Squaring the Circle (The Story of Hipgnosis): El peso y relevancia de la imagen
La décimo novena versión de In-Edit, festival de cine documental orientado a la música, tuvo como película inaugural a una producción encargada de resaltar un aspecto vital para los lanzamientos musicales, pero que, con el pasar de los años -y, lamentablemente-, ha dejado de tener la relevancia de hace algunas décadas atrás. Cuesta pensar, por ejemplo, en bandas como Iron Maiden y que no se venga a la cabeza la imagen de Eddie the Head; recordar a Dead Can Dance y no visualizar «El Jardín de las Delicias» o la tumba de François-Vincent Raspail. También, ejemplos que conectan la fotografía con la música han hecho que rostros como el de Jeff Buckley, Nick Cave o Madonna formen parte de la memoria colectiva de fans musicales que se han familiarizado con sus caras tras verlos constatemente en diferentes carátulas.
Squaring the Circle (The Story of Hipgnosis), viene a rescatar esta relevancia centrándose en la, quizás, mejor época para el estudio Hipgnosis (estudio y colectivo artístico que tuvo a Storm Thorguerson y Aubrey Powell a la cabeza durante los años sesenta y setenta). Dirigido por Anton Corbjin (conocido por la biopic «Control», basada en la vida de Ian Curtis), el filme relata el origen, primeros años y consagración del estudio, que dio vida a carátulas icónicas de artistas como Pink Floyd, Led Zeppelin, Peter Gabriel o Paul McCartney (y donde, también, el vínculo de amistad de ambos creativos sería una de las piedras angulares para su desarrollo).
Por medio de tomas en blanco y negro donde resaltan las expresiones faciales de los participantes, y dando paso al color sólo para las muestras del trabajo que se generaba en el estudio, se empieza a relatar la historia de Hipgnosis desde sus inicios, con Aubrey Powell como principal narrador. También, figuras como las de Robert Plant, Jimmy Page, Paul McCartney o Noel Gallagher van complementando testimonios y puntos de vista respecto a la importancia de los trabajos realizados en el estudio a lo largo de su existencia.
El material audiovisual de archivo que muestra la película es invaluable para cualquier amante del rock y de la cultura pop, con registros de procesos creativos de la época y entrevistas a los personajes clave que formaron parte de un movimiento que cambió la forma en cómo el arte gráfico se empezó a relacionar con la música, para complementarse entre sí y tener un rol igual de importante. Los «detrás de cámaras» de portadas icónicas como «Wish You Were Here» de Pink Floyd, «Band On The Run» de Paul McCartney o «Scratch» de Peter Gabriel integran anécdotas e imágenes que son de un peso considerable.
También, las distintas perspectivas de quienes fueron parte de este movimiento entregan un valor agregado no menor, ya que ayuda a posicionarse de mejor manera en los sucesos que se comentan; no todo es narrado Powell y Thorguerson. Testimonios por parte de personajes como Richard Evans (artista gráfico y colaborador) o Graham Gouldman (miembro de 10cc) resaltan las vivencias que se comentan, donde el carácter de Powell y Thorguerson son responsables de momentos llenos de tensión, incertidumbre, gloria, risas e incluso, drama.
Por más entretenido y bien elaborado que sea el filme, el mensaje que entrega va más allá de sólo centrarse en un relato biográfico sobre un momento en el tiempo de la historia de la música y el diseño (porque no sólo se habla de portadas, sino que también de insertos, técnicas de producción visual/gráfica y packaging). El documental sirve como un manifiesto que destaca la conexión entre arte y sonido a nivel creativo; una conexión que se tradujo en objetos gráficos de culto, ganancias de dinero elevadas y alianzas creativas que inspiraron a generaciones. Una producción que, ojalá, pueda ser un impulso de creatividad para concretar un material tangible o bien, adquirir algún álbum en formato CD, LP o cassette, en una época donde lo digital se ha puesto por encima de todo.