Nación Rock en el tiempo Vol. VI: Los discos y canciones que marcaron 2001
Llegamos a la sexta entrega de nuestros viajes musicales y revisión por años y ahora el turno es para 2001. El inicio de un nuevo milenio y donde nuevos sonidos estaban aportando frescura a una escena algo desencantada del prácticamente exterminado grunge y en capa caída rock alternativo, donde había muchas ganas de mostrar nuevas cosas. El año del nu metal se dice, cosa que ya se venía gestando desde mucho antes, pero que tuvo en este año interesantes lanzamientos para reconfirmarlo.
El año en que iTunes entra al mercado además, de la partida de Jason Newsted de Metallica y de la muerte de un insigne del metal como Chuck Schuldiner, líder de Death. También sin duda un año marcado por el devastador ataque a las torres gemelas en EE.UU., cosa que de alguna forma incidió en el devenir de la música tanto en este como en años venideros, pues de partida uno de los más aclamados e innovadores lanzamientos de este año como «Toxicity» de System of a Down-debido a su nacionalidad armenia y sus letras- fue cuestionado y puesto en el ojo de la censura y Anthrax también tuvo que responder a cuestionamientos absurdos debido al nombre de la banda, o Slayer por las temáticas de «God Hate Us All», entre otros curiosos casos.
Pero lo musical fue lo importante: Ya hablamos de SOAD y ese tremendo bombazo lleno de energía demandante y contestataria que hasta el día de hoy sigue siendo uno de sus lanzamientos más aplaudidos. Slipknot desembolsa «Iowa», uno de sus más brutales escupitajos de rabia, vehemencia y poder metalero. Contrastando a eso Incubus, banda que también cayó en el nicho de bandas nu metal de finales de los noventa, relajaba las cosas con el inspirado «Morning View» y Tool lanzaba su matemático y magistral «Lateralus», obra totalmente arrolladora y significante para su carrera. Lleno de enigmas, experimentación, concepto visionario y sobre todo, excelentes composiciones. The Strokes por su parte debutaba, y junto con ellos varias bandas estadounidenses hacían un revival interesante de sonidos garage vintage. “Is This It?» es el insuperable debut de los neoyorquinos lanzado este año, en tanto más o menos por la misma vereda The White Stripes lanzaba «White Blood Cells», otra banda importantísima para la década o el debut de Black Rabel Motorcycle Club con un sonido rocanrolero y lisérgico al mismo tiempo.
Por su lado Fantomas y este potente proyecto de Mike Patton -tras varios años de haber dejado en stand by a Faith No More- junto con Dave Lombardo, Trevor Dunn y el líder de los Melvins Buzz Osborne, lanzaba «Director’s Cut», disco innovador y visceral influenciado por grandes obras de culto del séptimo arte. Su otro proyecto más rockero pero no menos enfermizo, Tomahawk, también cobraba vida este año. Weezer y el disco verde dejó huella ese año gracias a singles como ‘Hash Pipe’ o ‘Island in The Sun’. Stone Temple Pilots resistía la decadencia del grunge con «Shangri- La Dee Da», quizá no su mejor placa, pero un respetable lanzamiento; en tanto Staind, coronados como íconos post grunge ese año llamaron bastante la atención por un discazo de potentes e inspiradas canciones llamado «Break the Cycle». Otra banda siempre interesante fue Masters of Reality, liderada por un ícono stoner como Chris Goss lanzaba «Deep in the Hole» en 2001.
Desde UK Radiohead nos entregaba «Amnesiac», un disco que marcaría mucho la senda más experimental de la banda de cara a sus futuros lanzamientos y ese año en Inglaterra también Muse tuvo bastante que decir con el «Origin of Symmetry», reconfirmando su poderío progresivo mezclado con un indie pop mostrando cartas claras de que iban a meterse de lleno a liderar el rock alternativo en la década. Depeche Mode y «Exciter» nos mostraba a una banda en etapa transición y con Martin Gore como principal artífice. Aparecía esta banda virtual animada Gorillaz, que debutaba con un disco lleno de ingenio pop con actitud y estética callejera sin precedentes, con Damon Albarn de Blur en voz como uno de sus principales atractivos. Desde Islandia la gran Björk arremetía con su cuarto álbum «Vespertine» y desde Alemania Rammstein lanzaba el contundente «Mutter» o Lacrimosa con «Fassade» creaba todo un fenómeno de audiencia pese a ser una banda metalera gótica de nicho underground.
¿Qué pasaba en el metal? Slayer -como mencionábamos lanzaba «God Hates Us All» volviendo un poco al sonido de «Divine Intervention», pero también con un barniz del metal moderno de bandas como Slipknot o Fear Factory, en tanto Opeth destacó ese año por lanzar un gran disco como «Blackwater Park», lleno de cuidadas estructuras y potentes melodías afianzadas en un death metal progresivo de primera línea. Casos como Katatonia con el sublime «Last Fair Deal Gone Down» o Anathema con «A Fine Day to Exit» marcaban la senda de sus cada vez más crecientes carreras. Los franceses de Gojira aparecían en el radar con su primal «Terra Incógnita» (en ese año muy poco cotizado). Por su parte Ozzy afrontaba el nuevo milenio con un bien criticado álbum «Down to Earth», que trajo nuevos himnos a su carrera como «Gets Me Through» o «Dreamer».
En Latinoamérica la cosa no dictaba cambios muy estructurales en sonidos, pues pese a que Babasónicos con «Jessico» lograba entrar fuerte al mercado con su propuesta rockera fusionada con electrónica (llevándose nominaciones Grammy y siendo elegido por disco del año en muchos medios), sin embargo no mucho más de Argentina fue destacado por la propia crítica en 2001. Por el lado nuestro de la cordillera la resaca del nu metal tenía toda una movida: Rekiem lanzaba el poderoso e insolente «Apgar:0» y bandas como 2x, Boa y Rey Chocolate formaban todo un circuito en el estilo de cepa criolla. La singular propuesta artística rock de González y Los Asistentes llegaba a las radios o Sinergia y el homónimo con su mentado «rock pájaro» dio bastante que hablar, en una excelente década para los nacionales, en un año que además vale mancionar a Criminal y Dogma que daban gran cara en el metal, con la salida de sus discazos «Cancer» y «Superfix» respectivamente el año pasado. También La Floripondio lanza su ecléctico «Dime qué pasa!» convirtiéndose en un disco clave de parrillas radiales y de fiestas universitarias y Hielo Negro con su rock’n roll patagónico stonerizado y con una tremenda actitud se destapa como una de las grandes bandas chilenas del nuevo siglo con «Demonio Parlante». La banda de Pancho Rojas Mandrácula en tanto se anotaba con uno de los grandes discos paridos en la patria como «Sexy». Todo pasaba mientras Los Tres ponían freno a su carrera después de haber tenido una gran década en los ’90 y Los Jaivas con «Arrebol» vuelven a su sonido de raíz incluyendo nuevamente cuecas y su experticia experimental de siempre.
Un año en que hubo de todo. Muchos lo recuerdan como un gran año musical de marca de etapas trascendentales y claro, como es costumbre, toda esa nostalgia como siempre la dejamos en forma de playlist. Que lo disfruten.