Mike Portnoy – Shattered Fortress: Viaje al teatro de los sueños
‘Scene One Regression’; es una introducción que bien podría ocupar Mike Portnoy para cada show en el que quiera revisitar su aclamado pasado con Dream Theater. Portnoy sabe que las composiciones de su antigua banda están tasadas en oro, y el experimentado batero las aprovecha con unos jóvenes Haken; una talentosa banda de metal progresivo proveniente de Londres le da soporte al entrañable pasado de la banda americana. Mientras suena la pista introductoria el público nacional se emociona como aquel 06 de diciembre de 2005, la regresión empieza.
El proyecto que debutó en febrero en el Cruise of The Edge –organizado por los clásicos Yes- bajo el nombre de Shattered Fortress arribó a nuestro país para una presentación única con el justificativo de mostrar la obra conceptual de Portnoy; “Twelve Step Suite” compuesta por ‘The Glass Prison’ ‘This Dying Soul’, ‘The Root of All Evil’, ‘Repentance’ y ‘The Shattered Fortress. Sin embargo, la banda no solo revisitó lo mencionado, ya que la apertura del show nos trasladó a 1999, ‘Scene Two: I. Overture 1928’ y ‘Scene Two: II. Strange Deja-vù’ fueron las encargadas de conectar a la banda con el fanático acérrimo en un teatro La Cúpula que vibró con cada nota del clásico disco Metropolis Pt. 2: Scenes from a Memory (1999).
La ejecución de los ingleses en ningún momento deambuló por parajes que decepcionaran la obra que Dream Theater compuso, sin embargo si se echó de menos ver al aplicado Myung moviendo sus dedos a una velocidad inigualable, o a John Petrucci con su clásica guitarra Musicman aplicando concentradamente cada nota. ‘The Mirror’ del disco Awake (1994) metaliza la noche con su poderoso riff de inicio con un Mike Portnoy que con cada golpe que propinaba a su kit más confianza tomaba en el acto de rememorar viejos éxitos. Acá Eric Gillete –voz y guitarra de Neal Morse band- tomó el micrófono por momentos en reemplazo de Ross Jennings de correcto desempeño a lo largo de la noche.
Finalizada la potente versión Mike Portnoy sale de su kit, toma el micrófono y nos comenta lo feliz que se siente de venir a Chile a mostrar “Twelve Step Suite” presentándonos a cada integrante de Haken, acto seguido suena el campanazo que introduce ‘The Glass Prison’ el primer track de Six Degrees of Inner Turbulence (2002) y la Cúpula se rinde ante una canción que nunca escuchamos en las venidas de Dream Theater a Chile junto a Portnoy. Ante tamaña muestra de poder y ejecución de metal progresivo sin pausas siguió ‘This Dying Soul’ otra de las que DT no ha tocado en Chile, ambas exigieron a Portnoy y si bien el batero acertó en el tiempo que pedía cada canción sobre el final de This Dying Soul se vio algo complicado con unos rebotes a su caja, modificándolos por otros golpes. Gillete que ejecutó los solos de Petrucci sobre el final de la canción acertó a cada nota alternando además con los dos guitarras de Haken, el agitado solo grabado por Petrucci, ambos de acertada ejecución. Diego Tejeida en los teclados también se llevó aplausos tras su ejecución tocando motivado cada nota que en DT golpea Jordan Rudess.
‘The Root Of All Evil’ de Octavarium (2006) continuo con el periplo con Gillete nuevamente en las voces. En ‘Repentance’ se aplacaron los ánimos por su carácter reflexivo, Portnoy tomó el mando en las voces y en la pantalla de apoyo audiovisual apareció cada invitado que aporto en la versión original, llevándose aplausos y ovaciones del respetable la aparición de Steven Wilson, Corey Taylor y Mikael Akerfeldt. ‘The Shattered Fortress’ cerró la obra conceptual provocando el primer y necesario encore; comenzando con una iluminada versión de ‘Home’.
‘The Dance of Eternity’ y ‘Finally Free’ provocaron la ovación total del teatro a los músicos con dos versiones inspiradas que contaron con un público sacudido en el canto de Finally Free y que por cierto, nada tienen que envidiarle a las versiones que tocan Petrucci y Rudess con DT. Es indudable la conmoción que causa Portnoy cada vez que visita nuestro país con alguna de sus bandas, junto a The Winery Dogs llena recintos, esta vez no fue la tónica quizá por el excesivo valor de la entrada, sin embargo su obra en DT, carisma e inmenso talento con el instrumento convocan a toda su fanaticada a presenciar cualquiera de sus propuestas. Siendo ésta quizá la más aclamada y sentimental por el carácter de “despedida” a su obra magna. Un lujo.
Por Nelson Silva