«Primitive»: el contestatario disco de Soulfly que tuvo estelares invitados
Roadrunner, 2000
Después de un debut aclamado por la crítica y en pleno reinado del nu metal, Max Cavalera comenzaba a preparar su siguiente ataque explosivo de la mano de Primitive, segundo álbum en la mutable carrera de Soulfly. Un proyecto dirigido a la fusión de sonidos metaleros con la raíz étnica y tribal, un estilo ya característico en la música del brasilero y que se arrastra desde los tiempos de su recordada banda Sepultura, especialmente en la época de los insignes discos Chaos A.D. y Roots.
La pista que abre el álbum es “Back to the Primitive”, canción que desde un principio se perfila como una de las grandes y con más onda de las composiciones jamás grabadas por el grupo, si bien es una canción simple, contiene una energía desbordante, de ritmo fascinante y lleno de groove, con un mensaje que reclama volver al estado de la política donde la sociedad estaba organizada en tribus locales, en lugar de un gobierno general.
La rabia se hace presente en “Pain”, a través de un riff repetitivo y punzante. Estamos frente a una canción con todo el estilo aggro del año 2000 y que en la actualidad puede resultar monótona, pero se ve reforzada, entre otras cosas, por la participación de Chino Moreno de Deftones,un viejo amigo de Max (no hay que olvidar que el nombre Soulfly nace de la canción «Head up»del disco Around the Fur).
Aunque la música de Soulfly tiene una raíz en el hardcore y el metal, también queda un espacio para la espiritualidad y experimentación, esto se puede percibir en “Bring It”, que en principio no muestra mayores diferencias con la canción anterior, pero en donde hay ciertos ritmos que resultan interesante de escuchar y en la cual se puede apreciar la admiración que siente Max Cavalera por la música de Bob Marley, queda demostrado en el ritmo de reggae que se desarrolla en la parte intermedia del tema y que es un gran contraste con los riffs más pesados.
“Jumpdafuckup” es otra de las canciones que tiene entre sus líneas a un ilustre invitado, en este caso la colaboración se encuentra a cargo de Corey Taylor, reconocido vocalista de Slipknot y Stone Sour. El tema tiene un típico desarrollo nu metal, comenzando con un riff potente en afinación baja, para continuar con una parte cantada, casi susurrada a cargo de Taylor, pero que en cierto punto estalla con gritos guturales llenos de rabia.
En “Mulambo” se hace latente todo el espíritu de la selva amazónica y las raíces latinas, incluyendo una variedad de percusiones, pero sin olvidar la parte agresiva. Uno de los puntos altos y que resulta ser una grata sorpresa es la canción “Son Song”que tiene al mismísimo Sean, el hijo de John Lennon haciendo voces y quien entrega una excelente interpretación con un resultado más que interesante. Dos mundos que a simple vista pueden parecer muy alejados entre sí, pero en donde queda demostrado que, la música es disfrutar y compartir, independiente de los estilos o las influencias.
Sigue el nu metal con “Boom”, una canción en donde destacan las guitarras pesadas y algunos tambores de fondo con un coro explosivo. En “Terrorist” aparece un personaje familiar, Tom Araya hace de invitado y pone toda su energía y actitud. Al escuchar, pareciera ser un tema de Slayer sacado del “Diabolus in Musica” o el “God Hates Us All”, al final la canción se acelera, casi como un golpe y aunque en algún punto queda en deuda, es interesante escuchar juntos a estos dos gigantes del thrash e influencias máximas del metal de todos los tiempos.
“The Prophet”, comienza con un buen riff, consistente y que resume en parte lo que es el disco, musicalmente fuerte y con letras que reflejan angustia y odio, pero que también presenta ciertas citas filosóficas, lo que indudablemente le da mayor profundidad a la ira de Cavalera y a su tribu musical.
Entrando en la parte final del disco, “Soulfly II” es un respiro, una pieza instrumental cautivante, en donde se puede escuchar un piano e instrumentos de percusión que mantienen la esencia e influencia tribal con una melodía relajante, es un pasaje introspectivo que se agradece y valora. “In Memory Of…” y “Fly high” son los temas más débiles del disco, si bien tienen un enfoque diferente e intentan enriquecer la variedad de estilos, lo hacen de tan mala manera que fracasan en el intento.
En definitiva, Soulfly ofrece una propuesta diversa, con una formación diferente y que, al igual que en su primer disco, cuenta con la ayuda de numerosas y prestigiosas colaboraciones, es quizás en este punto donde radica lo atrayente de esta obra, ya que se enriquece un poco más. Por esta época Max Cavalera trabajaba por encontrar un camino musical para su banda, a veces no con los mejores resultados, gran parte del álbum se queda dentro de los márgenes discretos del numetal; sin embargo y a pesar de todas las deficiencias que puede presentar Primitive, hay una parte musical intrigante y que hace que este disco sea interesante de darle play y seguir escuchando conforme pasa el tiempo.
Por Carlos Bastías