PJ Harvey- Ballad of the soldier’s Wife: La eterna espera de las mujeres anónimas
A principios de la década de los 40 del siglo XX, el músico alemán Kurt Weill y el escritor Bertolt Brecht, de la misma nacionalidad, compusieron Und was bekam de soldaten weib? (¿Qué obtuvo la esposa del soldado?), interpretada en su momento por Lotte Lenya. La canción nos cuenta el sentimiento cotidiano de las mujeres, quienes esperaban a sus esposos que luchaban en la Segunda Guerra Mundial. Después de 49 años de terminado el conflicto bélico, en 1994, PJ Harvey interpreta una adaptación de la pieza: Ballad of the soldier’s Wife, en el marco del film September songs: the music of the Kurt Weill, en el cual participaron artistas de la talla de Nick Cave, Lou Reed, Elvis Costello, entre otros.
Harvey, que es una apasionada investigadora y crítica de las prácticas bélicas (incluso las de su propio país como expuso en su álbum «Let England Shake») nos relata la historia de una mujer que recibe regalos de su esposo desde las ciudades saqueadas en la Guerra: desde Praga envía zapatos, desde Ámsterdam un gorro; y así, como si fuese un turista de viaje por Europa comprando suvenires para sus familiares que esperan su regreso. Pero sabemos, ya sea porque conocemos la historia y por la desgarradora interpretación de Harvey, que ese viaje está lejos del placer, de hecho, está inserto en el dolor.
La esposa anónima de la performance de PJ Harvey, sin cara ni nombre, quien vivió la cruda realidad del horror, del holocausto, de los nazis, hace casi 80 años, es un acto de memoria que nos permite reflexionar y recordar a aquellas mujeres, que incluso están más invisibilizadas que los anónimos soldados. Lo que coincide con una de las características del estilo brechtiano, el efecto de distanciamiento, el cual consiste en que el espectador no se sienta identificado con la obra, ya que, no interesa la catarsis personal, sino que lo importante es el mensaje, la reflexión que podemos hacer de aquello que nos cuenta; y que en este caso lo logra.
Al estar observando un pasado distante desde el futuro, escuchamos el eco repetitivo después de cada verso: ¿Qué recibirá la mujer del soldado?, ¿desde dónde vendrá el siguiente obsequio?, ¿Qué será? o, si habrá un siguiente. Somos testigos de aquellas esposas, madres, hermanas, hijas y amigas sumidas en la eterna incertidumbre, la cual termina en algunos casos con alguna buena noticia, en otros, al parecer en los más, finaliza con la llegada de un velo de viuda.