Metal Fest Chile 2024 Día 1: Recordando Fantasmas

Metal Fest Chile 2024 Día 1: Recordando Fantasmas

Por Sebastián Zumelzu

Fotos: Cristian Calderón 

El festival metalero por excelencia en nuestro país celebró su segunda edición desde su retorno el año pasado, esta vez compuesta de dos extensas jornadas, brindándonos un cartel variado donde aparecieron viejos conocidos e interesantes propuestas, abarcando las ramas más representativas del estilo, siendo esta su gran virtud, y también, su gran defecto. Porque, seamos sinceros, el metalero chileno es apasionado por la música que ama, pero también es malo para salirse de su zona de confort y darle la oportunidad a algo que desconoce. Las primeras ediciones del The Metal Fest sufrieron por esto, ya que ofrecían los clásicos de siempre, pero también muchas alternativas que no lograron convencer del todo a la audiencia, lo que llevó a que el festival dejara de ser rentable y dejara de existir. Y ese fantasma se dejó sentir ayer, porque mientras grupos como Exodus o Sepultura volaron cabezas como de costumbre, otras propuestas innovadoras en el contexto de un festival, como lo fueron Soen o Killswith Engage, no llamaron la atención del respetable, dejando patente que, para sobrevivir y mantenerse como el festival de metal más convocante de Chile, el evento tiene que seguir apelando a lo seguro, o de lo contrario, está condenado a desaparecer.

La primera dosis de metal estuvo a cargo de los chilenos de Battlerage, quienes tuvieron la tarea de inaugurar el Hell Stage, ubicado a un costado de la gran cúpula del Parque O’Higgins, escenario donde se presentan los números locales. Los nacionales mostraron lo mejor de su repertorio de más de veinte años de historia, donde además tuvieron que sortear un corte de luz en pleno set, incómodo accidente que fue resuelto a la brevedad y permitió cerrar una presentación impecable, donde el público que comenzaba a llegar al parque brindó su cálido apoyo al quinteto.

Desde Alemania, In Extremo, fue la primera banda internacional de la tarde. Los teutones, quienes también fueron los encargados de “la previa” del certamen la noche anterior, se tomaron el Devil Stage, escenario principal ubicado al interior del Movistar Arena, para mostrarnos su enérgico metal medieval. Abriendo el set con “Troja”, la agrupación se robó de inmediatamente las miradas por su particular alineación de integrantes, donde destacan dos gaitas que se suman a las tradicionales guitarras, bajo y batería, para crear un sonido único y épico. Apoyados por un sonido impecable y que se mantuvo en el mismo nivel para todas las bandas que se presentaron en el escenario principal, los de Berlín conquistaron a la fanaticada chilena con cortes como “Störtebeker”, “Weckt die Toten” y “Sängerkrieg”, dando por finalizado un espectáculo ideado para poner a bailar y moshear al respetable.

Desde Arica, Necrodemon, hizo lo propio en el escenario nacional. Los norteños tocaron con la energía de aquellos que quieren darse a conocer e hicieron suyo el parque durante su actuación. Mientras tanto, uno de los grupos con más convocatoria del cartel, se preparaba para volar cabezas. Exodus, la leyenda del thrash norteamericano, es un nombre conocido y querido por estos lares, y esa lealtad se dejó sentir con todo en el potente set que trajeron al festival. Los dirigidos por Gary Holt saben hacer la pega, y pese a que se encuentran de gira con su último álbum, “Persona Non Grata” (2021), los californianos dieron en el gusto a la muchedumbre con sus clásicos de la vieja escuela. “Bonded by Blood”, “And Then There Were None” y “A Lesson in Violence”, clásicos extraídos de su memorable disco debut, hicieron las delicias de una fanaticada que no paró de moshear. “The Toxic Waltz” marcó el abrupto cierre de la actuación del quinteto, que se retiró del escenario sin interpretar “Strike of the Beast”, la canción más famosa de su repertorio y el punto álgido de su show. No sabemos si fue por temas de tiempo o simplemente no estaba contemplada en la lista -fue tocada en su concierto de hace tres días en Ecuador-, pero lo cierto es que dejaron a todo el mundo con ganas de más. Lo bueno, es que antes de despedirse, anunciaron que estarán de vuelta en Chile durante el próximo año, para celebrar las cuatro décadas de “Bonded by Blood” (1985), por lo que no tendremos que esperar mucho para volver a escuchar ese himno. Hasta la próxima.

Otros que se encuentran celebrando cuarenta años de historia, son los brasileños de Sepultura. El cuarteto ha aprovechado el aniversario para poner fin a su carrera, llevando a cabo una extensa gira mundial de despedida, la cual aterrizó durante la tarde de ayer en nuestro país. “Refuse/Resist” y “Territory”, marcaron las primeras estocadas de una presentación en vivo que no ha variado mucho desde la última década, pero se mantiene tan letal como siempre. Las principales novedades del set estuvieron marcadas por la inclusión de canciones de su más reciente placa, “Quadra” (2020), con “Agony of Defeat” y “Means to an End”, además del rescate de una joyita del pasado, como lo es “Escape to the Void”. “Ratamahatta” seguida de “Roots Bloody Roots”, bajó el telón de una actuación sin reparos.

El mismo Andreas Kisser anunció que la actuación de este sábado no era la última que veríamos de ellos en nuestro país, y es de esperar que la aparición final en Chile de los brasileños esté a la altura de su legado. No sería malo que dedicaran más tiempo al material que han creado junto a Derrick Green. La etapa post hermanos Cavalera tiene canciones de sobra para armar una buena batería de canciones para tocar en vivo, dando un cierre que haga justicia a los más de veinticinco años de compañerismo con el cantante norteamericano. Además, los rumores de una reunión del conjunto original vuelven a rondar en la industria, por lo que sería una gran oportunidad de cerrar una etapa y comenzar otra. Solo el tiempo dirá cual será el destino final de Sepultura.

Los capitalinos de Vastator hacían de las suyas con su thrash de la vieja escuela en las afueras del Movistar Arena, pero en su interior se fraguaba la que sería la presentación más intrigante de la jornada. Soen llegó para realizar su séptimo concierto en suelo nacional en dos años. Lo de los suecos con nuestro país es una locura, agotando teatros e incluso haciendo presentaciones especiales en formato acústico exclusivas para nuestro territorio. Pocas bandas extranjeras se pueden jactar de tener un “romance” con la fanaticada local y Soen es una de ellas. Pero una cosa es presentarse frente al público propio y la otra es hacer acto de presencia en un festival donde el metal progresivo no es protagonista.

El de los europeos fue el recital con menor convocatoria de público de la jornada en el escenario principal, pero el conjunto supo convencer a quienes se acercaron por curiosidad, a la vez que fortaleció los lazos con sus adeptos. “Sincere” y “Martyrs” dieron el puntapié inicial a un espectáculo que nos dio paseo por todas las emociones. Las habilidades de los músicos en escena se dejaron sentir tanto en técnica como en prolijidad, pero la diferencia de Soen con otros grupos de su estilo, es la capacidad de escribir canciones que se sostienen por ser buenas canciones y no simples excusas para que sus integrantes hagan gala de su virtuosismo. La dupla formada por el baterista Martín López y el vocalista Joel Ekelöf, ha sabido labrar un proyecto sólido que puso la cuota de profundidad y emoción a un evento que se caracteriza por los mosh pits caóticos. “Lotus”, seguida de “Antagonist”, dieron por terminada la actuación de los suecos, quienes, sin sorprender a nadie, prometieron volver a Chile en 2025.

Kai Hansen y compañía volvían a nuestro país luego de nueve años de ausencia. El guitarrista ha estado ocupado dedicándose a Helloween desde su retorno a la agrupación el año 2016, pero desde el año pasado el alemán retomó el proyecto que formó justamente debido a su salida de su banda madre el año 1989. Gamma Ray llegó a The Metal Fest 2024 con dos bajas entre sus integrantes. El guitarrista Henjo Richter tuvo que marginarse de la gira por las secuelas de un accidente de tránsito, siendo reemplazado por Kasperi Heikkinen, mientras que el baterista, Michael Ehré, fue reemplazado por el italiano Michele Sanna, debido a complicaciones de salud. Afortunadamente, el maestro de ceremonias, Kai Hansen, se encontraba sano y salvo para dirigir un espectáculo con lo mejor del power metal.

“Welcome”, secundada por “Land of the Free”, pusieron a saltar al Movistar Arena, que no volvió a acaparar a la misma cantidad de gente que estuvo para Sepultura y Exodus, pero aquellos que se hicieron presentes para la fiesta de Gamma Ray, se mantuvieron firmes junto a los teutones. “Rebellion in Dreamland” y “Master of Confusion”, mostraron los juegos vocales entre Hansen y el segundo vocalista que se unió a la banda el año 2015, Frank Beck, quien no solo apoya al guitarrista en las voces principales, sino que añade una nueva capa a las ya de por sí épicas composiciones de la agrupación. Lo de Gamma Ray es una fiesta absoluta de power metal, que terminó por todo lo alto con “Send Me a Sign”, dejando más que conforme a los fanáticos del estilo. Mientras tanto en el escenario exterior, Derrumbando Defensas y Sadism, continuaron mostrando el poder del metal nacional, en sus facetas más contestarias y oscuras.

Otra apuesta del cartel era la inclusión de los norteamericanos de Killswitch Engage. Pioneros del metalcore con veinticinco años de carrera a cuestas, llegaron como el primer plato fuerte de la velada, y aquí es donde se crea una disonancia entre “lo que debe ser” y “lo que es”. El quinteto está en una etapa donde ya son considerados un grupo consagrado, capaz de encabezar junto a leyendas del estilo, los festivales más grandes del metal a nivel mundial, tales como el Bloodstock, Incarceration, entre otros. Es lógico que ellos ocupen un espacio principal dentro de cualquier line-up, pero en nuestro país, la banda no logra agotar un Teatro Caupolicán. El contraste de lo que vivimos durante la tarde con la locura que desataron Sepultura y Exodus, fue tremendo al presenciar el show de Killswitch Engage, donde la “cancha” del Movistar Arena no logró ser llenada ni a la mitad de su capacidad y con varios espacios vacíos entre la muchedumbre. No nos equivoquemos, los estadounidenses son una maquina en vivo y entregaron un espectáculo tremendo, pero quizás The Metal Fest no era el lugar donde mejor podían brillar.

“My Curse” llegó como un puntapié en la mandíbula. La banda no se dejó nada y partió con lo más conocido de su catálogo. “This Fire Burns”, “The Arms of Sorrow” e “In Due Time”, desataron el caos entre los fanáticos que se apostaron frente a la barricada a darlo todo. El sonido -reiterando que fue así durante todo el día-, contundente y claro, dejando apreciar cada uno de los breakdowns de los norteamericanos. Una improvisada firma de autógrafos del disco de un fanático, mensajes de cariño y hermandad con Sepultura, hasta una sentida dedicatoria al fallecido vocalista de la banda Leeway, Eddie Sutton, quien falleció de cáncer unas horas antes, marcaron una actuación más que correcta. “Holy Diver”, cover de Dio que les sirvió de catapulta para hacerse conocidos a nivel mundial el año 2006, dio la salida del escenario a Killswitch Engage. Quizás, en un certamen junto a otros nombres más cercanos a su estilo, los músicos pudieron haber convocado a más personas, pero para encabezar la cita más importante del metal en nuestro país, la banda quedó al debe.

Dogma y Dorso fueron los elegidos para dar los últimos azotes en el Hell Stage. Ambos grupos sacaron lo mejor de sus repertorios, además de adelantar nuevo material. Agradeciendo el apoyo, a ellos y al metal nacional, el escenario exterior bajaba el telón para invitar a todo el mundo a presencial el último concierto de la jornada, con el esperado regreso de Emperor. Los noruegos dirigidos por Vegard Sverre Tveitan, más conocido como Ihsahn, volvieron a suelo nacional a dos años de su exitoso debut, donde agotaron las dependencias del Teatro Caupolicán, en una noche que rozó la perfección. En el ocaso del festival, el quinteto tuvo la gran misión de cerrar con broche de oro la primera jornada del evento, y lo hicieron entregándonos una hermosa pesadilla de black metal.

“Into the Infinity of Thoughts” fue la composición elegida para comenzar un set que fue, básicamente, una versión reducida de lo que pudimos ver hace dos años. Obviamente, en un contexto festivalero, el grupo se fue a la segura con lo más solicitado de su material, conformando una hora y cuarto de agresión, oscuridad y perfección. Las manifestaciones de asombro de los asistentes, incluso de aquellos que solo estaban ahí por curiosidad, no dejaban de sucederse una tras otra al ver la contundencia de un grupo que interpreta con una pulcritud absoluta, canciones que parecen haber sido concebidas por el mismísimo Satanás. Con cortes como “Inno a Satana”, “The Burning Shadows of Silence” y “Ye Entrancemperium”, Emperor mostró el mejor sonido de la jornada y cumplió como el plato fuerte de la noche.

The Metal Fest 2024 nos entregó este sábado una colección de conciertos para el recuerdo, tal como lo ha hecho durante toda su historia. Pero debemos volver a lo que planteamos en un principio. ¿Qué pasará cuando ya no exista un Kreator, un Megadeth o un Anthrax? ¿De qué manera el festival puede seguir apostando por nombres poco convencionales, de nicho, o contemporáneos, si la audiencia no responderá pagando su entrada? De verdad era lamentable ver un Movistar Arena vacío ante un espectáculo como el de Soen o el de Killswitch Engage, y de repetirse esa postal el día de hoy con las bandas menos populares del cartel, tengan por seguro que el festival tendrá que volver a reducir su duración y seguir apostando por “las sandías caladas” para mantenerse con vida. Desde ya le mandamos todos la suerte a CL.Rock.

Es una pena para los que disfrutamos de este estilo y nos gustaría ver por estos lados a un grupo que, en otras circunstancias, sería muy difícil traer. Pero bueno, es lo que tenemos por ahora, y ojalá las cosas mejoren para esta segunda jornada y que sigamos teniendo The Metal Fest para rato, porque es uno de los festivales más jugados por el metal que tenemos en el país. Ojalá que los fantasmas que se aparecieron ayer se mantengan en las profundidades del averno.

Nacion Rock

Un comentario en «Metal Fest Chile 2024 Día 1: Recordando Fantasmas»

  1. Bueno, ya lo dijo el wn de la productora en la futuro ayer, no da para 2 días no más y es loco que haya sido tan sincero. Soy de los que no pagó su entrada pero por algo totalmente distinto, hace rato que no estoy más que con bandas muy puntuales del metal, más bien esperaba que se llenara cl.prog… pero me da paja que los festivales tengan estos problemas, es un festival de lujo y teniendo incluso precios razonables, bueno, queda en medio.

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