Ministry en Chile: Infierno desatado
Club Blondie, Martes 10 de marzo 2015
Lo de anoche en la Blondie más que un gran concierto, fue todo un suceso, de esos shows que se te quedan en la retina para siempre. Algo que latía en el aire, que daría para que se quedara estancado en nuestras memorias de forma infinita.
Ahí desfilaban en esa larga cola que doblaba por la Alameda hacia el sur, esas poleras de Nine Inch Nails, Prong, KMFDM, White Zombie, en un promedio de edad sub 35, aunque la verdad se vio de todo, en un ya acalorado acceso repleto a eso de las 21.30 hrs en este curioso y clásico recinto que de día sirve para paseo de comerciantes y por la noche se transforma en un oscuro encuentro de gárgolas humanas y vampirescas tribus en torno a la música.
Había expectación, emoción y mucha gente, por lo que nos daba la pauta de que aquí no cabría un alfiler luego de que se copara, y así no más fue. Una vez todos ingresados la pista de la Blondie se transformaba en una verdadera horda de poleras negras y cabezas sedientas del metal filoso y abrumador como lo es el de Ministry. A eso de las 22.30 ya hacía su aparición el maestro de ceremonia: Don Al Jourgensen, un personaje muy querido por todos no tan solo por su entrega musical que ha sido su pasión de toda la vida, sino por su espíritu, honestidad, cercanía y cariño que demuestra día a día con sus fans y seguidores.
Fue brutal de principio a fin, ya sabíamos que los temas de entrada iban a ser los de la gira del disco “From Beer to Eternity”, que los trajo finalmente a nuestro país: ‘Hail to the Majesty’ arrancaba, el track de inicio del disco (claro, y el saludo a su majestad Tío Al, artífice completamente de la banda y del metal industrial históricamente), en conjunto con un espectacular apoyo visual que fue otra grandeza del show.
El power devastador con que sonaría todo este show quedaba mucho más claro con ‘Punch in the Face’ y la potentísima ‘Permawar’, acá ya con algunos primeros problemas en el micrófono de Jourgensen, pero que se logró subsanar pronto menos mal. Los riffs iban a mil por minuto, el poder encargado de los barbones Tony Campos y Monte Pittman, agregados con el emblemático Sin Quirin era lo que hacía explotar sus instrumentos y lluvias de potencia a destajos.
Hacía mucho calor, la cosa se había transformado en una verdadera hoguera, el mosh era infernal en la parte delantera y más aún cuando llegaba el momento de interpretar unas joyas del “Rio Grande Blood”, un disco que más que industrial, fue un álbum thrash metal de pleno. Tras el tema que daba nombre al disco la potencia de “Señor Peligro» y su vitoreado coro en español sacudía masas. Era Ministry siendo una especie de Slayer y quedado demostrado completamente en vivo. No había tregua ni descansos. Brutalidad pura. ‘Lies Lies Lies’, y todo bajo un sinfín de secuencias audiovisuales que denunciaban la corrupción, el manejo de los noticieros de las cadenas estadounidenses y el clamor anti-Bush en toda su esencia.
De Al Jourgensen qué decir, pese a que todo el sonido era brutal, y muy fuerte la batería como es costumbre (en clásicas giras incluso usaban dos en pos de un sonido más potente aún), la voz del maestro tuvo su propiedad adecuada y en buena escala para estar acorde a todo esto, su clásica aguardentosa y gutural combinación nos declaraban que el maestro estaba ahí, vigente, sólido, como en sus mejores años. Ver su figura ahí tras su clásico pedestal calavérico donde reposa su endemoniado micrófono, llegaba a emocionar a ratos (más que mal fueron 20 años y más de espera).
El turno para las “W”, del letal “Houses of the Mole’ seguían este pseudo infierno con el mismísimo diablo del metal industrial ahí al frente cantándonos. ‘Waiting’, ‘Worthless’ y luego ‘Life Is Good’ para luego seguir con las clásicas del “Psalm 69”. “Han pasado más de 25 años y seguimos hablando de la misma vieja mierda” decía Jourgensen antes de dar paso a la aclamada “N.W.O”, algo que refleja muy bien que Ministry ya en 1993 hablaba de temas que tienen total vigencia más aún hoy en día, con la disfrazada democracia de Obama y el énfasis continuo de USA en plantear su nuevo orden e imperialismo que ha sido razón primordial de la banda en sus temáticas.
“Just One Fix” y sus riffs simplemente incitaron al mosh y a los saltos en toda la Blondie que parecía que se venía abajo, y posteriormente llegaban los clásicos de antaño que no podían faltar: “Thieves» y “So What» para abrochar su primera retirada en este incendiario y esperado primer paso en Chile.
Lo de los clásicos quedó con sed de poco, en ese espacio en que se suponía su regreso la audiencia pedía a gritos temas como ‘Burning Inside’ o ‘Stigmata’, pero tras unos minutos en que todos arengaban eso y el típico “oh-oh- oh» o “Ministry-Ministry!”, fue la oriental e hipnótica ‘Khyber Pass” con la que decidieron cerrar su show.
Era el descanso con la banda al frente, pese a que los riffs seguían potentes pero ralentizados, nos dejaban en una especie de trance, como mareados de haber presenciado un show que simplemente no se podía creer, era una mezcla de eso y el cansancio que nos dejaba a todos pegados a la figura de estos grandes músicos y su alucinante cierre de imágenes y secuencias en pantalla.
Tío Al se iba, pero no sin antes desatar emoción, a esas alturas el fiero frontman se transformaba en una especie de abuelito muy emocionado con su fanaticada, golpeándose el pecho y abrazándose con sus músicos y exudando conmoción por los poros, seguramente de lo que es ver el resultado de la gran banda que ha sabido construir él como motor principal a través de décadas, pese a todos los conflictos, cambios de formación, pérdidas y problemas de salud.
Cerca de las 00:00 para un final feliz de un verdadero infierno metalero en la Blondie y uno de los mejores shows vividos en lo que va del año, sin duda.
Por Patricio Avendaño R.
Fotos: Jerrol Salas G.
Setlist:
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Hail to His Majesty
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Punch in the Face
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PermaWar
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Fairly Unbalanced
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Rio Grande Blood
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Señor Peligro
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LiesLiesLies
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Waiting
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Worthless
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Life Is Good
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N.W.O.
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Just One Fix
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Thieves
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So WhatEncore:
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Khyber Pass