Metric – «Formentera II» (2023): La continuación de un manifiesto melancólico
Metric Music International/Thirty Tigers, 2023
Metric acaba de publicar su novena placa de estudio. El cuarteto canadiense está en un momento especial en su carrera, puesto que el año pasado publicaron el bien recibido Formentera y el pasado 13 de octubre publicaron la continuación, bautizada simplemente como Formentera II.
Un álbum que sí se siente como una segunda parte si seguimos la lógica sonora del disco del año pasado. Formentera II nos entrega nueve canciones que transitan entre ritmos ágiles y auras melancólicas. La carismática Emily Haines y compañía no quisieron manejarse con un único estilo o propuesta en esta oportunidad; más bien han puesto a disposición un abanico amplio de emociones. Señal clara de que los sentimientos y vivencias de Haines han sido intensas y dramáticas en el último tiempo.
Un álbum que comienza de manera ágil; donde abundan los ritmos atractivos y los estribillos bailables. Pero a medida que pasan los minutos las letras y las armonías se empapan de una tinta melancólica e introspectiva.
Formentera II golpea fuerte en su inicio con “Detour Up”, el single “Just The Once” y “Stone Window”. Canciones que hacen llover en nuestros oídos una serie de beats punzantes y sintetizadores bailables. Un inicio enérgico que busca soltar el cuerpo. Un analgésico sonoro para lo que viene a continuación.
Porque dicha dinámica bailable y acompasada cambia abruptamente con “Days Of Oblivion” y se profundiza aún más con la melosa y apacible «Who Would You Be For Me”. Letras cargadas a la nostalgia, al tormento del “qué hubiese pasado si…” y a un dolido sentir que se logra transmitir en las letras, las armonías lentas y minimalistas para una banda acostumbrada a los sintetizadores chillones y las guitarras distorsionadas. Tanto la guitarra acústica como un atmosférico sintetizador destacan en esta etapa del álbum.
Elementos que no están ahí de modo excepcional, ya que el discurso y los ritmos se intensifican aún más con la sensibilidad y sombría carga de “Suckers”. Tempos algo más acelerados, pero recubiertos de melodías y auras negras, lúgubres. Y aunque Emily Haines no logra explotar del todo su voz persiste y mantiene firme el timón de las canciones. Como si su energía estuviese repartida de manera ecuánime en cada obra.
El sendero se oscurece aún más con “Nothing Is Perfect”; siendo ésta una es de esas canciones que crecen en vivo para momentos de interludio y para hacer cantar al público a modo de himno con una guitarra acústica acogedora, un coro cargado a la melancolía y que no se guarda nada desde lo emotivo.
Algo similar ocurre con “Descendants” al presentar silencios y pausas más palpables desde la voz, ritmos lentos, una extensión por sobre los cinco minutos y una letra tan lúgubre y simple como la última canción del álbum, “Go Ahead And Cry”, donde el sintetizador se siente mucho más gélido y agudo, incluso terminando la canción y el álbum con un fade out, dándonos a entender que la segunda mitad de este álbum no está hecho para bailar y que la puerta queda abierta para un nuevo capítulo de Metric en un futuro cercano.
Una obra que navega entre lo eufórico y lo nostálgico. Un manifiesto que complementa lo logrado en su placa de 2022, “Formentera”. Aunque no es primera vez ni ninguna sorpresa que Metric gire el volante hacia sentimientos más dolidos y melancólicos, lo que se logra en Formentera II cobra sentido como la segunda parte de una historia más larga. Si la banda así lo quiso o simplemente decidieron publicar dos álbumes en vez de uno de larga duración es algo a cuestionar, pero lo cierto es que esta obra logra remecer si se escucha con intención. Un synthrock que sigue coqueteando con nuevas formas de hacer cantar al sintetizador, pero que también se toma su tiempo para transmitir silencios y sentimientos mucho más recogidos.