respeta la entrega y siguen dinámicamente a Lucybell, porque es una banda honesta, no seguimos ninguna fórmula desde el comienzo. Desde que hicieron discos trascendentales, después cuando entré yo el 2005, empezamos a hacer música que nos representaba en ese momento, y de repente quizás no haríamos hoy primitivo o no haríamos «Poderoso» o «Comiendo fuego», por eso estamos haciendo esta música hoy día que es la fiel representante del 2024, siento que en ese sentido nos podemos jactar de esta honestidad no de la boca pa’ afuera, sino que está muy interiorizada, de hecho, cuando nosotros nos juntamos a hacer música era incertidumbre absoluta, el día que nos juntamos aquí en esta sala, y de repente empezó a fluir como esperábamos que fluyera, como teníamos en nuestros sueños, pero no lo planeamos, quizás hay un agradecimiento hacia el púbico, más que un asunto de como hemos hecho las cosas nosotros, que hemos tratado de hacerlas honestamente, pero el público es el que recibe y nosotros posterior a que lo grabamos y se transforma en una canción con la que se puedan vincular, una letra con la que se puedan vincular, una emoción y ahí en ese sentido, es un poquito incontrolable desde el punto de la banda, por lo mismo, siento que en cada pieza que ha pasado desde los 90 y todos los fenómenos de los sellos, después los 2000 y MTV, 2019 y el fenómeno de la explosión social y la cohesión de muchas energías después la pandemia, son una sumatoria de cosas que nos formaron a nosotros y seguimos siendo personas.
Los fans de Lucybell han ido creciendo con la banda, y recibes un disco en cierta etapa de la vida y después te toca la fibra de otra forma, porque estás en otra etapa, siento que pasa mucho eso, se van conectando a través de las canciones, pero también a través de las vivencias y de la historia, en ese sentido ¿Cómo perciben la reacción de la gente desde el lado más personal?
Eduardo: Creo que no se maneja, en esa misma esencia nos juntamos, vamos a hacer canciones, una, dos, tres, ojalá las que más se puedan y eso involucra ese espacio y te marca como una suerte de límites, cuando la canción es tocada en vivo, ya dejó de ser tuya en ese preciso minuto en que se marca un, dos, tres, cuatro, y obviamente se esperan los mejores números o las mejores audiencias, o que marque una nueva etapa o una instancia en las vidas de las personas, pero supongo que la universalidad que tiene Lucybell en cuanto a su música es lo que lo ha hecho no tener un estilo, «ah esto suena como los noventa, eso suena como en los 2000.» Creo que está la honestidad, con nuestros elementos, con nuestros recursos, con nuestra paleta de colores de combinar esto y de tratar de hacerlo entretenido, sigue siendo una forma de conectarse con personas y eso el publico lo ha valorado, no nos lo proponemos, lo hacemos de la manera más profesional posible, hacer buenas presentaciones y eso es lo que va marcando el hito, si ha habido una mala presentación a la siguiente se mejora al 100% o al 1000% y eso hace que la gente compre nuevamente su ticket a otro concierto y vaya, los últimos 33 años que llevamos como banda, con estos cambios que han habido, que también ha dado el impulso para que la gente se reconozca o con el cuarteto o con el «Trío Amanece», o «Comiendo fuego» donde entra Cote y ahí va tomando diferentes dimensiones ¿Lo hemos sabido usar a nuestro favor? Sí, porque nos ha oxigenado la música, la gente recibe esa misma esencia de Lucybell, las comparaciones son personales pero llenamos el último concierto así que… ja ja ja.
Cote: Tú dijiste algo que es super trascendente, que el recorrido de la celebración de los 30 años en ese caso como que unió algo relevante de la banda y que me di cuenta desde afuera, observándolo y después ya siendo parte de la banda, es que también se ve tan lejano, son 20 años atrás, hay una cosa que la música de Lucybell como que no marca un tiempo y eso es super bueno, podís’ tocar «Cuando respiro en tu boca» y después podís’ tocar «Vete» y después «No me olvides» y sigue siendo Lucybell, por lo tanto, quizás lo relevante, es que es una música muy vanguardista, porque no tiene una temporalidad, tiene una energía como «Primitivo», que fue una energía que nos agarró a los tres en una particularidad, en un momento de nuestras vidas, viviendo en otro país, con una tensión caótica, saliendo de grandes compañías de discos, por lo tanto, había una energía, un impulso bastante particular, pero también sigue siendo Cometa una canción que podís’ tocar en cualquier repertorio o puedes tocarla también con esa misma energía, qué relevante lo que dijiste porque me resonó, por ese motivo que cuando uno lanza un disco como decía Eduardo y es de la gente, tú lo único que quieres es que quizás conmuevas a la gente de la misma forma que esa música te mueve a ti, pero eso es lo único que podís’ apostar, más allá de eso no podís’ guiarlo, salvo que tengai’ una campaña multimillonaria de como es la canción y eso al final se torna… es como cuando te cuentan el final de un chiste, fome.
La música es compartir, uno recomienda una canción y esperas que a la otra persona le guste, eso pasa con la música, es muy personal, es como compartirse uno mismo ¿Hay algo de eso que afectó a su música en el extranjero? ¿Qué es lo distinto que han encontrado allá?
Claudio: Yo creo que es diferente ahora, son públicos diferentes sí, pero creo que el público chileno ha crecido, es cosa de ver, no sé, nunca hay un Movistar vacío, la gente va a ver shows, además, escucha de todo cachai’, tiene un amplio espectro, mira esta banda de death metal, a ver déjame parar el reggaeton, de todo y eso es super interesante. Tengo una hija de 24 años y sus amigos escuchan de todo y van a conciertos de electrónica y de rock, y creo que esa apertura mental hace que pasen muchas cosas con la música de Lucybell, pasa con nuestras propuestas también.
Cote: Hay solamente una diferencia, respecto a tu pregunta, siento que la cultura de salir a disponer de un presupuesto de actividades recreativas nocturnas en México, en Estados Unidos, está más arraigado, y en Chile el presupuesto para tener cierto grado de holgura y tener una semana de eventos, de distintas manifestaciones artísticas es más reducido, en México se sale de lunes a domingo, hay movilidad en la noche, permanente, no es como en Santiago que de repente sales por Providencia que es como un centro neurálgico y esta cerrado todo a las 9 de la noche.
Eduardo: La responsabilidad no recae ni en la música, ni en los músicos, ni en las generaciones diferentes de cada época, que van tomando las bandas, la responsabilidad recae en los medios de comunicación, de alguna manera, a lo mejor me meto en temas áridos pero en los noventa se puso de moda el rock nacional y todo era rock nacional, programas de televisión con bandas en vivo, y en el minuto que esto deja de ser la moda o del que atrae el público y se dieron cuenta que otros estilos que no necesitaban la banda en vivo, solamente tenían que tener un archivo sonoro que le ponían play y bailaban ciertas personas y ahí a partir del 2003, 2004, todo eso se empezó a desperfilar a un poco lo que estamos hoy día en la música Mainstream, que no es la más adecuada creo yo para el mundo en que vivimos, pero creo que son los medios de comunicación los que tienen que estar dándole la relevancia a bandas longevas como nosotros, como «Los Tres», como «Los Jaivas», como «Los Bunkers», pero también descubrir las nuevas e impulsar eso, porque son el futuro. Es nuestro acervo cultural, nuestra identidad y a veces creo que estamos en una etapa un poco nostálgica de algo, no he podido comprender cuál es el punto, pero esa nostalgia nos tiene como atrapados en que bueno que era, pero tenemos que estar en el presente.
Ahora los procesos son muy robóticos en generaciones que no vivieron el esfuerzo de hacer filas para comprar el disco o el ticket, ¿Cómo han visto eso de la evolución? ¿Lo usan a su favor, se sienten ajenos o tratan de alinearse pero sin perder lo que es Lucybell en esencia? Esto del intercambio con la era moderna y todo lo que propone, me gustaría saber un poco su visión al respecto.
Claudio: Yo creo que siempre hemos estado un poco metidos en eso, desde siempre nos gusta estar como un poco adelante, yo no veo un grave problema con nada, ni con las plataformas, ni con ningún tipo de cosa, qué bueno volver al físico, qué bueno volver al vinilo, que bueno todo, ojalá salgan cassettes, ojalá escuchar con las partituras los temas, que las vendan, no sé, creo que todo es un proceso, no es bueno o malo, Lucybell ha tenido de todo, como es tanto tiempo, obviamente de partir editando solo caset y ahora estamos en otra cosa, de haber pasado por grandes sellos de prioridad internacional, a ser independientes hace mucho tiempo, creo que hemos vivido varias partes de la historia, es difícil a estas alturas cerrarse a lo que pueda venir, o lo que pueda ser, el proceso, el avance, el gusto de tener el disco, o no tenerlo, escuchar diez segundos de la primera canción y seguir adelante, la gente lo hace, la experiencia es super personal y eso es lo que pasa teniendo un teléfono ahora.
Cote: Yo siento que se perdió algo, en términos de creación, en donde la entrega del material como nosotros preparábamos en nuestro tiempo los discos, una artesanía detrás de eso, en la caratula, en la gente que participaba, los recursos que gastabai’ en hacer un disco, comprando las cintas, cada cinta costaba en ese tiempo quinientas lucas, que era un presupuesto altísimo y duraba quince minutos en calidad fiel y duraba treinta en calidad menos fiel, teniai’ que economizar o muchas veces reutilizar cintas, todo eso para entregar un proyecto donde el que iba en el colegio juntaba sus lucas e iba a la feria del disco y se compraba ese disco, hoy en día el gasto energético de nosotros como usuarios es mucho menor, por lo tanto, baja la producción hasta el creador. Skrillex cuando trabajó acá en el estudio, venía con su laptop y estaba haciendo simultáneamente cuatro discos, produciendo para una película con Jonathan Davis de Korn, cuatro proyectos en la misma jornada de ocho horas, donde antes tú te juntabai’ con una persona y con cuea lograbai’ una canción o una línea de guitarra en esas nueve horas, entonces la entrega de la información, lo cual no me enoja, es parte de la evolución de las personas y del medio donde tú escuchas la música.
Antes nos preocupamos de que la aguja estuviera balanceada en el surco del disco para que la persona que va a escuchar, o con audífonos o con los parlantes de tres vías, fuera una experiencia alucinante, como Pink Floyd y escuchas Michael Jackson, escuchas ese tipo de artistas o Los Jaivas que están en una estratosfera increíble, hoy día lo estás escuchando con un parlante de mierda de 0,4 pulgadas, ja ja
Claudio; o con fonos
Cote: o con fonos y entonces no es el mismo rango dinámico, lo escuchas distinto
Claudio: Spotify está comprimido.
Cote: Claro, entonces yo creo que ahí hay una justificación al cambio de paradigmas.
Eduardo: No hay que caer en el ejercicio de la nostalgia, porque eso te va a llevar a que en los 60 seguramente más de algún señor habrá dicho que suena todo mal, pero es como lo mismo, no son aceptados.
Cote: O el mismo rock, cuando salieron Los Beatles, eran los rockeros.
Eduardo: Ahora sacan los discos dobles, y no, antes era un single. Yo creo que todas las épocas, puedes mirar para atrás, pero si vamos hacer ese ejercicio, que antes era de una manera y ahora es de otra…
Cote: Nos hubiéramos dejado hacer discos.
Eduardo: Sí, vuelvo un poco a eso mismo. Extrañamente la música sigue juntando chicos en un lugar, en una pieza, en un garaje, en una sala de ensayo, y hacen la canción, y hacen el mismo proceso que se viene haciendo desde la época del año 1. Entonces es un entorno que va tratando de decirnos que esto es lo que se lleva, pero no es así, simplemente tienes que llegar… Creo que el acto más físico todavía queda ir a comprar un ticket para ver un concierto.
Cote: Exacto, era donde se tenía el desenlace
Eduardo: Todo ha cambiado, todo el video, antes eran las tandas de video, y el MTV, que esto, que lo otro, que el MP3, que el…
Cote: Y habían artistas de discos, que no tocaban en vivo, que eran grandes discos, pero que no tocaban en vivo.
Eduardo: Claro, no caer en ese trabajo de, no es que yo cuando era chico, mi mamá, mis papás, mi abuelito, no cabe, porque si no, te quedarías estancado inmediatamente.
Cote: Yo creo que lo irreemplazable es justamente eso, de ir a un concierto y sentir la vibración de las personas, sentir la entrega de la banda, qué tan de verdad nosotros trabajamos día a día, porque una vez, como dijo Eduardo, una vez que está terminada la canción, ya es del medio, del celular, del disco.
Siento que el medio no importa mucho cuando la música transmite, siempre he tenido presente eso, al final son más de 30 años que han convivido con una cotidianidad que va siempre en cambio, avanzando, a veces para bien, a veces para mal, eso es más subjetivo.
Cote: No tenemos una fórmula, bajo ninguna circunstancia, la hubiéramos vendido ja ja , la hubiéramos embotellado como dijo Claudio y estaríamos viviendo de esa fórmula, pero no es el caso y dada la rapidez del mundo no se puede tampoco tener una fórmula única, creo que hay una fórmula personal de cómo llegar, de cómo exploras tu musicalidad, lo que entregas a la banda o al proyecto y cómo produces, siento que es lo único controlable desde nuestro punto de vista.
Claudio: Tiene que ver como con el statement de la banda, desde el principio, al menos de siempre estar como veamos qué sale ahora, como ir probando, poder jugar con esto o cambiemos esto otro, juguemos con este teclado o mira cacha esta otra cosa, creo que cada uno es como bien curioso en su propio medio y en diferentes medios también y con eso vamos aportando también a lo que pasa con la banda, ese crecimiento personal es super importante, no siempre con el «chan chan chan» que aunque es muy bueno, creo que también hay otras cosas que escuchar, hay que ser «busquilla» y saber que podís’ también hacer otras cosas muy interesantes.
Nosotros como medio nos caracterizamos por ser reales, somos fans de la música, haciendo contenido para fans de la música.
Cote: No, yo sigo viendo otras publicaciones de conciertos, me gusta harto ir a conciertos, en el Teatro Caupolicán o de repente el mismo Lollapalooza o festivales más pequeñitos y tú ves a los periodistas que están ahí y que tú los vas respetando, porque son gallos que siguen teniendo eso tan lindo que es ir a ver la banda desde el punto de vista del público, van cachando lo que está pasando al lado, yo voy con mis hijos, y es otra experiencia de vida, ahora estoy más atrás porque antes me gustaba estar en el mosh, en Pantera y Metallica me metía al medio del mosh y hoy estoy más atrás, explorando.
Claudio: Desde el balcón con un martini ja ja
Cote: Desde el vip con la pulsera ja ja ja, o sea, de todas maneras me siento orgulloso cuando me invitan porque es parte de las medallas que uno va teniendo en la vida po’, si tú has llenado varios conciertos, la raja que de repente los productores dicen ¿querís venir a ver a Tom Morello? obvio po’ weon, no lo había pensado pero ¿puedo llevar a mi hijo? sí bacán, vengan. También compro mis entradas cuando no amerita el tema de la invitación, pero me refiero a que tiene que ver con esa experiencia única
Un concierto creo que cada uno lo vive de manera personal, pero es lo culmine a lo que uno puede llegar, la experiencia máxima de la música donde hay una vibra que todos están sintiendo en ese momento.
Cote: Esa es la wea’, es que ahí está la banda po’, esa banda que tú llevai’ todos los meses esperando ver.
Es un concierto, hay un setlist que tocar, levantas la vista y comienzas a ver el contexto en el que estás, en el lugar físico que estás, y eso empieza a teñir y a darle una energía en particular, pero en definitiva, sigue siendo un acto de tocar, transmitir algo y que la reciban como un feedback de eso que está pasando, en México, en Estados Unidos, en España, en Canadá o en Punta Arenas, hemos tocado y pasa lo mismo.