“World on Fire”: un virtuoso Slash al servicio del rock
Dik Hayd International / Roadrunner, 2014
Durante todo 2014 la noticia de que Slash lanzaría un nuevo disco encendió los ánimos de todos los rockeros que lo consideramos dentro del top 10 de los guitarristas. Imposible olvidar sus perfomances junto a GN’R y las creaciones posteriores que le han significado el respeto de todo ser que vibra ante las cuerdas, la batería y el ritmo desenfrenado de esta combinación.
En el álbum homónimo, que publicó hace cuatro años, nos mostró una algarabía de rock, hard rock, punk y metal decorado con las colaboraciones de Lemmy Kilmister, Ozzy, Chris Cornell y varios genios, los que dejaron la propuesta por las nubes. Dos años después lanzó “Apocalyptic Love”, disco con el que llegó a Maquinaria acompañado ya de Myles Kennedy y The Conspirators. En esa calurosa tarde de 2012 disfrutamos de un giro rockero más clásico y melódico.
Y cuando se confirma un nuevo show en Chile, lo mejor es hacerlo con producto nuevo bajo el brazo y éste es “World on Fire”, donde repite alianza con Myles Kennedy & The Conspirators.
Fue raro encontrarse con 17 temas porque actualmente no se superan los 12 cortes. Revisando por tracks, “World on Fire”, “Shadow Life” y “Automatic Overdrive” son los 3 primeros temas y tienen algo en común: te golpean la cabeza a fondo, te dejan atónito debido a los poderosos riffs y estrofas melódicas. Los estribillos están llenos de fuerza y sin duda que los gritaremos fuerte en el show. “Wicked Stone” tiene una intro interesante entre la batería y la guitarra, que se funden para acabar en un groove tremendo. Toda la influencia Guns se deja caer en “30 Years to Life” pues te recuerda el inicio genial, inquietante y poderoso de la tremenda “Paradise City”. Continuamos el viaje por el disco de Slash con la tremenda “Bent to Fly”, una power ballad clásica, con mucha calma y distorsión en las guitarras. Seguimos con el solo impresionante de “Stone Blind”, otra reminiscencia de la rica historia de Guns n’ Roses por la guitarra inicial, los coros y la voz de Myles. Puro rock nos regala “Too Far Gone”, rayando en lo metalero gracias al contundente riff que arma la canción; la voz de Myles se nota intensa y marca el tema. “Beneath the Sun” sigue esa estela más dura y pesada.
“Withered Delilah” tiene guitarreos muy variados, es un buen experimento. “Battleground” es una delicia al oído; típico tema que hará encender los celulares y disfrutaremos tarareando el ‘laralala’ final. “Dirty Girl” nos invita a mover la cabeza y cantar el estribillo disfrutando del riff principal, que podría sonar muy pop pero igualmente intenso. “Iris of the Storm” destaca por su riff más progresivo y una vocalización perfecta. “Avalon” retoma el rock and roll clásico en su estructura melódica aunque no es fácil enganchar con la letra. “The Dissident” es otro track distinto, como si hubiera sido compuesta para el lucimiento de Myles Kennedy. Otro ritmo que suena más pop gracias al ‘oh, oh, oh’ del estribillo. “Safari Inn” vuelve a la zona cómoda del guitarrista y nos permite apreciar su virtuosismo instrumental; acá aplaudimos al músico, que se luce sin aparataje ni pirotecnia. “The Unholy” nos presenta siete minutos que suenan muy blueseros e inquietantes, hasta que de pronto explota con un estribillo pesado que acaba nuevamente en la dinámica lenta; hay oscuridad mezclada perfectamente con sonidos más puros y de gran calidad instrumental. Es un cierre de disco portentoso!
En resumen, es un tremendo álbum, producido por Michael «Elvis» Baskette, alabado por sus trabajos previos con Incubus y Alter Bridge (influencias que se logran distinguir en pasajes del álbum), y que podría parecer muy largo para escuchar de una sola vez, pero que analizado en momentos es muestra real que la calidad creativa, interpretativa y melódica de Slash sigue muy vigente, que Myles Kennedy es un gran partner, y que en conjunto nos regalan algarabía y momentos intensos por montones.