Cancionero Rock: «Sympathy for the Devil» – The Rolling Stones (1968)
Una gran canción y una gran época para los Stones. La utilización de instrumentos poco convencionales en el rock de alguna manera marcó una gran diferencia con lo que venía haciendo la banda y una temática muy interesante que presentaba a un supuesto Lucifer en primera persona relatando los más horribles sucesos de la historia de la humanidad complementaban este gran tema que sirvió de apertura para Beggars Banquet de 1968, uno de sus discos más venerados.
Fue un período brillante de Los Rolling Stones y también lo fue para Mick Jagger, quien por esos años dejaba un poco de consumir tantas drogas y empezaba a frecuentar los círculos más intelectuales y a interesarse mucho en la literatura. En este pleno período es cuando su novia Marianne Faithfull le regala El maestro y Margarita, del escritor soviético Mijaíl Bulgákov, que se movía en distintos escenarios y yuxtaponiendo a Satanás en historias que iban desde el Moscú de los años 30 hasta el Jerusalén de la época de Jesucristo. Por otro lado Jagger también mencionó al poeta francés Baudelaire como inspirador de esta obra, ente otros escritores.
Dentro de los sucesos que son nombrados en la canción por parte de este caballeroso ser misterioso, destacan la época de la revolución rusa, la guerra de los cien años, el asesinato de los Kennedy’s o la crucifixión de Jesucristo, donde este tipo que relata dice haber estado en todos estos lugares.
Está claro que en ese tiempo -y luego de haber editado Their Satanic Majestic Request (1967)– los Stones tuvieron que aguantar diversas acusaciones de satanismo de parte de numerosos sectores, aún más así se acrecentó este ojo de huracán en que estuvieron sometidos con otro single de este disco como «Street Fighting Man», por el cual se les incriminó de incitar a la violencia callejera y a las revueltas en pleno período de lucha por los derechos civiles en EE.UU. y más aún todavía, no se les dejó de criticar cuando en 1969, en el festival de Altamont se cometieron unos asesinatos en medio de un caos, bajo una pésima organización y con los Hell Angels como protagonistas, el grupo de motociclistas involucrados en estos siniestros hechos.
En cuanto al plano musical la canción tiene muchas luces que aportar, de partida esa entrada un tanto tribal que bajo ritmos de samba y maracas da toda la sensación como de una especie de rito vudú y con Jagger agregando unos alaridos selváticos, hasta ir convirtiéndose en toda una fiesta de gospel, boogie woogie y blues, y que el gran Keith Richards sella con un impecable solo de guitarra, de los mejores que se le han visto. Curiosamente la canción se compuso como folk primeramente y después en base a ideas de los músicos derivó a esto.