Road To Primavera: La irrupción del festival que apuesta por articular la diversidad sonora y encender multitudes

Road To Primavera: La irrupción del festival que apuesta por articular la diversidad sonora y encender multitudes

La sorpresa del festival que durante el mes de abril nos proponía mirar con cercanía las experiencias vividas en la fiesta barcelonesa, aquel anhelo en el que la música, el baile, las calles y diversidades toman protagonismo durante poco más de una semana, hoy es una realidad en el territorio chileno porque hace un cosa de horas, se marcó el inicio del kick off de Primavera Sound por medio de su primer evento: Road to Primavera.

Con la icónica e inconfundible postal del letrero de letras iluminadas que construyen el concepto estético Primavera Sound, es que el fondo toma impetuoso protagonismo en la entrada principal del Movistar Arena. Se percibe importante entusiasmo por parte de las, les y los primeros asistentes a este encuentro inicial con lo que será el festival de espíritu alternativo. 

Fotografía: Francisca V. Winderwöd

Con impecable puntualidad irrumpe la banda nacional Niños Del Cerro en el escenario. Desde el fondo se divisa la formidable carátula de su nuevo trabajo discográfico “Suave Pendiente”, lanzado el pasado jueves 13 de octubre, por lo que la banda marca el inicio la temporada Primavera Sound con “El Dulce en la Piel de Tu Nombre”, le secunda “Tentempié”, track lanzado dentro de los primeros sencillos liberados en marco de su nuevo LP y que fue positivamente recepcionado por todas, todes y todos quienes siguen su trabajo, ante esto la banda se gana hermosos aplausos y tremendos coros de valientes que les acompañaron en tan ansiada presentación.

Fotografía: Jerrol Salas

“Flores, Labios, Dedos” y “Sísifo” fueron los puntos más álgidos de la presentación que hoy los lleva a cumplir uno de sus mayores sueños: “Compartir escenario con Pixies”. La alegría se mezcla con agradecimientos, el nerviosismo se neutraliza con el poder unificante de la música, por lo que fieles a su promesa de cobijarse en la suave melodía de sus canciones de inicio a fin, fue que el cierre de su presentación culmina con “Mimaire”, un potente guiño a la recuperación de identidad popular chilena, pero también a nuestra propia memoria emotiva.

Fotografía: Jerrol Salas

Solo una pausa separó a Niños del Cerro de Cat Power. La gente sigue ingresando al recinto, las filas para el Merch, foodtrucks, baños y más se hacen notar, y en completa sinceridad, estos son los primeros indicios de que el festival primaveral de noviembre camina a buen puerto; porque si algo nos dejó claro este primer encuentro es que ni el rock está muerto, ni el alternativo es invisible.

Poco antes de las 19:13 horas, es que Cat Power tiñe de performática suavidad el Movistar Arena. Con un sólido vestido negro de delicadas terminaciones en sus extremidades, hace de este acto simbólico, una verdadera alegoría al poder que encarna Charlyn Marie Marshall y que trasciende empoderando a otras mujeres a lo largo del globo mundial, y en esta instancia a las y les asistentes de Road to Primavera Santiago de Chile.

Fotografía: Jerrol Salas

Luego de una visita en el Caupolicán durante el 2009, un exitoso paso por Lollapalooza durante el 2011, nuestra querida Cat se siente en su casa y lo hace notar particularmente con la entrada de la mano de «Say», le secunda «Great Expectations», para abrir espacio a una sobrecogedora interpretación de “White Mustang», de su último trabajo discográfico «Covers».

Con característica fulgura Charlyn Marshall arremete con «Metal Heart”, mientras que «Manhattan» se torna un enclave de intensidad en el que las mayorías toman este espacio, como uno de catarsis. Por lo mismo, la excepcional interpretación de «The Moon» se lleva el corazón completo de todas, todes y todos quienes disfrutaron este icónico show. Finalmente Cat Power cierra con peculiar ternura por medio del clásico «The Greatest», track que no solo le otorga el nombre a uno de sus más importantes trabajos discográficos, sino que se transforma en esa marca temporal que habita en la construcción del sonido alternative-folk del lejano 2010


Fotografía: Jerrol Salas

Cae la noche sobre el recinto ubicado en el interior del Parque O’higgins, ahora se triplica la cantidad de asistentes, pero esta vez se percibe una vibra punzantemente rockera. Exactas las 20:45 horas, Jack White convoca a un movistar con implacable rudeza por medio de la cortina de Kick Out The Jams.

Con una impoluta cabellera azul, sólido outfit negro de botas blancas y armado siempre de sus guitarras como escudo, aparece en escena el ideólogo de Blunderbuss con “Take Me Back”, recordándonos siempre que el rock se hace sin pedir perdón ni permiso. Le sigue “Fear of the Dawn” para abrir paso a “Black Math”, track coreado por recinto casi repleto y que no olvida la mítica agrupación The White Stripes.

 

Fotografía: David James Swanson

Desde el fin “If I Die Tomorrow”, arremete “Icky Thump” enajenando a un recinto completo que se permite hacer un pequeño viaje en el tiempo a un lejano 2007. “Lazaretto”, “Ball and Biscuit”, “Sixteen Saltines” abren espacio a un clásico de The Raconteurs: “Steady, as She Goes”. Finalmente, con un frenético Road To Primavera aparece “Seven Nation Army», un track digno de ser considerado uno de los himnos que captura la esencia del rock más ensordecedor de la primera década de los 2000.

Fotografía: David James Swanson

Llegadas las 22:20 horas, nos encontramos con recinto completamente lleno. Más de 5000 personas se congregaron para ser partícipes del regreso de la banda norteamericana que habita en cada corazón tocado durante los más de 30 años de carrera. Exactas las 22:30 horas las luces se apagan lentamente, el público en completo desequilibrio se rinde a los pies de la banda al son de “Gouge Away”. Continúan con “Bone Machine”, “Break My Body”, “Debaser” y fue así como en menos de 20 minutos, la banda nos había metido cuatro clásicos sin reparo alguno.

Fotografía: Paulo Reyes

Intentamos respirar un poco con “Crackity Jones”, pero vuelve la enérgica euforia con “Isla de Encanta”, track que nos hace anhelar un lugar “donde no hay sufrimiento”. Sin embargo, luego de un pequeño corte técnico, cambios de guitarras e hidratación, nos conectamos con la profundidad reflexiva de “Monkey Gone to Heaven”. La banda nos propone continuar con “Hey”, la emoción se hace tan presente que se siente en el tacto, voces, brazos al aire y smartphones que funcionan como verdaderas cápsulas del tiempo, porque “Hey” es la interpretación a la que muchas, muches y muchos deseamos recurrir en tiempos de aflicción.

Fotografía: Jerrol Salas

Oscilamos entre clásicos como “Caribou”, “Velouria” y “Cactus”, para así sucumbir en la algarabía indiscutida de “Vamos”, porque este track construye interpretación no sólo en la instrumentalización de los ideólogos de “Surfer Rosa”, sino que este tema se completa con la fusión de la potencia de Pixies y la locura de un público que grita con su último aliento y con el corazón en la mano.

Fotografía: Karin Ramírez Raunigg

Con la esperada interpretación de “Here Comes Your Man”, el público no duda en sacar sus queridos pasos de baile al terreno que hoy es del cuarteto, ni tampoco teme en encontrar humor al esbozar desde las entrañas “El Consomé”. La sorpresa recae en segunda interpretación de “Wave of Mutilation”, esta vez en la versión denominada UK Surfer, siendo las linternas de los celulares las protagonistas indiscutidas de este momento.

El cierre de este show apela a un clásico indiscutido de la banda: «Where Is My Mind?» Las, les y los asistentes olvidan el cansancio de una jornada épica, quizás también se permiten olvidar la tristeza del domingo por la noche previo a otra semana hábil en un contexto de capitalismo tardío, donde la productividad se ensaña con el cansancio y el letargo, es por esta razón que el público decidido se dispone disfrutar enteramente el soundtrack del clásico de cine “Fight Club”, y que ha teñido diversas radios a lo largo del globo mundial por el atractivo propositivo que caracteriza la esencia de Pixies.

Fotografía: Paulo Reyes

Cerramos con broche de oro la irrupción de Primavera Sound en territorio nacional, un festival que crece y llama la atención de miles seguidores de la música por la amplitud y versatilidad de propuestas artísticas. Este primer acercamiento con el festival barcelonés tensiona preceptos segmentarizados que configuran ciertas concepciones diseccionadas del disfrute de la música, sino que encuentra un nicho en la diversificación de sonoridades como integración de comunidades, tal como se evidenció en la articulación de la banda nacional Niños del Cerro, quienes con pulcro sonido lograron capturar la atención de ese Movistar ávido de disfrute, lo que sumado a la presentación de Cat Power, se le otorga un giro de ternura, suavidad y tenaz performance a un festival que también apuesta por un rock con carácter intrépido del vibrante Jack White, y que abre espacio a clásicos indiscutidos como Pixies. Finalizamos esta jornada con el hermoso cansancio de poner al límite nuestras emociones, pero también terminamos esta instancia con los ojos puestos en el festival que tendrá lugar el próximo 11, 12 y 13 de noviembre.

Karin Ramirez Raunigg

De música, libros y otras cosas.

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