Luego de su celebrada presentación en el Santiago Rock City al parecer Marky Ramone quiso…
Marky Ramone en Lollapallooza Chile: La vida como un Ramone
Marky Ramone es un libro en persona: y tal como tituló su mismo texto bibilográfico «My Life as a Ramone» se podría reducir simplemente a lo que se vivió ayer por la tarde en un show que encendió la animosidad punk rock en todo su esplendor, cobijados al fulgor de una banda que puso los cimientos del estilo en los míticos escenarios rancios y lúgubres del CBGB neoyorquino hasta llenar grandes estadios desatando ese raudo y feroz show de los reconocidos «one, two, three, four».
Y aunque lo que vimos dista bastante de presenciar un imposible show con los fallecidos Johnny, Joey o Dee Dee, es aquella nostalgia intrínseca de estas generaciones y algunas más atrás que no tuvieron la oportunidad de presenciar aquella impronta alucinante de himnos dejados por los norteamericanos, lo que se apreció como un acto divertidísimo de resistencia a lo que no podrá ser. Marky y sus secuaces supieron muy bien recapturar la esencia Ramonera en un escenario en que el mosh estuvo desde el primer minuto con delicias punk del orden de ‘Beat on the Brat’, ‘Do You Remember Rock ‘n’ Roll Radio?’, ‘Sheena is a Punk Rocker’, ‘I Believe in Miracles’ o ‘Blitzkrieg Bop’, pasando una tras otra sin respiro alguno.
Los Ramones cambiaron el mundo, y ahora el último en pie estuvo aquí para contarlo. Cuando el punk rock asomaba su puntiaguda cabeza a principios de los setenta, Marky Ramone tenía el mejor asiento de la sala. Desde su trono de batería comandó jornadas increíbles las que trató ayer, junto a una banda llena de actitud, por todos los medios, de satisfacer . Y esos oídos y personalidades tan heterogéneas de su show lo agradecieron, donde el rocanrol comulga tan bien con la rebeldía, y lo sigue haciendo, en pleno 2022.
Por Patricio Avendaño R.