Monkey Blood Fest en Chile | Watain, Suffocation, Crypstosy y Recrucide: Viernes de carnicería
Tras varios meses de su anuncio el viernes 5 le llegó la hora al Monkey Blood Fest, dispuestos a recibir el letal death metal de Recrucide, Cryptosy y los legendarios Suffocation, cientos de bangers nacionales se acercaron al nuevo centro de descarga metalera de la capital -el Kmasu Premiere- para ser testigos de una noche brutal en la propuesta sonora de las bandas mencionadas, y un poco más teatral y decepcionante para lo que nos mostró el black metal de Watain.
La cita comenzó con los nacionales Recrucide que no hicieron más que ilustrar la reputación que le precede a su excelente último disco. Death Confession, Ritual, Satanism, Hipócrita y God Didn’t pasaron sin concesión a espacios. Rodrigo Zepeda- voz y bajo- regalaba una copia en vinilo de Supremacy al publico que respondió bien a la propuesta de los nacionales, para cerrar una presentación más que correcta atacaron con Blood Divine, Carnage y Art of Crime. Cuanto ganaría el conjunto nacional si en este tipo de presentaciones salieron segundos o terceros en el line up, primero porque se asegura que la gente llegue masivamente a la hora indicada al evento (en el caso de que abriera Cryptosy por ejemplo) y segundo para potenciar una propuesta que merece algo más que escenarios para la apertura de estos festivales, qué tal si abría una banda foránea y después le dejaban el publico en caliente a los chilenos.
Cerca de las 20:00 hrs. los canadienses Crypstosy se apoderaron del escenario del club, con un público mayor en número para azotarnos en la partida con Crown of Horns y back to Worms; sonido a ratos ensordecedor pero que se licuo en la continuidad de Mutant Christ y Two-Pound Torch de su disco homónimo de 2012. A pesar de ser un festival y que el tiempo en estas instancias apremia, la banda saludó al publico chileno y demostraban estar a gusto tocando para la audiencia local, siguieron White Worms, Graves of the Fathers y Defenestration para cerrar con Phobophile de su destacado disco de 1996 None So Vile. Death metal tritura sentidos y con una entrega del que da su primer concierto destacó en la propuesta de los canadienses, un acierto para el line up.
Algunos anuncios se leyeron durante la semana previa al show que Suffocation daría en nuestro país, y no eran menores, pues Frank Mullen su vocalista de toda la vida no estaba girando con la banda por su tour en Latinoamérica, hecho que motivó a algunos a anunciar su no ida a presenciar a éste cojo y quizás mudo Suffocation. Además solo venia un guitarrista, entonces mayor era el desazón de los deathers. Muchas preocupaciones que incluso se acrecentaron ad portas al show; Kevin Talley -su baterista- aletargó en demasía el inicio del show probando el correcto sonido de su instrumento, tras media hora de retraso se dio comienzo a la carnicería en que se convirtió el recinto de Blanco encalada; mucha falta hiso Mullen, pero teníamos en frente a un experimentado baterista de death metal que grabó en el pasado con Dying Fetus y Six Feet Under y que demostró con creces el por qué Suffocation lo eligió como reemplazo de su mítico fundador, el tipo era una máquina en los bombos y sus blast beat le dieron total consistencia a los temas de la banda. Además estaba la base sólida y sanguinaria que forman en las seis y cuatro cuerdas el eterno Terrance Hobbs y Derek Boyer, escuchar canciones como Thrones of Blood, Effigy of the Forgotten, Breeding the Spawn, Pierced from Within e Infecting the Crypts –todas piezas ecuménicas en el templo del death metal- en un recinto lleno más el fervor de las cervezas hizo que a muchos le importara muy poco que el que cantó fue Ricky Myers de la banda Disgorge, As Grace Descends y Purgatorial Punishment de su último álbum entre otras más un sonido que los acompaño; dejaron a Suffocation como otro de los aciertos del line up y un súper clase del sonido muerto del metal.
Tal como decía el cartel a las 23:00 hrs los suecos de Watain salieron al escenario con una intro en tono teatral propia del estilo que se hizo mundialmente conocido hacia fines de los años 90, encendiendo con una antorcha las cruces invertidas que flamearon y adornaban su escenario para dar comienzo a un concierto extraño; si bien el sonido los acompañó, el cambio de formación que ocurrió durante el concierto dejo a varios con la interrogante de si Watain sería capaz de cumplir con lo pactado. Hakan Jonsson, su baterista salió del escenario para ser reemplazado por Erik Danielsson (voz) y Set Teitan (guitarra) las ofició de vocalista el resto del show. Curiosamente leyendo sobre el historial de la banda y su relación con Chile, en 2010 ocurrió lo mismo ya que al parecer una deshidratación o vaya uno a saber qué circunstancia dejó a uno de sus integrantes K.O, quizá sea el rigor de la fiesta y poco profesionalidad de la banda para su público, o bien el cansancio y lo agotador que debe ser el ritmo de un tour. Aun así, el concierto continuó y Watain hizo cantar a sus fieles con The Wild Hunt, Devil’s Blood, Lawless Darkness entre otras que de a poco fueron apagando la llama de una noche que quizá debió cerrar con truenos y relámpagos en honor al desplante de las bandas antes mencionadas, de todas formas el Monkey Blood Fest cumplió con las bandas ligadas al sonido padre de todos los sonidos extremos que otros disfrazan de malévolo con falta de rigurosidades que por estos lados no se olvidan.
Por Nelson Silva A.
Fotos: Jerrol Salas