Paradise Lost en Chile: Fuego gótico
Los ingleses no se presentaban en nuestro país desde 2014, sin embargo Nick Holmes saludó a los fanáticos nacionales como si tocara cada año en Blondie, y la complicidad del público hizo que la jornada de ayer por la noche fuera casi ecuménica.
La música de los creadores del Gothic metal de alguna forma trasciende y deambula entre lo horrífico del death metal (sus primeros dos discos son una lección de ello) y las melodías melancólicas que saca de su guitarra “el último de los mohicanos” Greg Mackintosh. El álbum que llegaron a promocionar, “Medusa”, suponía una lectura tétrica y muy doom de un setlist que fue variado, y en su ejecución se escuchó pulcro y solemne.
‘From the Gallows’, de su última placa dio el vamos, un saludo sónico a su vieja época inicio el fervor de los chilenos. En ‘Gothic’ la casa sonreía amena y coreaba a gusto la voz femenina del icónico tema. ‘One Second’ y ‘Erased’ nos paseó por el periodo menos metalero de la banda, pero que los curtió a recorrer un camino de valientes en el estricto régimen metalero. ¿Malas caras? Ninguna. Ambas totalmente aceptadas. ‘Enchantment’ nos llevó de viaje a los tiempos de “Draconian Times”, incluso Holmes recordó aquel show que la banda dio en el actual Teatro Caupolicán junto a Ozzy en 1995. En ‘Requiem’, la banda se da el lujo de revisitar un periodo en el que buscaban volver a su forma, y los riffs de Mackintosh continuaban siendo absolutos protagonistas.
La homónima ‘Medusa’, describe muy bien el pasado, presente y futuro de los ingleses; agónicas y desoladoras melodías azotaban el recinto capitalino con una pieza doom/ death de colección. ‘An Eternity of Lies’, de “The Plague Within” (2015) una canción prácticamente nueva en el repertorio fue recibida como un viejo clásico noventero. En ‘Faith Divides Us-Death Unites Us’ la banda sabe que tiene un himno entre manos, y así lo hacen sentir los fanáticos. En ‘Blood and Chaos’, Holmes invita a Blondie a realizar un mosh y un wall of death, para una de las canciones más dinámicas de la noche, le siguió el clásico y coreado ‘As I die’, para luego dinamitar la capital con la ultra pesada y lenta ‘Beneath Broken Earth’.
Luego de ‘Embers Fire’, del icónico “Icon” (1993) la banda se retira a un breve descaso, para regresar con un encore ganador con: ‘No Hope in Sight’, ‘The Longest Winter’ y el cierre con la bailable ‘Say Just Words’, consolidando quizá uno de sus mejores show en Santiago junto al recordado Monster of Rock de 1995.