La banda confirmó fecha para octubre en Teatro Coliseo Ya es toda una realidad el…
Machine Head en Chile: Inmersos en una catarsis
En el marco de su nueva gira la banda no defraudó convirtiendo el Coliseo en una verdadera hoguera
Fotos por Jerrol Salas
Rob Flynn es un tipo que le ha dedicado la vida al metal. Y de eso no cabía duda cuando, para sorpresa de muchas y muchos, lo vimos literalmente desprendiendo fuego de su performance al igual que en sus mejores días, como hombre siempre al mando de una de las bandas más importantes del groove/thrash metal desde los 90’s y hasta la fecha.
La banda viene precedida de un nuevo álbum en que recobran fuerzas y llegaban con nuevos bríos, sin desconocer su pasado noventero de discos como «Burn My Eyes» o «The More Things…Change» . Con el guitarrista “Vogg” Kiełtyka de Decapitated y unos incombustibles Jared MacEachern al bajo y el impresionante baterista Matt Alston, la banda ahora asume un rol en que la energía es premisa. Vasos en alto, puños arriba, torsos semidesnudos y una actitud vikinga están en lo de Machine Head ahora, como parte además del concepto de su nuevo álbum «OF KINGDON AND CROWN».
Abriendo la noche con “Imperium” de su álbum de 2003 «Through the Ashes of Empires», MH empezó la primera sacudida del lugar e hizo que toda la multitud se volviera loca. Machine Head sonó tan bien como siempre cuando pasaron directamente a “Ten Ton Hammer” seguido del primer sencillo de su último álbum titulado “CHOKE ON THE ASHES OF YOUR HATE”.
Su nuevo álbum, por cierto, que se lanzó en agosto de 2022, no dejó de ser elogiado como un regreso triunfal a la cima ya que su álbum anterior Catharsis no fue muy bien recibido. Ya con un año de distancia de aquel disco, los fans ya sabían muy bien como corear y celebrar esas canciones, mientras juegos de luces, la impronta de Flynn-siempre arengando e incitando al mosh y a abrir espacios para el circle pit-, estaban a la orden.
“Aesthetics Of Hate” de su gran obra The Blackening no podía faltar, además de algunos momentos de constante comunicación con su público y baja de revoluciones previo a «Darkness Within». “Davidian”, hizo que la energía volviera y se propagara en un Coliseo que si bien nunca funciona excelente acústicamente, la banda logró zafar en varios tramos gracias a su preocupación en sonar fuerte y brutal. El final llegaba con «Halo» y sus nueve minutos de duración cerrando de forma épica y majestuosa una noche de metal de primera línea en la capital.