Marie Fredriksson: la tarea cumplida
Aunque no fueras fans de Roxette, reconocías las canciones porque éstas superaron la época en que se crearon. Y más que las canciones, fue la voz. “Listen to Your Heart”, “Sleeping in My Car”, “It Must Have Been Love”, “The Look”, “Un Día Sin Ti”, “Dangerous”, “Queen of Rain” representan una etapa renovadora para el pop, apañada por la voz abrumadora y sutil de Marie Fredriksson y la guitarra y composición de Per Gessle; formando Roxette, el dúo le dio nuevo rostro a un pop que, a veces, quería pisar la vereda del rock alternativo. El tiempo pasó y estos temas jamás envejecieron, a pesar que la dulce voz que los hizo inmortales, tuvo que volver a aprender a cantarlas, tras las secuelas que dejó en Marie una implacable lucha contra el cáncer.
Pero ante toda la adversidad, la voz nunca falló en el escenario, ni en aquellos momentos donde tuvo que cantar sentada o desplazarse con ayuda para terminar un show. Antes de salir a escena podía estar frágil y sufriente, pero apenas se encendían las luces, Marie renacía en pura actitud, fuerte y elegante, con la prestancia de una estrella que lo ha superado todo. Hoy nos deja físicamente una de las voces femeninas más descollantes del pop en su historia, que elevó a alturas máximas las baladas de una década, que facturó 75 millones de discos vendidos, logró cuatro singles en el Nº 1 del Billboard, y fue el 50% de la primera banda de habla no inglesa en grabar un unplugged para MTV.
Un ícono para Suecia, una voz incomparable para la música. La temprana muerte de Marie Fredriksson nos ha conmocionado, a toda una generación que creció con el recuerdo de los lentos al son de una de las últimas bandas pop que se rigieron por los cánones de los ‘80, sumando guitarras y un look agresivo que, por un tiempo, dotó de sentido a esa etiqueta llamada pop-rock.
“No hace tanto que pasábamos los días y las noches en mi apartamento de Halmstad, escuchando la música que nos gustaba, compartiendo sueños imposibles. ¡Y vaya sueño que tuvimos para compartir! Gracias, Marie, gracias por todo” decía la despedida de su compañero de aventuras por 30 años, porque a Per le quedarán miles de recuerdos y a nosotros nos quedará la voz pristina de una musa que jamás falló, incluso cuando todo estaba en su contra.
La misión de Marie ha sido cumplida, su voz ya conquistó la historia de la música en ese capítulo tan manoseado y vilipendiado como el del pop. Y gracias a ella, Roxette firmó una página como uno de los ecos más vibrantes de aquella historia. De los ’80 y para siempre.