Millencolin en Chile: El punk debe continuar
Con un Teatro Cariola que horas antes había vendido todas las entradas, el regreso de los suecos (ya graduados con el carácter de legendarios) Millencolin ya pintaba para algo bueno, y la gente se hizo presente mayoritariamente desde bien temprano, incluso desde que se dio el arranque a este evento con la presencia de otros legendarios de tierras locales, los incansables BBS Paranoicos.
Había calor y mucha expectación en el ambiente, y una banda muy apropiada para la ocasión aparecía en escena. La línea clásica de los BBS estaba al frente a eso de las 19.30 con Pedro López, Omar Acosta, el ‘Oso’ Kretschmer y Juan Herrera en batería para interpretar varios de sus clásicos y canciones nuevas, entre las que destacaron la querida y cantada ‘La rabia’ de «Antídoto» y ‘El regreso’ de su gran «Hardcore para señoritas», entre otras, que fueron bastante aplaudidas por un público que guardaba energías para el plato fuerte, el cual era ya anunciado por Acosta sembrando mayor expectación. La banda se retiró vitoreada a eso de las 20.15 para dar lugar a las pruebas de sonido que preparaban el show de la banda escandinava.
Fueron 40 minutos aproximados con el debut de Rage Against the Machine sonando en parlantes, algo que hacía más llevadera la espera, para un público que se movía entre adolescentes y los de vieja escuela, que seguramente crecieron con la banda en una carrera que arrancó hace más de 20 años. La cultura skate punk decía muy presente además, con muchos jockeys y vestimentas muy parecidas a la que siguen usando los propios Millencolin, banda insigne que ha musicalizado la práctica de este deporte (de hecho, el nombre de la banda deriva del truco skater ‘Melancholy’).
21.00 hrs. y el oso empezaba a rugir, ese telón de fondo que adorna su disco «True Brew» nos decía que la banda llegaba a escena: ‘Egocentric Man’ de este regreso en estudio sonaba, un disco que por cierto tiene un puñado considerable de muy buenas canciones, de sonido potente y clásico Millencolin, que se mostró muy bien recibido por la audiencia, pese a que muchos iban derechamente por lo antiguo. La banda se preocupaba de arengar bastante, con energizantes performances de sus guitarristas Erik Ohlsson y Mathias Färm. El mosh ante el primer tema fue impresionante y la cosa no se iba a calmar mucho durante el resto del concierto. Segundo tema: ‘Penguins & Polarbears’ del aclamado «Pennybridge & Pioneers» seguía dejando en llamas ese Cariola, que ya a esas alturas sofocaba y brotaba sudor a chorros por esa incendiaria ‘cancha’ repleta.
La banda empatizaba mucho con su fanaticada local, y en más de una oportunidad clamaban el clásico ‘Chi-Chi-Chi, Lé-Lé-Lé» y también hablaba bastante en español (y bien) el vocalista Nikola Sarcevic para presentar sus temas y dirigirse. Más temas del nuevo disco: ‘Sense & Sensibility’ es un nuevo clásico y pese a que el sonido no acompañaba mucho que digamos, fue la energía del público y una actitud punk de la banda tal la que hacía que este show fuera creciendo más y más.
‘Bullion’, la apertura del «Life On a Plate» de 1995 (otro disco muy querido) volvía a desatar el caos, había mucha tendencia a los temas viejos, era cosa que sonaran algunos acordes de estas gemas de su trayectoria para que el desorden se apoderara de la cancha del Teatro. ‘Man or Mouse’ en una acelerada versión no prendía tanto pese a la fuerza del tema del «Home From Home». Mejor cosa hacía ‘True Brew’, el tema que da nombre a su nuevo disco, y que daba la sensación que la banda se siente bastante orgullosa de él y claro, en cierta forma es el regreso a un sonido más determinante, de nuevos himnos, y no con ese sinsabor que había dejado «Machine 15» de 2008.
‘Olympic’ era una que se pedía a gritos y el favor fue concedido, era algo extraño, habían canciones que sonaban bastante bien, pero otras no tanto, se sintieron algo saturadas, pero la fiesta estaba desatada y a muchos poco les importó el tecnicismo y la perfección, estábamos en un concierto de buen punk rock y eso era lo que bastaba. Luego la banda nos advertía que quería un Circle Pit, y el público fue muy obediente mientras sonaba la vieja ‘Dance Craze’. Un poco de la espectacularidad que tiene le faltó a ‘Kemp’, uno de los hits de la banda, pero ‘Mr. Clean’ se encargó de poner las cosas en (des)orden nuevamente. Era la primera despedida, pero no llevábamos ni siquiera una hora, así que sabíamos que faltaba.
El regreso llegó con una grande del «Home From Home»: ‘Black Eye’, que no fue tan vitoreada quizá como se lo mereciera. Sarcevic nos anunciaba una canción de amor y era el turno de ‘Leona’. Luego gemas como ‘Duckpond’, ‘Farewell my Hell’ y la emocional ‘Lozin’ Must’ desataban la verdadera histeria de los fans de discos noventeros.
Quedaba muy poco, la presentación entre ellos y al batero para dar pie a ‘No Cigar’, un tema preciado por todos los que estaban ahí que veían en él como lo último y el mosh no se hizo esperar nuevamente pese al cansancio, de hecho mucha gente se veía saliendo fatigada y prácticamente destruida pensando que esto se terminaría, pero no, hubo un encore más y era el momento de ver a Sarcevic con acústica en mano para interpretar la emotiva ‘The Ballad’, para luego unírsele la banda para dar el broche de oro a un muy buen regreso de la banda sueca.
En el global, los elogios se los lleva un gran setlist, que fue un muy equilibrado repaso por toda su discografía, se dieron tiempo para tocar varias de su nuevo disco, pero además para darle el gusto a la vieja escuela. Gran regreso para una banda que parece más que nunca estar con nuevos aires y revitalizados después de una extensa brecha de tiempo sin dar mayores noticias y una casi separación. Bien por ellos.
Por Patricio Avendaño R.
Fotos: Jerrol Salas G.
Setlist:
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Egocentric Man
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Penguins & Polarbears
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Twenty Two
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Fox
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Sense & Sensibility
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Bullion
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Man or Mouse
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True Brew
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Dance Craze
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Olympic
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Bring Me Home
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Cash or Clash
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Autopilot Mode
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Happiness for Dogs
- Kemp
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Mr. Clean
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Black Eye
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Leona
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Duckpond
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Farewell My Hell
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Lozin’ Must
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No Cigar
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The Ballad