«Post Human: Nex Gen» (2024): Bring Me The Horizon en su punto más alto
Cuando aún habitan comentarios del tipo «con Sempiternal quedaron los vestigios de BMTH», o «la banda ya no es lo mismo» o que «han sido una traición al metalcore», solo queda decir lo sesgado y facilista que suele ser este tipo de comentarios, cuando estamos frente a una banda que solo suma y sigue: le han robado el protagonismo a Twenty One Pilots en la misma fecha de lanzamiento. Ya cuentan con dos álbumes número uno en su haber, cuentan con uno de los shows más pesados, poderosos, pasionales, espectaculares y romanticida-tecnológicos del mundo. Han encabezado Reading & Leeds, Download y sus colaboraciones y entregas audiovisuales son por decirlo menos…ESTO ES CINE!
Pese a los retrasos y las ansias (y los excelentes augurios que trajeron los temas de adelanto), «Kool-Aid», un nuevo himno para romperte la cabeza y rebosante en melodías cautivantes, la melancólica «Die 4U» o la fuerza apasionante y desgarradora «Strangers», BMTH decía que todos los códigos de su anterior placa, y de su espíritu más joven aún («That’s The Spirit», «AMO», «Sempiternal») aún están ahí, y no, ni dando vuelta la espalda a un sonido, ni traicionando a nadie; al contrario, logrando ser muy fieles a lo que es su marca registrada y más aún: en constante evolución.
Bien armado, trabajado y muy mentalizados, los ingleses se las arreglan para ofrecernos una verdadera nueva obra maestra idealizando el paraíso a través de una especie de canción de amor, Sykes mantiene sus sueños firmes desde el principio con «Youtopia»: «Hay un lugar al que quiero llevarte / Pero yo no he llegado allí», admite, sobre un riff glorioso pero turbio que nos da ciertos guiños al Deftones de Around The Fur.
‘Post Human: Nex Gen’ es mucho más introspectivo, pero al mismo tiempo mucho más explosivo que su precuela. «Nadie va a entrar en coma y rescatarme / Me estoy ahogando mientras duermo», llora a gritos Sykes en ‘‘Top 10 Statues That Cried Blood’’, mientras que ‘Darkside’ es igualmente claro: «Seis pies en la tierra aún respiran / No Me importa un carajo si mi corazón deja de latir”. El trato a «Limousine», con la tremenda artista y cantante noruega Aurora de invitada, es quizá el mejor tema de la primera parte de la placa, que continúa sin perder nuestra atención el viaje y sí, nuevamente los guiños a Deftones en clave sludge-core están latentes. Estas ralentizaciones repentinas que también se oyen en «Ost (Spi)ritual» y que de verdad, se agradecen.
Pese a que en el camino tuvieron que perder a lo que parecía una de sus mejores piezas de ajedrez, Jordan Fisher, la banda entrega un álbum muy rico en samples, fragmentos electrónicos y secuencias. Cuando pasamos por el himno emo-core ‘R.I.P. (Duskcore Remix)’ o con ‘¡Amén!’, presentando una elegía de Sykes, quien procede a condenar a alguien a pudrirse en el infierno y todo tipo de maldiciones extremadamente bien dichas. Sykes nos lleva a terapia y de paso rompe el corazón con el sencillo ‘N/A’ (“Mi nombre es Oli y soy un adicto”), en tanto la hipnosis bizarra de ‘P.u.s.s.-e’, que es, aparentemente un número de transición, desciende abruptamente a una espesura y caos IDM y Drum & Bass. Con «Dig It» ofrecen un epílogo a la altura de más de 7 minutos que crece y crece, hasta llegar a algo denso y doom: «La vida es una tumba / Y yo la excavo».
Con un álbum brutal, diverso, agresivo y lleno de sensibilidad al mismo tiempo, BMTH dejan claro que es una de las bandas con mejor salud actual en el momento. Y si no estás preparado para esta notable evolución, lírica, filosófica y sónica, solo bájate del carro.