Hace un par de semanas Red Hot Chili Peppers estuvo estrenando el primer single de…
«Return of The Dream Canteen»- Red Hot Chili Peppers (2022): el amor por la música sigue siendo ilimitado
Warner, 2022
Lo prometido es deuda y tal como Anthony Kiedis lo había asegurado, la segunda pata de esta enorme tirada de canciones que significaron las sesiones de «Unlimited Love» ya está acá. Sorprendentemente la banda ha lanzado dos álbumes en un año y eso no puede obedecer más que a la energía que inyectó el regreso de John Frusciante a la banda, sin desmerecer el trabajo de los demás integrantes que se arrimaron al carro de la creatividad, pese a ya estar bordeando los 60 años. Eso ya es punto a favor para los «Funky Monks», que no se han quedado solo con el par de discos, sino que han vuelto a la actividad en vivo.
¿Hay alguna diferencia entre un álbum y otro? Viniendo de las mismas sesiones que Unlimited Love, como era de esperar, no trae un gran cambio en el sonido, ni tampoco canciones tan sobresalientes entre ambos, pero está la energía ahí, está el groove, el funk, la melodía inmersa, el bajo incandescente y movedizo de Flea, con los entrañables solos e intervenciones de Frusciante que siempre cumplen y van a ayudar a mejorar todo lo que tocan. Un Kiedis intacto en cuanto a capacidad vocal y entonación y el gigante de la batería Chad Smith siempre a pie de cañón y al servicio de las canciones.
No se sienten temas «sobrantes» la verdad. Return of the Dream Canteen aún logra agregar más de lo que quita. Desde el funky puritano y muy cálido de «Tippa My Tongue» a la melancolía del homenaje a Eddie Van Halen en «Eddie», pasando por «The Drummer» que marca cierta diferencia con algunos pequeños guiños post punk y synthes retro-ochenteros. «Copperbelly» sube las intensidades sin desmarcarse de este molde melódico en que hace mucho tiempo no arriesga RHCP. Si hay algo que le falta hace rato a la banda es el punk de su primera etapa, pero difícilmente a estas alturas eso pueda suceder, aunque se pide un desmadre a gritos de vez en cuando, porqué cómo mejoraría bastante en factor actitud y sorpresa.
Sin embargo, los tonos sombríos de «Bag of Brings» y la mirada minimalista, electrónica y lúdica de «My Cigarette» o la animosidad de «Afterlife» donde Kiedis nos deleita, rapea y canta muy bien y Chad nos entrega ese incesante ritmo que lleva por las venas, cosas que llenan el disco de claroscuros, aunque quizá sean canciones que puede que no queden por tanto tiempo en el inconsciente y no nos impulsen a una escucha activa por la eternidad como lo lograron con las emblemáticas canciones de discos como «Californication» o «By The Way» (para que hablar su etapa del primer lustro noventero).
Con «Unlimited Love» y este regreso vemos un esfuerzo de la banda por estar vigentes. No se nota forzado, y eso es el ejemplo de porqué logramos tener esta cantidad de canciones impresionante y es imposible no dejarse seducir por muchas de ellas. Pero la duda está sobre la mesa: ¿realmente la magia está de regreso? Eso es lo que quedará en discusión por unos buenos años más.