Nano Stern y su flor de concierto: La invitación a emocionarse entre amigos
Viernes 17 de octubre, Teatro Caupolicán, 21.00 hrs.
En una maratónica jornada, Nano Stern celebró la primavera con su “flor de concierto”, a las 21.00 se apagaron las luces y comenzó la emisión del documental “Ha’i o te taina (Encuentro entre hermanos)”, registro del encuentro entre Federico Paté Tuki y Stern en Rapa Nui. Una historia muy bien contada que logró generar una empatía inmediata con el público, una vez que terminó este era el momento perfecto para iniciar la fiesta, pero al parecer algunos desaciertos técnicos “cortaron” lo que pudo ser una atmósfera perfecta. El inicio fue pura energía y poca prolijidad sonora, varios baches y acoples acompañaron algunos pasajes del espectáculo (especialmente en los primeros temas), pero a la gente y a la banda, cada vez le fue importando menos. Es que Nano junto a su tropa generaron un ambiente familiar y cercano, como si el Caupolicán fuese el patio de una casa y domingo por la tarde, los asistentes se conocían y encontraban, tanto con Nano, como entre ellos.Este ambiente no sólo se pudo apreciar por las letras, el carisma y la voz del cantautor, sino que la humildad que se profesa dentro de la banda ayudó. Cada uno de los miembros tuvo la oportunidad de ser protagonista dentro de los 20 temas donde tocaron juntos.
Caso aparte también fue la colaboración de los visualistas Camilo Huinca (Onlyjoke) y Francisco Meneses (DMNC) quienes prepararon un juego de imágenes y gráficas que entregaban al público una segunda lectura a lo que Nano Stern trata de dar en sus canciones. Un ejemplo de esto fue en el tema “Teje Que Teje”, donde aparecieron unos elefantes vinculados a una marca de supermercado nacional.Uno de los puntos altos que tuvo el concierto fue sin duda la interpretación de “Nube”, una canción llena de melancolía y un clásico para quienes siguen al cantante, en esta oportunidad Nano cantó sin micrófono y, como siempre, con el público dejando en claro que los estaban eran los de siempre, los que nunca lo han dejado de seguir. El “Flor de concierto” también tuvo flor de invitados, la primera persona que salió a escena fue la hermana de Nano, Claudia Stern, quien interpretó “Florecer”, como un aproach de lo que será el lanzamiento de su primer disco el próximo jueves 23. Luego salió Chinoy, eterno colaborador de Stern, donde cantaron “Para la pena no” y luego un pequeño lujo con “Nacido aquí” donde ambos pudieron dejar en claro sus habilidades interpretativas y de improvisación.
Cuando Los Jaivas se subieron al escenario fue pura fiesta, ritmo y anécdotas, el carisma de un Mario Mutis junto con la alegría de Stern de tenerlos ahí se transmitió fuerte y claro; “Mira niñita” y “Taquirari del puerto” fueron el detonante del éxito.El espectáculo estuvo cargado de un mensaje político (que no es lo mismo que partidario), alusiones al tema energético que hoy se debate en el país, la mención a tres diputados que estaban en el concierto y la necesidad de cuidar los recursos naturales fueron consignas de la banda. Cuando ya el reloj estaba empezando a marcar las 00:00 horas en Caupolicán, Stern se dio un lujo, que también lo fue para el público; una interpretación sublime de “Voy y vuelvo” (de manera personal, de lo mejor de todo el cancionero de Stern) acompañado solo de un teclado y que también dio espacio para recordar a Spinetta con “me gusta ese tajo”. Ya se empezaba a acabar la fiesta. Como broche de oro, también como inicio de la fiesta para un viernes, Juan Ayala colaboró con “El vino”, el timbre del intérprete de “la makinita” dejó los ánimos arriba y por sobre todo, más que satisfechos a un público que llenó un teatro que albergó a familias, amigos y seguidores. Nano Stern bien pudo hacer un concierto menos íntimo y mucho más corto (este fue desde las 21 a 00:30 horas) pero, ¿para qué?, si a final de cuentas, siempre se quiere estar el máximo posible de tiempo con los amigos más cercanos.
Por Hugo Vallejos Silva
Fotos: Alejandra Briones Guerrero