Roger Waters en Chile: Las noches mágicas que derribaron nuestros muros
Hasta que finalmente la noche para ver el muro caer llegó, con un lleno total del Estadio Nacional, los cientos de asistentes esperaban ansiosamente a uno de los espectáculos más esperados para este 2012.
Roger Waters nos venía a presentar su show The Wall, espectáculo del cual como ya se nos había informado, estaba diseñado para recintos cerrados, al realizarse en el Nacional, esto implicó crear un muro más grande de lo planificado, con más de 2.000 ladrillos gigantes apilados para formar un muro de 76 metros de largo por 14 metros de alto, que sirvieron de pantalla para fascinantes proyecciones de acorde con cada uno de los temas. Puntualidad inglesa, 21:30 hrs. Y oscuridad absoluta en el recinto ñuñoíno. Era tiempo ya del gran show audiovisual, comenzaba así a dar inicio a In the Flesh: pirotecnia, juegos de luces, sonido impecable y envolvente, euforia y todo ante el asombro de los asistentes a tal espectáculo pocas veces antes visto en Chile.
El contacto con el público vino luego de Another Brick in the Wall, que es cuando Waters agradece a sus fans por su asistencia y además saluda en memoria a Victor Jara y los detenidos desaparecidos tras el régimen militar, ello dio a continuación con Mother. A medida que transcurría uno a uno y en orden los temas que daban vida a The Wall, se nos olvidaba por momentos que estábamos en un recinto abierto, la intimidad era tal, que simulaba estar en una cúpula, el espectáculo dejaba a todos atónitos y maravillados con cada uno de los efectos de sonidos y las conmovedoras proyecciones en el muro.
Con Goodbye Cruel World terminaba de completarse en su totalidad el muro y a su vez se daba término a la primera parte del espectáculo, ya a esas alturas no quedaba duda de estar presenciando un show difícilmente olvidado.
22:55 hrs. Se retoma el concierto de la mano con la conmovedora Hey You, mientras los temas transcurrían, las historias tras ellos se hacían parte y reflejo de las imágenes, sin lugar a dudas el concierto fue una oda al espectáculo audiovisual. Me he quedado plácidamente paralizada, entrada al ruedo Comfortably Numb en donde fue coreada con las entrañas, a esas alturas era un clímax generalizado al son de los solos de guitarra.
Luego de haber transcurrido 2 horas de espectáculo, y desarrollado The Wall en su totalidad era momento de despedirse, con la muerte del cerdo volador representado con los símbolos más significativos dentro del codiciado y odiado sistema capitalista.
Noche sublime e intensa, la cual nos envolvió de una película sonora, dejando en evidencia la relevancia y legado que ha dejado dentro del rock con una de las placas más significativas dentro de la música, como lo fue The Wall.
Alejandra Riddle
Sábado 03 de marzo, Estadio nacional
A partir de las 18:30 horas se abrieron las puertas para lo que sería el segundo show de Roger Waters en Chile. Si bien media hora antes de empezar el show el estadio no se veía totalmente lleno, una vez llegada la hora ya habían escasos espacios vacíos y lo único que se sentía en esa gran masa de gente era expectación e impaciencia.
A las 21.30 arranca el gran opening y seguido de este ‘In the Flesh?’ que debe ser uno de los arranques más espectaculares de un show hecho en el país. Desde el inicio Waters ya caracterizando probándose un abrigo negro y unas gafas oscuras, los sonidos de aviones de guerra, representando a los recuerdos de un padre muerto en combate y el espectacular final con un avión estrellándose contra el escenario, totalmente alucinante.
Luego suena ‘The Thin Ice’, que con los oceános rojos de sangre, se entremezclan imágenes del propio Waters creando un efecto cinematográfico increíble, las pantallas se preocuparon todo el tiempo de proyectar una cantidad de imágenes impactantes fuera de serie.
Llega el turno de la aclamada ‘Another Brick in the Wall’ en sus dos primeras partes , donde el coro de niños ingresa al escenario, los aplausos del público no se dejaron esperar para seguir esta canción. Un solo de guitarra que sonó a todo cañón y estremeció a toda la deslumbrada audiencia fue uno de los grandes momentos para el show.
El saludo a Víctor Jara y a los familiares de los detenidos desaparecidos precedió a una impecable ‘Mother’, un tema totalmente cautivador que en vivo sonó incluso superando la original. Con ‘Goodbye Blue Sky’ vuelven los estupendos animés por las pantallas gigantes, aviones bombarderos y un montón de signos políticos cayendo de forma alucinante, para luego dar paso a la parte sexual de esta historia que avanzaba rápidamente debido a toda esta representación artística de todos niveles. En ‘Young Lust’ hubo una especie de mezcla de imágenes de guerra y sexo y ya casi sin darnos cuenta llegamos a ‘Goodbye Cruel World’ al final del primer disco y un muro tornándose totalmente gris y frío.
Un intermedio de 25 minutos aprox. nos mostraba en el muro las imágenes de famosos políticos fallecidos o víctimas de guerra entre los cuales se encontraba Salvador Allende.
La electrizante ‘Hey You’ es la que marcó el regreso de Waters al escenario, el nacional enmudecido y atónito con la magistral ejecución de este tema, luego los gigantescos e intimidantes ojos que aparecían por las pantallas nos indicaron que la sicótica ‘Is There Anybody Out There?’ sonaba .
Las bellísimas ‘Vera’, ‘Nobody Home’ y ‘Bring the Boys Back Home’ continuarían la experiencia, en ésta última, con terribles imágenes de niños heridos en la guerra, víctimas de radiación o de hambre, muy tremendo.
Llega uno de los momentos más esperados con ‘Confortably Numb’ y un muro que empieza a expandir alucinates colores de toda índole. La canción fue totalmente mágica, transportadora, el vocalista Robie Wycloff ejecutó a la perfección las partes al micrófono que le correspondían a David Gilmour.
Para ‘In the Flesh’ vuelve el Waters fascista, esta vez peor que nunca, la imaginería pseudonazi por detrás con el icónico símbolo de The Wall representado por todos lados. Finalmente, en uno de los momentos más impactantes del show, Waters saca una atronadora metralleta y le dispara a toda la audiencia. Todo esto mientras un cerdo negro volador gigante empezaba a rondar el escenario.
El muro se transforma en columnas para dar paso a ‘Waiting for the Worms’, más del clásico animé pero visto en estas gigantescas pantallas era otra cosa. Llega ‘The Trial’, el momento del juicio, una canción totalmente teatral que sonó increíble, finalmente el momento de derribar el muro se dejó notar con todo el estadio gritando «Tear down the wall!», y donde se empieza a desmoronar éste en un gran final.
El cerdo esta vez vuela hasta un público que nunca lo soltó y daba la impresión que se lo devoró ya que empezó a desvanecerse entre toda la multitud.
Llega la despedida, mensaje al presidente para que «escuche a su pueblo» y la presentación de los músicos, un triste momento después de lo vivido pero que nos dejó a todos con la enorme satisfacción de haber sido parte más que de un gran show, de toda una experiencia, donde nosotros mismos fuimos parte de esta increíble historia que nace a partir de traumas, pasando por varios estados de conciencia del ser humano y donde la violencia cobra principal protagonismo.
Llama la atención como esto se puede convertir en algo tan grandilocuente como este show. Un show que apela a diferentes representaciones artísticas del mejor de los estándares mundiales y que tuvimos el lujo de presenciar, está más que claro que se anota como quizá el más imborrable de nuestra memorias de los pasados por nuestro país.
Patricio Avendaño R.
Buen review amigo!!!!!
Recordé los increibles momentos vividos ese día.