Maquinaria Chile 2011 (Día 2): Nostalgias intensas, cortas, pero efectivas

Maquinaria Chile 2011 (Día 2): Nostalgias intensas, cortas, pero efectivas

Después de la agotadora y un tanto caótica primera jornada sabatina de Maquinaria, para el domingo se esperaba que fuera más relajado y con tránsitos más expeditos por el recinto en general . Y así fue en realidad, el cartel no era tan apetitoso y la afluencia de público bajó considerablemente.

Sonic Youth

A las 17.30 ya estaba en el escenario una banda que ya olfateábamos que iba a ser uno de los shows de la jornada. El año 2009 nos habían apabullado con una infartante presentación en el Movistar Arena en  lo que fue su primera y esperada aparición en Chile.

Con un hermoso vestido rojo lo que resaltó de inmediato ante nuestras vistas fue la figura de Kim Gordon , que la verdad a sus 58 años parece como de 20 . Es realmente impresionante lo bien que se mantiene y se mueve y como sus cuerdas vocales siguen expulsando esos viscerales gritos llenos de esa esencia distorsionada que permea a Sonic Youth. Es lo mismo para Thurston Moore, muy bien mantenido pese a su avanzada edad.

El show, aunque más corto que el que vimos el 2009, mantuvo esa fuerza y estridencia de aquella jornada. Los feedbacks y las guitarras acoplándose eran un festín, sobre todo al final.

Es muy difícil manejar un setlist y  contentar a toda la audiencia con una carrera discográfica tan amplia, pero trataron de tomar un poco de lo mejor de cada placa . Es así como al principio pudimos escuchar la certera ‘Death Valley 69’ , después la frenética ‘Drunken Buterfly’ , la melódica ‘Sugar Kane’ (con una jam  incluída) y las infaltables de su disco primo Daydream Nation como ‘Eric’s Trip’ y ya al final en su vuelta al escenario después de la despedida, matando casi literalmente con ‘Teen Age Riot’, un caos total, Lee Ranaldo daba la impresión que pasaba la aspiradora en el escenario tomando la guitarra al revés y haciéndola casi explotar en un show de noise y de acoples contra los amplificadores. Al final el choque de guitarras ya clásico y la despedida.

Un muy explosivo  show para comenzar la jornada rockera en Maquinaria dominical.

Primus

La banda de Les Claypool también se esperaba como plato fuerte, pese al sinsabor que nos había dejado su anterior show cuando fueron los teloneros de Faith No More en el Bicentenario de La Florida.

Su  escenografía con los astronautas como saludando- la misma de su anterior pasada-ya  montada y una muy concurrida y esperada salida fueron la tónica de la previa. En el otro escenario estaba el cantante reggae Damian Jr. Gong Marley, lo cual influyó en que ya estuviera repleto desde hace una hora antes que comenzara.

A las 20.30 hace su aparición el trío. Claypool con un sobrio traje y un sombrero. Todo parte con ‘Those Damned Blue-Collar Tweekers’ y el mosh no se dejó esperar , lo cual hizo que el polvo causará más de una molestia entre los que estábamos en la parte delantera. Peor aún fue con ‘Wynona´s Big Brown Beaver’, pero sonó tan potente que no nos importó tragar todo el polvo del mundo la verdad.

Primus se dio el tiempo para estremar canciones de su nuevo disco, y la verdad, los que hemos tenido la oportunidad de escucharlo, estuvimos agradecidos. Sonaron ‘Last Salmon Man’, ‘Lee Van Cleef’, ‘HOINFODAMAN’ entre las más destacadas.

Aunque Claypool se maneja mucho menos que su colega Mike Patton en el español, trató de empatizar con el público diciendo algunas cosas, entre ellas que se había aprendido el modismo «terrible de pollo» , lo cual causó bastantes risas.

Su sólida performance se iba cargando a los clásicos ya casi al final: ‘American Life’, ‘My Name is Mud’ y realizando el broche perfecto con una que habían dejado fuera en su set anterior como ‘Tommy the Cat’. Claypool haciendo gala de su talento en el bajo y con un sonido que lo acompañó muy bien, considerando que el tema del sonido no fue el gran acierto del festival, por cierto.

Stone Temple Pilots

Era el cierre del festival y de alguna manera no estuvo tanto a la altura de serlo. Pese a que las guitarras y bajos respectivamente de los hermanos De Leo sonaban exquisitos el set fue extremadamente corto, bordeando la hora justa de duración, quedamos con gusto a poco , fue la sensación general.

Si bien sonó a todo cañón (por lo menos en la parte delantera, consideremos que la tónica de este Maquinaria en cuanto a sonido fue el lugar donde te ubicabas), el flaqueo vendría de parte de Weiland en su entrega vocal, los temas muy exigidos prácticamente no pudieron con él, ejemplos claros en ‘Big Bang Baby’ o ‘Trippin On a Hole in a Paperheart’ que fue la elegida para el cierre.

Dentro del corto set desfilaron grandes canciones eso sí como ‘Big Empty’, ‘Interstate Love Song’, ‘Sex Type Thing’ o ‘Plush’. La nostalgia noventera se hizo sentir y STP nos dejó llevar por este corto pero intenso viaje.

El cierre quizá no fue el ideal, pero era imposible irse disconforme. Las jornadas vividas de todas maneras que dejaron saldos positivos en nuestras memorias. Pese a que hubo problemas de organización, pese a la falta de cultura con el tema del alcohol o a la falta de pisos de alfombra o pasto sintético para evitar el levante de polvo, Maquinaria mejoró bastante a su edición anterior, tomando prestadas ideas de Lollapalooza, pero de todas maneras que tiene mucho que mejorar para futuras versiones.

Pese a todo esto nos fuimos con una grata sensación a casa y con el anhelo que festivales como este se realicen cada vez más seguido en nuestro país.

Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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