«Seven Nation Army» – The White Stripes: La historia detrás de un himno moderno del rock (y de estadios)

«Seven Nation Army» – The White Stripes: La historia detrás de un himno moderno del rock (y de estadios)

Cada vez es más difícil que aparezca un clásico del rock. No solo porque en los poco más de 60 años de historia del estilo, la sensación de “ya se ha hecho todo”, “este riff ya lo he escuchado antes”, o “eso ya lo hicieron los Beatles”, es cada vez más patente. El estilo ha perdido fuerza en el mainstream, por lo que se hace cada vez más difícil encontrar una canción de rock conocida por todos, más allá de su fanaticada. Como “Rock and Roll”. Como “Smoke on the Water”. O “Smells Like Teen Spirit”. Es en este contexto donde “Seven Nation Army”, de The White Stripes, debe situarse para entender su relevancia.

Seven Nation Army es uno de los últimos clásicos del rock, sino el último. Es cierto, no es lo mismo que ese listado de monstruos de la música popular citados arriba, pero es una de las pocas canciones de rock del nuevo siglo que ha penetrado en la cultura popular más allá de sus fans, es respetada y versionada, por pares, maestros y nuevas generaciones. Revisémosla con un poco más de detalle.

“Salvation Army”

A diferencia de otros clásicos del rock como Smells Like Teen Spirit, tal vez nuestro referente más cercano en el tiempo, Seven Nation Army no representa un “gran relato” de crítica social, o sobre el amor, o sobre la ética del rock. La canción habla, de acuerdo a lo que señala el propio Jack White, “sobre los chismes”, las ganas que tiene el protagonista (¿él?) de escapar de su pequeña ciudad debido a esto, y al conflicto interno que esto le genera. Ni más, ni menos. El título, sin ir más lejos, también tiene que ver con la experiencia personal de Jack White: hace referencia a cuando Jack en su niñez trataba de decir “Salvation Army”. Se trata de un relato cotidiano, sencillo, con un componente lúdico y hasta pueril. ¿Qué hay entonces en SNA que la hace relevante y coreada fuera de las fronteras de cada concierto?

Lo que hay, es un sonido.

El riff.

La gracia de Seven Nation Army está eminentemente en su riff. Como ya es sabido, una de las principales gracias de la canción es que su riff principal es tocado con guitarra, y no con un bajo como cualquier oído poco experto podría pensar.

De acuerdo a Denise Sullivan, periodista experta en el dúo de las rayas, el riff tiene algo de inspiración en “2+2 is on My Mind” un clásico del garage rock de Bob Seger System, ídolo de los White, coterráneo de su natal Detroit. Un extracto de una entrevista con el canadiense Nardwuar the Human Serviette es citado por Sullivan para afirmar este punto:

NTHS: Ahora cuéntenme de lo cool que es Seger. El es un tipo muy cool, no, Meg?

MEG: Él es increíble. Su primer disco es impresionante.

JACK: Lo primero de Bob Seger System.

NTHS: Un montón de gente hoy basurea a Seger. Pero él (al parecer, refiriéndose a Jack) le pone todas las fichas, no?

JACK: Tienen que ir a escuchar Bob Seger System. Tienes que buscar The Bob Seger System Band. “2+2 is on My Mind” es mi canción favorita.

Ciertamente, al escucharla queda la sensación de que hay una inspiración. Pero decir que es algo más que eso, es una exageración. También se cita como referencia “SWLABR” de Cream, por el uso de la misma técnica con el pedal que ocupa Eric Clapton, para darle el sonido pastoso a la guitarra.

El sonido también ha sido reconocido por otros músicos de distinta reputación, trayectoria y estilo. Fue tremendamente llamativo cuando Audioslave, en su gira promocional de 2003, versionó la canción en algunos de sus conciertos poco después que la original de The White Stripes haya sido lanzada. En este sentido, la poco tradicional forma en que el riff es ejecutado por Jack llamó la atención de Morello y cia., el experimentador de la guitarra por excelencia de nuestra generación. Ya eso era signo de que la canción no estaba dejando indiferente a nadie. Otra: en el documental “It Might Get Loud”, que junta a tres guitarristas de generaciones distintas a conversar sobre su instrumento favorito: Jimmy Page, The Edge, y Jack White. En el film, White “les enseña” a tocar SNA a los otros dos, a pedido de Jimmy Page.

El fenómeno social: “the indiest football anthem ever”

El riff de guitarra de la canción es coreado, literalmente, en todas las partes del mundo en donde hoy Jack White y su banda, a falta de los White Stripes, se presenta. No solamente ocurre en Latinoamérica, donde ya los argentinos nos han contagiado a todos con su sana costumbre de acompañar con cánticos los riffs más característicos de todas las bandas que vienen a presentarse a estas latitudes.  Ocurre también entre los mesurados europeos.

Lo interesante, es que el cántico en los estadios trascendió los conciertos, y pasó a los eventos deportivos. Según se cuenta, todo lo iniciaron unos belgas, los hinchas del Brugge K.V., en un bar en Milan, en su visita por la fase de grupos de la UEFA Champions League. Los hinchas escucharon SNA en la víspera de su duelo contra el Milan, se les quedó pegado el “ooohh ohh ohh ohh ohh ohhhhh oh”, lo llevaron al San Siro, luego se lo llevaron a Bélgica  para recibir a su equipo de local, y de ahí todo es historia. Francesco Totti, ídolo del fútbol italiano, señaló en una entrevista:

“Nunca había escuchado la canción antes de pararme en la cancha en Bruges (…) desde entonces, no me pude sacar de la cabeza el “pooo po po po po pooo po”. Sonaba increíble y la hinchada se involucraba de inmediato. Cuando volví, rápidamente fui a comprarme el disco”

De ahí en más, el cántico volvió y se instaló en Italia, fue parte de los festejos de la selección Italiana cuando ganaron la copa del Mundo en 2006, “viajó” a Alemania al estadio del Bayern Munich, se instaló en el fútbol (americano) universitario en Estados Unidos (Ohio State, State College en Pennsylvania, Michigan) para pasearse también por partidos de la NBA y la NFL.

Llamar “clásico” a una canción como Seven Nation Army es tal vez un síntoma de los tiempos que corren, donde los grandes relatos son despreciados, el foco está puesto en la forma más que en el fondo, y las historias cotidianas suelen ser más convincentes que las grandilocuencias. Es cierto que ha habido movimientos sociales que han adoptado la canción ya no solo por su melodía, sino también por una reinterpretación de la letra. Es el caso del movimiento en Egipto contra Mubarak, del cual existen fuentes que muestran cómo utilizaron la canción (particularmente el riff, y los primeros versos: “I’m gonna fight em off. A seven-nation army couldn’t hold me back”).  Pero en el resto del mundo, SNA sigue siendo principalmente un riff que no significa nada más que el disfrute de una buena melodía.

Por Felipe Godoy Ossa

Nacion Rock

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