Es el tema que titula al esperado regreso de los australianos que no la han…
“Rock or Bust”: AC/DC pendiendo de un hilo
Columbia, 2014
Habían cerrado, como de costumbre, un ciclo redondo con Black Ice (2008); y su posterior registro en vivo —el muy aplaudido Live at River Plate, que como novedad se editó tanto en video como en audio. Todo seguía en orden para AC/DC; al que le aconteció el descanso de rigor, de varios años, al cual se habituaron entre álbumes. Pero para la siguiente producción hubo un punto de no retorno: el aviso de que Malcolm Young, insigne integrante fundador, entró a un retiro forzado; al presentar una demencia que lo imposibilitaba de toda actividad. Una baja de lo más sensible, que se informó dos meses antes de Rock or Bust; el 15° dentro del catálogo, llegado a estanterías el 28 de noviembre de 2014, y por supuesto con un gran agradecimiento hacia el guitarrista rítmico. La vacante quedó en familia; tomada por su sobrino, pocos años menor, Stevie —quien había ocupado el mismo lugar durante el tour de 1988. A pesar de que él tomó parte de las sesiones; todo el material fue compuesto con anterioridad, tal como desde 1990, en exclusivo por Malcolm y Angus Young. El resto del desarrollo siendo jugado a la segura: convocando como productor a Brendan O’Brien, encargado del ya mencionado Black Ice, y tomando por base de operaciones el Estudio Warehouse de Vancouver —mismo sitio donde se gestaron los dos antecesores trabajos. La labor de la mezcla como siempre, desde 1990, quedándole a Mike Fraser.
El adelanto formal siendo Play Ball, cuyo clip se revocó por lógica a lo deportivo; pero moviéndose entre humor y lascivia. De vibra fresca, manteniendo la fórmula como se espera de ellos, entrevió una novedad: la cortísima duración, que ni siquiera alcanzó los tres minutos; siguiéndole la huella en cuanto a metraje la impúdica Miss Adventure, la remembranza a lo austero de la banda en Hard Times, y Rock the House. El resto de la colección no pudiendo llegar hasta los cuatro minutos.
Un punto altísimo correspondiéndole al tema homónimo; apostado en la primera posición, tanto del disco como los shows, abriendo los fuegos. Un nombre que no deja de ser asertivo, Rock or Bust, una declaración de principios como AC/DC sabe sacarle partido —explotado en menor medida por Got Some Rock ‘N’ Roll Thunder. El video filmado en Londres enseña lo sólido que es, en una muestra de pequeño circo romano, con ellos instalados en un escenario circular alentados por su siempre fiel audiencia. Pero allí se mostró otro factor que melló este proceso: la ausencia del baterista Phil Rudd, que se desentendió posterior a grabar sus pistas —por aquellas fechas acusado de amenazas y posesión de drogas; en la filmación reemplazado por Bob Richards. Ya para el clip de la ligereza dulzona, que fue Rock the Blues Away desde Los Ángeles, el encargado de las baquetas resultó ser Chris Slade; que regresó tras su paso entre 1989-94, oficializándose su segunda salida al finalizar el recorrido promocional en 2016. Dogs of War que baja las pulsaciones hasta lo monolítico, desde atrás acompañando Sweet Candy y Emission Control; poniéndole el pie en al acelerador con Baptism by Fire.
Lo turbulento que llegó a ser la concepción no acabó allí, añadiéndosele más suspenso de por medio. Puesto que para la última parte de la gira mundial, Brian Johnson corría el riesgo de quedar sordo si seguía exponiéndose a los conciertos; Axl Rose recibiendo el llamado de emergencia, para las últimas 23 fechas repartidas entre Europa y Estados Unidos (2016) —sumado al expreso deseo de Cliff Williams, en las cuatro cuerdas, de jubilarse tras la última actuación con la que cerraron en Filadelfia. Todo parecía desintegrarse, tal cual la portada 3D, siendo el último de los hechos el fallecimiento de Malcolm en 2017; pero Angus siguió firme al pie del cañón. Este Rock or Bust, el más efímero del catálogo apenas cronometrando 34:55, pudo haber sido el último facturado por AC/DC —razones no faltaban para pensar ello; pero con el reciente lanzamiento de Power Up (2020), se pudo descartar esa teoría. Fue un trago amargo, extra musical, pero desde la otra vereda uno aplaudido y que siguió la buena senda; en un inicio barajándose la opción de haberlo bautizado como Man Down, descartándose por respeto a quien aludía.