Periphery V-«Djent is not a genre» (2023): Declaración de principios

3DOT Recordings, Century Media, eOne, 2023

El pasado 10 de marzo vio la luz el séptimo trabajo de estudio del conjunto norteamericano, producido por ellos mismos y por la mano maestra tras las capas sonoras que han definido el particular estilo sonoro de la banda: Adam «Nolly» Getgood, quien además es el encargado de los bajos en estudio.

Es sin duda el disco más ambicioso de la trayectoria de Periphery, disco que tiene seis canciones de más de siete minutos de duración, y en donde buscaron llevar a otro nivel el desempeño técnico y sonoro alcanzado en su trabajo anterior «Periphery IV: Hail Stan», donde la colosal ´Reptile´ fue el punto de referencia de lo que sería la definición misma de lo que el sexteto puede llegar a hacer. Aquí todos destacan, siendo el trabajo armónico logrado por los tres guitarristas Misha Mansoor, Jake Bowen y Mark Holcomb un punto sobresaliente en texturas y melodías, acompañado por un brutal desempeño vocal de Spencer Sotelo y el preciso trabajo del baterista Matt Halpern. Todo, por supuesto, finalmente procesado en manos del ya consagrado Adam «Nolly».

La acogida de este trabajo ha sido en general de aclamación por la crítica y los fanáticos, en donde se vuelve difícil encontrar puntos ciegos y flancos al descubierto que puedan situar una mirada objetiva del mismo trabajo, el cual viene a sentenciar sin bacilar que el djent precisamente no es un género. O no es «sólo» un género. Sino que es una forma de abordar el sonido, de servirse de ciertos recursos principalmente digitales y de mostrar un producto con distintos matices técnicos que lo hacen un referente dentro de los estilos más extremos de rock y metal en general.

La placa abre con ‘Wildfire’, canción que parte de manera confrontacional y la cual buscaría anticipar sin mucho preámbulo las cualidades que tendrían los pasajes del disco en general,  circulando en segmentos pesados y transiciones melódicas y atmosféricas. Esta canción fue lanzada como single junto a la siguiente, ‘Atropos‘ la cual es la tercera pieza más larga del album y la que nos lleva paulatinamente a desmenuzar los característicos juegos de poliritmos del estilo djent y del conjunto en particular.

Después de este guiño a una de las Parcas de la mitología griega, llega una de las mejores piezas del disco: ‘Wax Wings‘, canción melódica que mezcla la precisión rítmica con los recursos expresivos más intensos del rock en general, con solos de guitarra emotivos, pasajes con piano, arreglos de cuerdas y un Spencer Sotelo cuyo canto resulta muy poderoso y a la vez, conmovedor.

‘Everything is fine!‘ es la canción más corta del recorrido, y por lo tanto también es la más directa, siendo sencilla de seguir y de disfrutar para los conocedores más experimentados del género. Posterior a ella viene ‘Silhouette’, canción completamente electrónica y que sirve de interludio después de toda la información entregada anteriormente. Esta faceta del grupo, principalmente de Halpern y Mansoor muestra cómo los recursos digitales son parte importante del sonido de Periphery, y que el metal hace tiempo dejó de definirse solo por los sonidos analógicos de amplificadores y cajas de sonidos registradas en tiempo real por micrófonos. Spencer sigue siendo el protagonista al lograr acomodarse en las armonías compuestas con una envidiable naturalidad.

‘Dying Star‘, segunda canción más corta del álbum, comprende un trabajo de metal progresivo más convencional que busca generar nuevamente un ascenso paulatino hacia lo que serían las tres canciones finales del album. ‘Sagreous‘, último tema publicado como single, es otra pieza dura llena de poliritmos, amalgamas y quiebres filosos, que concluye con un segmento digno de la banda sonora de alguna película de acción o aventura.

‘Dracul Grass’ es sin duda la pieza épica del album, que además es la que está afinada más grave – En F#, como las guitarras estándar de 8 cuerdas, y que dio a «Nolly» la misión de lograr cubrir esas frecuencias con un bajo que sonara definido. De temática ambigua, podría resultar ser una referencia al mito del conde Drácula cuyas interpretaciones posiblemente queden abiertas a muchas lecturas sobre todo si son acompañadas por la musicalidad de la canción.

Para cerrar ‘Thanks Nobuo’, canción de corte también más armónico que busca hacer la transición a la calma, y que culmina con casi cuatro minutos de pasajes ambientales con aires una vez más cinematográficos e introspectivos. Sin duda este disco llegó en un momento muy oportuno para la banda y el género, pudiendo llegar a ser sin duda uno de los mejores de la década del 2020.