Mike Portnoy: 11 interpretaciones destacables junto a Dream Theater

Mike Portnoy: 11 interpretaciones destacables junto a Dream Theater

Desde el anuncio del esperado regreso de Mike Portnoy a Dream Theater, todo ha sido celebración y nostalgia por parte de los fans de la música progresiva. El oriundo de Long Island goza de un cariño inmenso por la comunidad metalera, que se suma a un alto reconocimiento a sus habilidades con la batería, que ha podido desarrollar y evolucionar a lo largo de una carrera tan intensa como variada. Sin embargo, no hay que desestimar que lo hecho con su banda madre fue lo que lo puso en el mapa.

Puede que una de las características que posiciona a Portnoy como un músico de clase mundial (y uno de los mejores bateristas contemporáneos en la escena del metal) sea el que siempre comentó ver la batería y percusiones como un elemento que se une al resto para complementar y servir a la canción, más que para resaltar de manera individual. Pero estar consciente de esto y ponerlo en práctica no le ha sido impedimento para componer fills y secciones distinguibles, complejas, armónicamente destacables y reconocibles que se han convertido en puntos altos de su carrera.

Tomando en cuenta lo anterior, seleccionamos 11 interpretaciones en donde se destaca el trabajo de Mike en su batería; una por cada disco (y un EP) grabado con Dream Theater, bajo un criterio que no sólo analiza y posiciona su figura como «virtuoso» del instrumento, sino que también el cómo sus habilidades pueden generar un «gancho» que haga más accesible el formato progresivo.

1. «Ytse Jam» («When Dream And Day Unite» – 1989)

Si bien este post no se trata -necesariamente- de sustentar los ya conocidos e innumerables elogios referentes a las habilidades técnicas de Portnoy, no se podía dejar afuera al track que, de alguna forma, serviría para pavimentar en lo que la banda se convertiría más adelante. Con un título que hace referencia a «Majesty», antiguo nombre de la banda, la banda se encargó de darle forma a un tema instrumental en donde hay espacio para que cada miembro brille de forma individual. La batería, como hilo conductor, pasa por distintas métricas y técnicas en donde Mike deja en claro su destreza con los juegos de platos, el doble pedal y una mente visionara para agregar fills que permiten llenar espacios de forma creativa, pero sin opacar al resto de la banda. Nota aparte para las evidentes influencias de Rush en la composición, además, y cómo podría asociarse la evolución musical de Portnoy para pasar a ser, probablemente, uno de los mejores candidatos de recambio por Neil Peart.

2. «Under a Glass Moon» («Images and Words» – 1992)

El disco que se encargaría de posicionar a la banda de una forma más visible en la escena del rock y metal mundial está cargada de arreglos y secciones de alta exigencia. Sin embargo, el sexto tema de este disco demuestra la destreza de Portnoy con los silencios y acentos al momento de componer, resaltando partes precisas que entregan una mayor fluidez a los poco más de siete minutos de duración de la canción. Los pasajes de secciones rápidas a otras más lentas, las polimetrias y los juegos de toms pasaron a ser parte del sello característico que Portnoy ya dejaba ver en sus primeros años como profesional, pero sin dejar de lado un enfoque consciente en cómo el groove y el feeling al tocar pueden influir en la experiencia de quien escucha. «Under a Glass Moon» goza de todos estos elementos, y si bien no fue pensada como un single, ni tampoco obtuvo el reconocimiento de canciones como «Pull Me Under» o «Another Day», es sin duda una de las favoritas de sus seguidores.

3. «6:00» («Awake» – 1995)

«Awake» es un disco lleno de clásicos en donde cada integrante brilla de forma equitativa, y en más de una ocasión. Sin embargo, la intro de «6:00» (y la interpretación de Portnoy a lo largo de la canción) convirtió al tema en un imperdible del catálogo de la banda debido al entretenido juego de habilidades técnicas del baterista. Un comienzo con tresillos veloces que pasan por gran parte de la batería de Portnoy suena en soledad durante los primeros 10 segundos del tema, hasta la aparición del teclado y posterior incorporación de la guitarra y bajo marcando acentos imponentes.

Si bien el ritmo e intro original de la batería fue ideado por Kevin Moore tras armar un loop en su drum machine, fue Portnoy quien integró el doble pedal característico en donde la técnica va de la mano con tiempos acelerados. También, Mike tuvo la idea de integrar los samples que se escuchan con la frase «Six o’clock on a Christmas morning. And for what?, pertenecientes a la película «The Dead» de 1987. Portnoy logra destacar pero también sabe acompañar sin perder protagonismo, y esto se nota en detalle con su sección durante el solo de teclado de Moore.

4. «A Change of Seasons» («A Change of Seasons» EP – 1995)

Posiblemente, los noventas marcaron la última etapa en donde la duración de las canciones era realmente importante al momento de presentar una producción. «A Change of Seasons» era, originalmente, la segunda parte de «Images and Words», que se había pensado como un disco doble. Como el sello no hubiera aceptado esta propuesta (y en vista que la banda aún no había despegado del todo con su debut, además), decidieron esperar y publicar la canción de poco más de 23 minutos en un EP que vendría acompañado de covers y versiones en vivo de otras canciones.

El peso de Portnoy en la canción parte junto con la lírica, instalando reflexiones introspectivas donde la muerte de su madre tuvo una gran incidencia. En lo interpretativo, el baterista va integrando diferentes intensidades en las distintas etapas de la canción, dividida en siete partes que inician con una melodía acústica, que se abre al resto de la banda cuando entran las distorsiones. Los cambios de métrica van desde un 3/4, a un 9/8, llegando a un contratiempo en 17/16 entre la guitarra, el bajo y la batería. Mike, además, afronta esta canción con una impronta más agresiva que calza perfecto con el peso de la guitarra de siete cuerdas de Petrucci.

5. «Lines in the Sand» («Falling Into Infinity» – 1997)

Puede que este disco sea el punto perfecto en el que se mezcla la destreza instrumental de la banda, junto con la amplia concepción del feeling y groove que poseen. «Lines in the Sand» representa estas características sin lugar a dudas, y la batería de Portnoy es primordial para esto. Desde fills que suenan relajados y «sencillos» para ser una canción de Dream Theater, a pasadas técnicas progresivas concisas que nos recuerdan la influencia de Neil Peart en el músico, que emulan armónicos generados por el bajo o figuras virtuosas desde los teclados, en un track que proyecta mood progresivo con aires de finales de principios de los 80s.

La mezcla de este disco juega bastante a favor para la sección rítmica de la banda, donde Myung y Portnoy suenan con claridad y bien posicionados, lo que permite escuchar de mejor manera su trabajo.

6. «Scene Seven: I. The Dance of Eternity» («Metropolis, Pt.2: Scenes from a Memory – 1999»)

Es difícil seleccionar un track en específico de un disco redondo de principio a fin. «Scenes from a Memory» catapultó definitivamente a la banda a nivel mundial, con uno de los discos conceptuales mejores logrados de la escena y también de su catálogo. Un sonido moderno, una historia bien lograda basada en vidas pasadas y la muerte, junto con las increíbles interpretaciones de cada integrante, hicieron que el disco se convirtiera en un clásico del metal moderno. Además, en el se encuentra el track instrumental definitivo por el que muchos fans conocieron y entraron en el mundo de la banda cuando el Internet comenzaba a hacer más accesibles los descubrimientos musicales.

«The Dance of Eternity» se destaca no sólo por su complejidad técnica, sino que también por su capacidad de mantener al oyente alerta con distintos cambios de ritmo (108 en total), estilos y secciones donde su núcleo progresivo resalta de sobremanera. Hay tiempo para que cada miembro integre secciones individuales y lleven la dirección del track a lo largo de los seis minutos del tema, y Portnoy tiene una responsabilidad no menor encajando todas las piezas rítmicas presentes.

Hay un respeto generalizado tan grande hacia este track instrumental que era una de las pruebas fijas en las audiciones que Dream Theater convocó para buscad al relevo de Portnoy luego de su partida.

7. «The Great Debate» («Six Degrees of Inner Turbulence» – 2002)

Luego del éxito de su álbum anterior, la banda ya podía entrar a poner en práctica ideas que no habían podido concretar anteriormente. Así fue como dieron vida a «Six Degrees of Inner Turbulence», su primer disco doble que contemplaría gran parte de la paleta sonora presentada antes por la agrupación, dando espacio al metal, rock progresivo y hasta a momentos acústicos más calmos.

«The Great Debate» se pronuncia como uno de los tracks más largos del disco, en donde podemos escuchar a un Portnoy que pasa de patrones técnicos de alto rendimiento a secciones que se sienten hasta tribales. La canción va construyéndose de a poco, pero pasa por momentos de alta cohesión técnica sobre capas que podrían considerarse hasta psicodélicas, de la mano de los teclados de Rudess y los guiños de Petrucci a David Gilmour.

8. «This Dying Soul» («Train of Thought» – 2003)

No es extraño pensar que la carátula en blanco y negro «Train of Thought» tiene una conexión profunda con el sonido pesado y oscuro que logró Dream Theater durante la composición del disco. Con canciones mucho más pesadas, la banda logró dar otro paso más allá en su discografía con un álbum más orientado a la densidad donde, incluso, Petrucci decidió hacer más presente su guitarra de siete cuerdas, en comparación a discos anteriores.

El segundo track del disco abre potente con un doble pedal imponente y golpes marcados a la caja. Su intensidad se mantiene en los más de 11 minutos de canción y, además, la voz de Portnoy en ciertas secciones hacen que se sienta como una canción bastante personal, formando parte además de la 12-Step Suite, una serie de canciones que relatan los pasos que superan las personas con alcoholismo en los programas de Alcohólicos Anónimos. Físicamente demandante por su rapidez, pero técnicamente igual de compleja por los distintos juegos de fills que Portnoy entrega como acompañamiento a los solos de Petrucci y Rudess.

9. «Panic Attack» – («Octavarium» – 2004)

El octavo álbum de Dream Theater se caracterizaría por estar cargado de piezas extensas y progresivas. Pero también hubo espacios para momentos más tranquilos y otros más caóticos, como ocurre con su quinto tema.

La sección bajo/batería se destaca, entregando un soporte frenético durante toda canción y que ayuda a acentuar las sensaciones descritas por LaBrie en la letra. Portnoy harmoniza la mayoría de las secciones vocales, además, con un efecto distorsionado que complementa una temática que va relatando las distintas sensaciones que ocurren a lo largo de un ataque de pánico.

10. «In the Presence of Enemies – Pt.1» («Systematic Chaos» – 2007)

Uno de los tracks de apertura más valorados por los fans de la banda llegó con «Systematic Chaos», disco que se caracterizó por tener composiciones más directas y al grano, pero que no dejó de lado la esencia central del grupo y su espíritu progresivo.

Con nueve minutos exactos de duración, la canción abre de forma instrumental con una cohesión perfecta, dando paso a una sección de destreza musical de casi cinco minutos con partes melódicas y virtuosas. Portnoy agrega detalles que funcionan como gancho con sus platillos y toms, para pasar a tener un rol de acompañamiento cuando entra la voz de LaBrie, y que culmina con una de las secciones más aclamadas de la era moderna de la banda.

11. «The Shattered Fortress» («Black Clouds & Silver Linings» – 2009)

El último álbum de Mike Portnoy traería consigo la última parte de su 12-Step Suite, con una canción de casi 13 minutos de duración y que, por su carácter de cierre, contiene varios guiños al resto de canciones que forman parte de esta serie, siendo «This Dying Soul», «The Glass Prison» y «The Root of All Evil» las más identificables.

Portnoy despliega todas sus habilidades, paseándose por gran parte de su batería y aplicando con certeza los cambios de métrica característicos de la banda donde destaca el pase de momentos más lentos a otros donde el doble pedal adquiere rapidez y predominancia.

El inminente retorno de la formación clásica de Dream Theater a nuestro país se concretará el próximo 21 y 22 de diciembre en Movistar Arena, bajo la producción de Lotus (entradas a través de Punto Ticket). Aún queda la duda si podremos disfrutar de nueva música con Portnoy en la batería posterior a esta gira, por lo que sólo queda estar atentos a novedades.

 

Javier Bravo

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