Steven Wilson nos ha demostrado tanto en su carrera en solitario como en sus proyectos…
Steven Wilson – «The Harmony Codex» (2023): Un rompecabezas onírico
El séptimo álbum en solitario de Steven Wilson, “The Harmony Codex», fue lanzado el pasado 29 de septiembre y ha sido recibido con elogios generalizados por parte de críticos y fanáticos, aunque no faltan también los reclamos y las acusaciones de una nueva desviación en su carrera demasiado cargada hacia la experimentación.
De acuerdo con diversas entrevistas, Wilson se vio forzado a regresar al estudio luego de que la pandemia por Coronavirus rompiera todos los planes que había preparado para “The Future Bites”, incluida una gira de promoción. Aunque nadie podría agradecer una pandemia global, lo cierto es que Wilson tuvo la oportunidad de hacer con su tiempo muchas cosas: recuperar el contacto con Porcupine Tree y lanzar un excelente álbum con la incógnita de si es una continuación o cierre de ese proyecto; terminar con su autobiografía, “A Limited Edition of One” un libro atípico acerca de un artista que accidentalmente ha encontrado el éxito según sus propias palabras.
Mientras escribía o revisaba las anotaciones con el biógrafo Mick Wall, quien le ayudó en ese proyecto, notó que tenía una fascinación similar con las palabras como con los sonidos, se obsesionó con las infinitas posibilidades de escribir una oración, un párrafo o un capítulo, pero a diferencia de la música en donde siempre sabe cuando una canción ha llegado a su madurez y no necesita más, con el libro sentía frustración.
«The Harmony Codex» es un álbum difícil de definir en cuanto a género, ya que incorpora elementos de rock progresivo, electrónica, pop y música ambiental. Este eclecticismo es una de las fortalezas del álbum, ya que le permite a Wilson explorar una amplia gama de ideas musicales sin estar limitado por un solo género.
“Inclination” la pieza que abre el álbum, es similar a un establishing shot, guía al escucha y le indica dónde va a desarrollarse la historia, Wilson ha dicho que este disco es el más cercano al lenguaje fílmico y si tomamos su palabra como válida nos damos cuenta que la paleta de sonidos, colores y ambientes no está tan lejano de “The Future Bites” con una gran influencia de Tangerine Dream, Jean Michel Jarre o Can.
“What Life Brings”, por el contrario, se acerca más a sus trabajos anteriores, pero con una duración menor, como si se hubiera impuesto hacer una canción para la radio, con una cadencia semilenta y un increíble solo de guitarra que seguramente será muy aplaudido en las presentaciones en vivo. “Economies of Scale” nuevamente apunta hacia la parte más experimental y electrónica, fue escogida como el primer sencillo y quizá la intención era recordarle al público que Wilson sigue en la búsqueda de nuevas avenidas para desarrollar su creatividad. Recordemos que durante una serie de entrevistas para promocionar su disco anterior dijo que quería usar los teclados y sintetizadores como instrumento principal.
“Impossible Tightrope” es quizá la mejor canción del álbum porque en ella convergen todas las aventuras sónicas de la carrera de Wilson, desde sus intentos de mezclar trance con rock progresivo, hasta su amor por King Crimson y los mejores aspectos de todo su trabajo con Porcupine Tree. “Rock Bottom” trae de regreso a Ninet Tayeb, una cantante israelí, de excelente calidad en su propia carrera, escuchen “Paper Parachute” para comprobarlo, pero que cuando trabaja con Wilson, genera canciones memorables, dolorosas por principio, pero realmente admirables, como “Routine” y “Pariah”.
“Beautiful Scarecrow”, nuevamente se aleja de los aspectos más convencionales del rock progresivo y ahonda en la creación de capas y capas de sonidos electrónicos, además de un excelente arreglo de cuerdas, también es quizá la canción más cinematográfica, quitando las voces, podría servir como una transición, como la transformación de un personaje durante un montaje fílmico. “The Harmony Codex” en realidad parece más una ensoñación, una pieza auditiva poco descifrable o ambigua, que conociendo a Wilson podría estar acompañada de apoyos visuales y ser presentada como intro en su próxima gira.
“Time Is Running Out” es una pieza mayormente interpretada en piano y a la que se agregan nuevamente beats electrónicos en la segunda mitad. “Actual Brutal Facts” tiene un ritmo más similar a lo que ha venido haciendo Nine Inch Nails en sus últimos discos y posiblemente la versión en vivo se traduzca en un festín de distorsión y sonidos experimentales hechos con guitarras. El cierre con “Staircase” es también excelente, aunque la canción parece estar dividida en dos, una canción quasi típica del rock progresivo que ha venido haciendo Wilson y un epílogo con enigmáticas frases que nos hace cuestionarnos si lo vivido al escuchar en disco realmente pasó o fue solo un viaje interior.
Did I dream you?
Or are you dreaming me now?
As your waking thoughts gradually take over
As all dreams are ultimately forgotten
And lost…