Mujeres en el Rock And Roll Hall Of Fame: Una industria que ha ensombrecido el talento femenino
Con más de medio siglo entregando inducciones y eligiendo artistas para su reconocimiento, la deuda del R&R Hall of Fame con las mujeres sigue siendo considerable
Si bien todo parte por entender que la industria musical desde tiempos inmemoriales siempre ha sido patriarcal y machista, donde directores de sellos, managers, «caza talentos» y personas que están en los comités de selección han sido en su casi absoluto porcentaje mayoritario hombres (con un escaso margen para casos puntuales de mujeres), el R&R Hall Of Fame no se ha quedado atrás y es muy válido hoy en día cuestionar su criterio (de entender su concepto de «rock and roll») como además al momento de elegir sus artistas, con una cincuentena de casos de bandas que se lo han merecido pero que aún no están, pero también con una segregación histórica por talentos femeninos innegables que han aportado desde distintos estilos musicales a la historia de la música.
En 1987 Aretha Franklin fue la primera mujer elegida para se parte. Y de ahí en adelante las elecciones fueron muy puntuales y han habido años en que no ha entrado ninguna: De hecho, hasta 2020, sólo 69 de los 888 miembros del Salón de la Fama del Rock and Roll fueron mujeres; eso es sólo el 7,7% en 35 años. Para las mujeres de color, las cifras son aún más sombrías.
Nina Simone y la pionera del blues y rock and roll Sister Rosetta Tharpe ingresaron al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2018. Joan Baez fue la única mujer incorporada en 2017. En 2016, ninguna mujer fue incluida y en 2015, Joan Jett fue la única mujer, junto con su banda masculina, The Black Hearts. Y allá por 1983, cuando comenzó a incorporar miembros, ninguna mujer fue honrada. Solo hombres, manteniéndose esta tradición hasta el ingreso de Aretha.
Janet Jackson y Stevie Nicks, quienes fueron admitidas en 2019, en su discurso encendieron las alertas e pidieron encarecidamente al Rock Hall que incluyera a más mujeres.
Si bien en los últimos años el R&R ha acusado recibo ingresando a Whitney Houston, Carole King, Tina Turner, The Go-Go’s, Pat Benatar, Annie Lenox con Eurythmics o Kate Bush, Sheryl Crow, Dolly Parton o Missy Elliot, esto ha hecho que la presencia femenina llegue a un 8%. Una cifra brutalmente mezquina considerando que hay muchas mujeres y bandas en las que tuvieron gran protagonismo mujeres que aún no tienen ni inducciones o ni siquiera nominaciones, porque sí, muchos de estos casos en que se han nominado mujeres, han perdido la inducción vs. artistas y bandas de hombres.
Hablamos de Sonic Youth con Kim Gordon que ha sido una banda sumamente influyente para el rock alternativo, grunge y derivados, la leyenda post punk y gótica de Siousxie And The Banshees, Björk, Alanis Morissette (que cuenta con uno de los discos más vendidos de la historia, Jagged little Pill), la gran PJ Harvey, Tori Amos, Cyndi Lauper, Fiona Apple, Portishead con la talentosísima Beth Gibbons, o bandas importantes del shoegaze y dream pop con voces femeninas como Slowdive, Mazzy Starr, My Bloody Valentine, Cocteau Twins, o si vamos mas atrás leyendas como Billie Holiday, Ella Fitzgerald o Big Mama Thorton han sido obviadas por completo. Para qué hablar bandas de los movimientos Riot GRRRL noventero o los casos de mujeres del hard rock o glam como The Runaways, Lita Ford, Suzi Quatro, y porqué no, saldar tremenda deuda y hacer justicia con Sinead O’Connor con esta misma industria que finalmente la terminó liquidando.
Y esto es solo la punta del iceberg de un universo inmenso de talento y aporte femenino a la música.
Todos los casos expuestos son considerando la «regla», que para ser nominado, deben haber pasado al menos 25 años desde el primer lanzamiento discográfico. Después, se entra en una votación en que desde hace poco hay «votaciones», pero nunca se ha aclarado bien como se mezcla esto con este funesto comité.
Los miembros que eligen, como apuntó Billboard en su momento son “demasiado viejos, demasiado masculinos, demasiado blancos y demasiado ricos” . Hay un patrón generalizado con estos cuatro elementos que juntos, son fulminantes para hacer vista gorda de las mujeres en general y de color.