Lollapalooza Chile 2012: Emoción, euforia y rock ‘n’ roll
Sábado 31 de marzo:
Gogol Bordello:
Bajo un calor intenso y frente a un público que llegaba al escenario con la clara intención de iniciar oficialmente la fiesta en el parque O’Higgins, la agrupación Gypsy Punk se encargó de entregar un show intenso y sin mayores pausas, lo que impidió que la energía decayera durante toda su presentación. Con un discurso político y atingente, Gogol Bordello cumplió con las expectativas y sorprendió a muchos de los asistentes que desconocían los pergaminos de esta banda neoyorkina que suma más de 10 años de trayectoria.
Cage the Elephant:
Contando con un horario y escenario privilegiado, la agrupación de Kentucky apareció en escena con la intención de entregar un show lleno de calidad y energía. Y en un comienzo lo consiguieron. Con un público que coreaba sus temas (más de lo que cualquiera hubiera esperado) la primera mitad del espectáculo se caracterizó por un frenetismo y energía, icónicamente personificada en su vocalista Matt Shultz, quien sudó entrega y compromiso con el espectáculo. Sin embargo, con el paso de las canciones y los cada vez más notorios problemas técnicos, el show se desinfló, el público comenzó a marcharse hacia el otro gran escenario (donde tocaría Arctic Monkeys) y el dicho “mucho ruido, pocas nueces” sin duda resultó aplicable para esta presentación de los norteamericanos.
Arctic Monkeys:
Los británicos resultan un buen contraste con el show que les precedió en la agenda del día sábado. A diferencia de Cage the Elephant, éstos entregaron un espectáculo sólido, de alta calidad y con casi todos los asistentes al Lollapalooza mirándolos fielmente. Y si en una entrevista previa al show el baterista Matt Helders autodefinió a la banda como “una máquina de hacer ruido”, lo cierto es que Arctic Monkeys es una de las máquinas más sólidas y bien aceitadas de la actual escena musical. Paseándose por todos sus discos y con un show más que probado en diversos e importantes escenarios del mundo, Arctic Monkeys cumplió a cabalidad con las expectativas y cuestionó con fundamentos si debieron ser ellos los encargados de cerrar la jornada del día sábado.
Domingo 1 de abril:
Foster the People:
Cuando esta agrupación apareció en el escenario, el festival adquirió pleno sentido. Porque más allá de los intentos de sus organizadores por traer a agrupaciones de elevada trayectoria, como Ben Harper el 2011, y Band of Horses o TV on the Radio este 2012, la mayoría de los asistentes a la versión Chilena de Lollapalooza corresponden a seguidores del pop, la electrónica y los hits radiales. Es por esto que la elevada expectación y éxito de Foster no fue sorpresa alguna. Con un show cargado de sonidos pegajosos y alegres, la banda californiana hizo bailar a todos los espectadores y decoró de buena forma una soleada tarde dominguera.
Band of Horses:
La banda que animó el Claro Stage a las 15.30 del domingo de verdad que podría decirse que aportó con calidad y emotividad, con el sonido como gran carta de triunfo, los americanos se despacharon las principales gemas de su corta pero efectiva carrera. Ya para los tres cuartos de hora, la banda tenía a la audiencia bastante conquistada con sus himnos y amplio dominio instrumental. El cierre fue su broche de oro con la aclamada ‘Funeral’, momento simplemente conmovedor no tan solo de su show sino que del festival entero. Uno de los grandes puntos del festival, toda una revelación.
TV on the Radio:
Un show de los que debemos sentirnos afortunados de haber visto. La banda se esperaba como punto fuerte, y pese que el sonido no les acompañó cien por ciento, lograron sorprender con su efectiva versatilidad musical, su deslumbrante diversidad y los vientos que acompañaron como parte vital del espectáculo. Pasando desde la interpretación vocal de su bien dotado frontman de raíces africanas Tunde Adebimpe, el carisma y la solidez en guitarras de Kyp Malone, o la potencia del bajo de Dave Sitek, TV on the Radio convirtió la tarde en una fiesta, donde la expansión musical era la principal protagonista. Muy pocos puntos bajos y la cohesión como equipo musical se dejó notar con creces.
Joan Jett & the Blackhearts:
En muy buena forma y totalmente sólida, tanto en voz como actitud, pudimos presenciar a Joan Jett a sus 53 años de edad. Acompañada por unos ‘Blackhearts’ de distintas edades, su hard rock simple y directo conquistó a la mayoría de un público que llegó en gran medida de curioso y sediento de rock’n roll, cosa que Jett y sus secuaces lograron brindar con creces. Pese a que esta ídola no posee tantos hits reconocidos, sus clásicos como ‘I Love Rock’N Roll’ y ‘I Hate Myself for Loving You’ fueron coreados por la audiencia que veía caer la tarde acompañados de esta leyenda del rock.
Foo Fighters:
Ya terminada la actuación de Joan Jett a las 19.00 hrs., mucha gente se quedó en el escenario Claro Stage. La razón fue más que obvia: la esperada primera visita de los Foo Fighters en nuestro país. A muchos no les importó esperar más de una hora (especialmente porque la mayoría llevaba instalado en el escenario desde tempranas horas del sábado), ya que de ahí en adelante empezaría a transcurrir una de las horas más ansiadas y potentes de nuestras vidas.
Con un breve retraso de un poco más de tres minutos aparecen en escena los Fighters, y la locura se desató de inmediato en todos los asistentes. La apertura con ‘All My Life’, ‘Rope ‘ y ‘The Pretender’, el lleno total y los empujones que iban de lado a lado hicieron que en pocos minutos saliera mucha gente con síntomas de desmayo y ahogos, teniendo que ser socorridos por personal de seguridad que no estaba muy preparado para ello.
Ya desde el principio y con el saludo inicial de Dave Grohl comprendimos que iba a pasar lo que en muchos videos vimos desde hace mucho tiempo: la característica, completa y directa empatía y comunicación con el público. Después de decir cosas como «this is a fucking first show here» o anunciar que no haría un show de una hora y media, ni tampoco de dos horas, sino que ¡de más de dos horas y media!, las siguientes canciones en sonar fueron ‘My Hero ‘ y ‘Learn to Fly’ , las cuales fueron coreadas a todo pulmón por una ya más apaciguada audiencia.
La irrupción con ‘White Limo’ devolvió el mosh a la parte delantera (incluso con mayor intensidad que en el arranque del show), ‘Alandría’ y ‘Break Out’ fueron las siguientes y llegó el momento en que Grohl lúdicamente presenta a cada músico, quienes ejecutaron unos improvisados y cortos solos con sus instrumentos.
El tema cantado por el baterista Taylor Hawkins fue la siguiente en sonar, la melódica ‘Cold Day in the Sun’, fue seguida de ‘ Long Road to Ruin’ y una larga versión para ‘Stacked Actors’, la cual incluyó como invitada a parte del tema de Queens of the Stone Age ‘Feel Good Hit on the Summer’, donde rápidamente se citaron drogas y estimulantes, cuál menú de restaurante.
Otra de las más coreadas del show fue ‘Walk’ , tema de su nuevo disco y que nuevamente se extiende de sobremanera con ‘Monkey Wrench’. Quizá al considerar la cantidad de temas que quedaron fuera podríamos haber evitado estas extensiones exageradas en pos de más variedad en cuanto a canciones, pero bueno, Foo Fighters siempre ha ‘jameado’ en sus conciertos y esta no iba a ser la excepción.
La fiesta continuó con ‘Let It Die’, ‘These Days’, la longeva ‘This Is a Call’ y una sorpresiva versión de ‘In the Flesh?’ de Pink Floyd, causando el delirio de muchos y que obviamente nos hizo recordar esas otras mágicas noches que vivimos hace poco con Roger Waters. La emotiva ‘Best of You’ culminó cerca de sus ya dos horas de show y su primera despedida.
Luego de unos breves minutos de descanso se aparecen Grohl y Hawkins en las pantallas gigantes y en primer plano discutiendo y deliberando con el público acerca de cuántas canciones más tocarían. En uno de los momentos más divertidos de la noche , la «discusión» que en primera instancia era respecto a si se tocaba una o dos canciones más, finalmente se convierte en la decisión de cinco, todo esto obviamente acompañado con los gritos de la audiencia.
El regreso al escenario de Grohl en solitario junto a su guitarra trae consigo los agradecimientos del frontman y también donde dejó claro que volvería a pisar suelo chileno junto a la banda. Por otro lado a cada momento expresó el especial momento para ellos vivido durante este show.
Dicho esto suena ‘Wheels’ cantada en gran parte por la masa de gente que repletó el Claro Stage, convirtiéndose en otro momento muy emocionante de la jornada. En ‘Time Like These’, la cual dedica a Perry Farrell, se manda una reflexión acerca de como Lollapalooza le ha cambiado la cara al mundo de la música e incluso recuerda su participación en 1991, nombrando a bandas como Nine Inch Nails, Butthole Surfers o Body Count, que fueron sus copartícipes en aquella primera instancia de este ya mítico festival.
Seguido de esto, llega el turno para ‘Young Man Blues’ el cover de Mose Allison, donde nuevamente ese humor que la banda propone juega su rol con Taylor Hawkins haciendo la pirueta donde lanza la baqueta al aire y donde no logra tomarla nunca repitiendo la parte con un «enfadado» Grohl hasta que lo logra.
Pero todavía quedaba más y lo de las cinco canciones no era broma. Esta vez entra al escenario Joan Jett y se cuelga la guitarra para interpretar ‘Bad Reputation’ en algo que se tenía previsto podía suceder. El final ya era inminente, especialmente después de más de dos horas y media de emoción y agotamiento aflorando por todas partes. Fue así como comenzó a sonar la gran ‘Everlong’.
Y con esto era el final, la vuelta a casa con una grata sensación, tanto por la posibilidad de ver a estos monstruos del rock, de la calidad de su show en vivo, como también el haber sido partícipe nuevamente en uno de los festivales más grandes del planeta, el cual muy afortunadamente mantiene un romance con nuestro país que no presenta fecha de expiración.
Daniel Vera G. & Patricio Avendaño R.