St. Vincent: «Masseduction» (2017)
Loma Vista, 2017
El 2014, la tejana lanzó unos de los mejores discos de ese año, el que incluso recibió el Grammy como Mejor Disco de Música Alternativa y que contenía temas esenciales para solidificar su propuesta; con esas credenciales, Annie Clark llegó a Lollapalooza 2015 convirtiéndose en uno de los números más aplaudidos, donde le bastó su guitarra y una sutil producción para hacer una clara demostración de capacidades. El disco “St. Vincent” estaba lleno de art-pop, de luces y energía perturbadoras, e instaló la necesidad de estar conectados con cuáles serían los siguientes pasos de la artista. Tres años fue tiempo suficiente para extrañar la genialidad de Annie y ahora, tras la liberación de “Masseduction”, el quinto disco de esta gran creadora contemporánea, se confirma una madurez estilística que se gana adeptos día a día, más aún cuando ha decidido poner el énfasis en su potencial como intérprete. A nivel de producción, los Sintetizadores y ritmos urbanos, mezclados con poderosas guitarras en algunos temas, piano en otro y un variopinto color sonoro, resumen bien este “Masseduction“.
Dentro de los 13 tracks, hay varios que sellan el hecho de estar frente a una artista que se gradúa de directora dentro de un género muy “mainstreamizado” y que peca de poca creatividad. “Sugarboy“ es absolutamente revolucionario en el estilo de la artista; la etapa electrónica del Bowie de los ’90 se adueña de los acordes, exponiendo una postura que deja de lado esa sensación de artista misteriosa y la lanza de lleno a cantar sobre temáticas actuales y que le perturban, como el poder, el sexo, los roles de género, drogas, frustración etc., y son estas sensaciones personales las que se adueñan del espíritu del álbum. La calidad de “Happy Birthday, Johnny”, la bella “Slow Disco”, el lado funky que reluce en “Masseduction”, el medio tiempo de “Savior” y la maestría de “New York” , la cual es una tremenda balada con base electrónica y arreglos de cuerdas que la transforman en una experiencia encantadora, engalanada por su impresionante video, el que enfatiza su tono crítico. En el mismo nivel, aparece “Los Ageless”, muy satírica en su letra, con ritmos electrónicos y un festín de colores y formas surrealistas en el video con el que fue acompañado. “Pills” y “Fear the Future” son otra manifestación de un pop renovado, con la varita mágica del rock-electrónico mezclado a la perfección y que nos hace olvidar a quienes se han postulado alguna vez al trono de la reina del pop. St. Vincent es quien mejor ejerce, por estos días, la renovación sonora del pop.
La portada es colorida, directa y conectada a la lírica del disco, sostenida por una coherencia tanto estética como la de crítica al culto a la imagen, algo que devela el sentir de Annie. Por este último detalle, este quinto disco de St. Vincent se presenta como el trabajo más personal de la artista, con 13 tracks que pintan de otro color su llamativo lienzo. A pesar de la gran cantidad de colaboradores que tuvo este trabajo se logra un sonido espectacular, explosivo, atravesado por una amplia exploración por los ritmos que conforman el pop, en todas sus variantes.
“Masseduction” sigue sonando a una St. Vincent que, más que nunca, es ella misma. En todas sus formas se respira su significado personal y la visión de su propia historia.
Macarena Polanco G.