Roger Waters: «Es impactante lo que un gobierno puede hacerle a su pueblo»
Roger Waters, el otrora bajista y compositor de Pink Floyd, siempre se ha caracterizado por estar al tanto de los problemas sociales a través del globo; tomando partido por ellos de una u otra forma. Sin ir más lejos, para el terremoto de Chile del año 2010, no demoró en entregarnos un mensaje; para luego hacer llegar ayuda monetaria en pos de la reconstrucción. Y esta vez volvió a decir presente, poniendo un video de cinco minutos en sus redes sociales; hablando de forma frontal sobre el estallido social que se vive, desde hace un par de semanas, a lo largo de todo el país. El cual dejamos a continuación, con su correspondiente traducción.
«De acuerdo, estoy en Nueva York; en los Estados Unidos. Hablo hoy por Hernán Rojas, DJ de una estación de radio en Santiago de Chile. He seguido lo que ha pasado: las protestas de millones de ustedes que han llevado a las calles, condenando la brutalidad policiaca y de Estado; que se ha visto la población civil de Santiago, y las personas de Chile, por el gobierno de Piñera. Esto nos lleva atrás, a los terribles días de la dictadura de Pinochet, que todos recordamos con horror y preferimos olvidar; pero que nunca lo haremos.
Estoy sujetando esta cuchara, y en un momento les diré por qué. Hay un toque de queda en su país, y en la gran ciudad de Santiago, que comienza al atardecer. Cada tarde deben salir bajo amenaza de muerte, por las fuerzas del gobierno. No puedo imaginar lo perturbador y angustiante que puede ser; pero tengo amigos que me han enviado videos cortos y esto es lo que hacen. Las personas se asoman en las ventanas, o entradas de sus casas, golpeando ollas y cacerolas con cucharas u otro implemento; como una protesta no-silenciosa por lo que está pasando. Llevaré esta cacerola afuera, hasta mi pórtico, cuando oscurezca esta noche y la golpearé por un minuto.
Mi corazón está con ustedes, en Chile, mientras ustedes resisten los intentos opresores de Piñera; que intentan imponer neo fascismo a la buena gente de Chile. Espero que algunos de nosotros en occidente, uniéndonos con ustedes en esta protesta, podamos persuadir al señor presidente que pare de matar a sus niños; pare de herir a sus niños, pare de dispararle balines a los ojos, o el proyectil que sea que estén usando. Mis amigos en Santiago me dicen que los hospitales están sobrepoblados de personas heridas, en un sistema público que ya está colapsado; y que no puede atender a la gran cantidad de heridos que ha llegado. Vi el video, que me enviaron el otro día, de un jeep doblando la esquina y cuatro soldados bajaron; y dispararon indiscriminadamente a un grupo de jóvenes que estaba ahí. Y viendo la forma inerte de los cuerpos apilados en la calle, parecía que estaban muertos.
¡Esto es impactante! ¡Es impactante! Más allá de todo lo que podamos pensar, que un gobierno podría hacerle esto a su pueblo. Porque el pueblo lo está haciendo, la gran mayoría de los chilenos, que está cansado de la desigualdad entre la clase dominante y súper ricos, y el resto. La mayoría le ha tocado ver cómo se reducen sus pensiones, y muchas cosas más. El alza del pasaje del Metro, que iniciaron estas protestas, es la gota que rebalsó el vaso; no es la razón de fondo porque dos millones de chilenos salieron a la calle para protestar, golpeando ollas y cacerolas, cantando canciones de Víctor Jara y otros, que estoy seguro que hay muchas canciones contemporáneas de protesta que están eligiendo.
Desde muchas millas de distancia, les digo que los apoyo y empatizo con ustedes. Lo lamento por todos los que han sido heridos, y por sus familias. Estaré en férrea solidaridad con ustedes, con mi cacerola, golpeándola por un minuto cuando oscurezca; eso es lo menos que puedo hacer, espero poder ayudar también de otra manera. Les envío todo mi amor.»